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Se advierten desigualdades de financiamiento, morosidad en jornadas de aprendizaje, dualidad de enseñanza pública-privada, deserción escolar, carencias pedagógicas.
En la edición de ayer se expuso la primera parte de un informe elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) donde se establecen una serie de críticas al sistema educativo argentino pues considera que, si bien logra llegar a ser inclusivo, tal característica se concreta a costa de promover un estancamiento en la matrícula escolar, la imposibilidad de retener a los alumnos en las escuelas y la preeminencia de factores discriminatorios por parte del cuerpo docente hacia el alumnado lo que atenta contra una relación fluida, estable y productiva con los niños y adolescentes.
En esta ocasión, se avanzará en tópicos referidos al esquema de desigualdad educativa y fragmentación federal, lo que se correlaciona con las inequidades provinciales en materia de financiamiento. Así también, se trazará un panorama sobre las situaciones de recursos pedagógicos, la dualización de la enseñanza público-privada y las posibilidades de inserción laboral dado el nivel de aprendizaje interiorizado por parte de los egresados.
Educación de escasos recursos
El documento al que tuvo acceso EL SIGLO, denominado "Desarrollo Humano, Inclusión y Calidad Educativa". Argentina 2010", hace mención, en torno a este contexto, de la situación del federalismo educativo y a las enormes desigualdades entre las provincias tanto en sus capacidades de financiamiento, gestión de gobierno y condiciones sociales de escolarización. Destaca a tal fin que la implementación de la nueva estructura de niveles de la Ley Federal de Educación en la década de 1990 profundizó esta fragmentación hasta el punto de desarticular el sistema educativo en 24 subsistemas, cada vez más difíciles de compatibilizar. "Así, la actual división de atribuciones entre la Nación y las provincias en materia de gobierno de la educación conlleva un profundo desequilibrio que pareciera potenciar las desigualdades y la fragmentación", afirma el documento.
Asimismo, se analiza la evolución del financiamiento educativo en relación a variables de inversión pública que refieren al gasto en educación como porcentaje frente al Producto Interno Bruto (PIB) y al gasto por alumno en pesos constantes. De esta manera, la investigación resalta que si bien es cierto que la inversión por alumno fue en 2006 la más alta de los últimos 25 años lo que se vio acompañado y fortalecido con el destino del 6 por ciento del PIB en educación, ciencia y tecnología para 2010, pese a ello se ha desarrollado un proceso de fragmentación federal combinado con las profundas desigualdades sociales y regionales que dan lugar a un panorama de disparidades en la inversión provincial por alumno.
Así, se hace mención que mientras en Tierra del Fuego se invertían 7.171 pesos por alumno del sector estatal en 2006, Tucumán es la tercer provincia peor ubicada en las erogaciones de este tipo, pues el monto que le corresponde alcanza sólo a los 1.919 pesos, mientras que Jujuy, en una comparación regional, obtiene una suma por educando cercana a los 2.408 y Catamarca a los 3.358 pesos. "Esta desigualdad expresa las grandes deudas en el desarrollo equilibrado de las regiones del país y las injusticias en el esquema distributivo de los recursos estatales por provincia", argumenta la investigación.
Concatenado a esta situación, se argumenta que la fragmentación provincial del financiamiento educativo impacta en el salario de los docentes, ya que en promedio más del 90 por ciento del presupuesto educativo de las provincias se destina a este rubro del gasto corriente. A modo de datos explicativos se postula que los salarios docentes reproducen las desigualdades provinciales de la inversión por alumno: En un cargo testigo, el salario en Santa Cruz alcanza los 4.345 pesos, en cambio, un maestro tucumano debe conformarse con llenar sus bolsillos mensualmente con la suma de 1.810 pesos. Chaco, una de las provincias más pobres del país supera en este ítem a nuestro territorio ya que el salario del educador llega a los 2.198 pesos.
