Por: Carlos Sánchez Berzain
Cuando los detentadores del poder político terminan con la libertad de prensa, han cerrado el círculo de opresión, ya no queda vigente ninguno de los elementos esenciales de la democracia. No hay libertad de prensa a medias. La libertad de prensa es la última trinchera de defensa de la libertad y la democracia. En el modelo de las dictaduras de delincuencia organizada, el control y la manipulación de prensa son instrumento central para el sostenimiento del régimen como sucede hoy en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.