Jornadas de aprendizaje
En otro de los pasajes del informe se hace hincapié en la gravedad de ciertos indicadores orientados a las condiciones de infraestructura escolar, la disponibilidad de computadoras para uso pedagógico y la vía de entrada de los docentes al sistema, cuya distribución perjudica a las escuelas públicas con alumnos más pobres. Unos indicadores especialmente relevantes para observar las diferencias entre las provincias son los referidos a la alfabetización digital. Mientras que en Tierra del Fuego el 94,2 por ciento de los establecimientos educativos poseían computadoras y el 73,1 por ciento de los mismos tenían acceso a Internet hacia fines de 2005, en Tucumán tales parámetros se ubicaban en el 54,5 y 14,3 por ciento respectivamente. Además hay que señalar que el 75 por ciento de las escuelas urbanas tienen computadoras y solo el 40 por ciento de las escuelas rurales disponía en 2005 de este equipamiento. Ahora bien, habrá que analizar cuál fue la incidencia que marcó el programa de Presidencia de la Nación denominado "Conectar Igualdad. com.ar" basado en la entrega de netbooks a una población determinada de escolares del nivel medio de todo el país.
En cuanto a la profundización de la cantidad de tiempo destinada al aprendizaje, la investigación sostiene que Argentina es un país con baja oferta horaria para el nivel primario (dispone de cuatro horas diarias, mientras la mayoría de los países desarrollados cuentan con cinco o más horas). Esto se potencia con las situaciones de conflicto sindical que terminan en paros docentes. Según datos del Laboratorio de Políticas Públicas Argentina es uno de los países con mayor cantidad de paros docentes en América Latina.
Al mismo tiempo se argumenta que otra forma de analizar la oferta de tiempo escolar es la extensión de la jornada de clases que tienen las escuelas. La Ley de Financiamiento Educativo estableció que para 2010 el 30 por ciento de los alumnos de la educación primaria debe tener oferta de jornada extendida o completa. Sin embargo, actualmente apenas el 5,5 por ciento de los alumnos del país acceden a escuelas con este tipo de jornadas. Esta oferta es similar en el sector estatal y privado.
En lo referente a la dualización de la enseñanza pública-privada la segmentación social es notable ya que el 88 por ciento de los alumnos de nivel socioeconómico bajo asiste a escuelas estatales, mientras esa proporción disminuye a apenas el 42 por ciento en el sector de mayores ingresos. En el caso de la provincia sólo el 8 por ciento de la población de los niños y jóvenes de escasos recursos asiste a establecimientos privados, proporción que asciende al 59 por ciento en el caso de los educandos de mayor poder adquisitivo.
Incapacidades de inserción
Un indicador clave para medir los resultados educativos en términos de la trayectoria de los alumnos dentro del sistema es la tasa de abandono en la educación secundaria, por ello, de acuerdo al PNUD, en Tucumán tal parámetro oscila el 12,4 por ciento en lo que refiere a la EGB3, en tanto que en el nivel Polimodal este guarismo se eleva al 14,9 por ciento. A su vez, vale remarcar que en 2006 el 40 por ciento de los alumnos de menores ingresos en Argentina tenía dos o más años de atraso (sobreedad) en la franja de 15 a 17 años, mientras que en el grupo de mayores ingresos la proporción descendía al 9 por ciento.
En cuanto a las diferencias por género, en el total del país, el 20,8 por ciento de los varones tiene atraso escolar, mientras que el porcentaje se reduce al 14,4 por ciento de las mujeres. Además, la mayor tasa de repitencia se sustancia en el primer año de la secundaria alcanzando el nivel del 15,6 por ciento de los alumnos.
Con respecto a los aprendizajes, en las evaluaciones de los adolescentes de 15 años realizadas por el Programme for International Student Assessment (PISA), el 35,8 por ciento de los alumnos están por debajo del nivel 1 de baja competencia de empleabilidad (índice elaborado por el Departamento de Trabajo de EEUU), es decir ni siquiera pueden realizar conexiones simples entre el texto y los conocimientos comunes y rutinarios y reconocer los temas explícitos en un texto. En cambio, el porcentaje de alumnos que muestran capacidad de comprensión cabal, pueden inferir información de un texto y formular y evaluar hipótesis sobre esa lectura no llega al 1 por ciento en Argentina.
Finalmente, el informe advierte que: "La educación argentina no consigue impartir a la mayoría de los alumnos las capacidades básicas de expresión oral y escrita y de aplicación de matemática a la solución de problemas, que son el fundamento de las competencias de empleabilidad en el mundo moderno. Si se combinan los problemas de calidad y de rendimiento, puede verse que el sistema educativo está lejos de cumplir adecuadamente su rol, pues no brinda los elementos suficientes para la adquisición de competencias laborales, y el desgranamiento del sistema impide a una proporción significativa de alumnos completar los estudios medios y superiores".
Fuente: elsigloweb.com
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