En su discurso, el embajador de Israel en la Argentina, Daniel Gazit, condenó a los grupos terroristas que “santifican la muerte, que invocan a un falso Dios para justificar la muerte, el asesinato, el suicidio”. Por su parte, el canciller Jorge Taiana, otro de los oradores en el acto de hoy, aseguró que “Argentina seguirá insistiendo con firmeza para que se haga justicia” y sostuvo que “nunca es tarde para encontrar a los culpables”.
En tanto que el ministro de Seguridad Interior de Israel, Yitzhak Aharonovitch, quien vino a la Argentina a participar en el acto de recordación, agradeció el compromiso del Gobierno argentino de estar “dispuesto a luchar contra el terrorismo en una guerra sin ningún condicionamiento”.
Familiares y amigos de las víctimas, sobrevivientes, funcionarios, diplomáticos, dirigentes comunitarios y ciudadanos renovaron hoy su reclamo de justicia al cumplirse el 18 aniversario del atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires.El acto se realizó en la Plaza Embajada de Israel, en la esquina de Suipacha y Arroyo, donde estaba ubicada la sede diplomática, y tuvo como oradores a dos representantes por los familiares de las víctimas, el embajador de Israel en la Argentina, Daniel Gazit, el canciller Jorge Taiana, y el ministro de Seguridad Interior de Israel, Yitzhak Aharonovitch, quien encabezó la comitiva enviada por el Estado hebreo.
En su discurso, el embajador Gazit cargó contra los grupos terroristas y expresó su repudio contra “todos los que santifican la muerte, que invocan a un falso Dios para justificar la muerte, el asesinato, el suicidio”.
“A diferencia de quienes promueven ese mensaje, creemos que Dios es vida, Dios es amor, cualquiera sea su denominación y/o nombre de la religión desde la cual se lo invoque”, manifestó.
“Hoy día 17 de marzo nos solo recordamos a las víctimas mortales sino que también compartimos el dolor con los familiares. La vida debe continuar tenemos que continuar y tenemos que mantener viva la memoria. Vivimos porque la vida es sagrada”, subrayó el diplomático.
Para el embajador, “el mundo de esperanza (…) no quiere olvidar” lo ocurrido aquella tarde del 17 de marzo de 1992, cuando un suicida atacó la embajada de Israel provocando la muerte de 29 personas y heridas casi 300.
“Curiosamente se cumplen 18 años del atentado y ese número en ala tradición judía significa vida, están vivos, están vivos con nosotros”, afirmó el embajador.
Por eso, Gazit enfatizó en el final de su discurso: “Continuamos viviendo y luchando por un mundo mejor y sin odios, un mundo de amor y paz”.
Por su parte, Taiana transmitió la “solidaridad” del gobierno argentino con los familiares de las víctimas y ratificó una vez más que tanto el ataque contra la embajada como el atentado a la AMIA (1994) fueron agresiones contra “el pueblo argentino”.
“Como cada 17 de marzo, la Argentina recuerda con dolor el brutal atentado que destruyó la embajada de Israel, con la muerte de personas inocentes. En nombre del Gobierno reitero nuestro sentimiento de solidaridad y nuestro compromiso con la causa, en contra la impunidad”, indicó Taiana.
El canciller aseguró que “el ataque contra la representación diplomática de Israel, un país amigo de Argentina, así como el atentado contra la AMIA, fueron ataques contra todo el pueblo argentino. (…)Nunca es tarde para encontrar a los culpables y colaboradores de los crímenes de 1992 y 1994, y para que sean juzgados como corresponde”.
Taiana hizo referencia al encuentro que la semana anterior se celebró en Francia, convocado por Interpol, que reunió a Argentina y a Irán y lamentó que “no se pudo lograr avances” por la “intransigencia” iraní.
No obstante, el ministro advirtió que “Argentina seguirá insistiendo con firmeza para que se haga justicia”.
Para concluir reiteró su pedido de que “haya verdad y justicia para los dos atentados terroristas”.
En tanto, el ministro Aharonovitch señaló que “el objetivo de los terroristas no es matar a una persona sino la mayor cantidad de gente de la Embajada de Israel tan solo porque eran israelíes y porque eran judíos”.
Apuntó que a los terroristas nos les importa se ven afectados “ciudadanos locales inocentes” porque “ese el camino del terrorismo es el camino de los asesinos”.
“A partir de mi experiencia en seguridad interior y terrorismo puedo decir que las organizaciones terroristas no tienen un programa estratégico sino que cuando tienen la oportunidad para perpetrarlo cometen el atentado”, indicó Aharonovitch.
El ministro señaló que “la ola de los ataques terroristas en los últimos años ha impactado en distintos países, no es un problema de Israel sino de todo el mundo”.
Aharonovitch, quien vino a la Argentina a participar en el acto de recordación, agradeció el compromiso del Gobierno argentino de estar “dispuesto a luchar contra el terrorismo en una guerra sin ningún condicionamiento”.
“El único camino para derrotar al terrorismo es estar fuerte y juntos contra el terrorismo”, destacó.
Además, Aharonovitch aseguró que Israel “está dispuesto un renunciamiento doloroso (para garantizar la paz en Medio Oriente), pero hay una cosa que no está dispuesta a negociar que es la seguridad del Estado de Israel y de sus ciudadanos”.
“El terrorismo nunca más volverá a vencer”, afirmó en el cierre de su discurso.
Tras un minuto de silencio y la lectura de los nombres de las víctimas fatales, colocaron ofrendas florales en memoria de aquellos, el canciller Taiana; el embajador Gazit; el ministro Aharonovitch, los presidentes de la AMIA, Guillermo Borger; de la DAIA, Aldo Donzis; y de la Organización Sionista Argentina, Carlos Frauman, y del secretario general de la AMIA, Julio Schlosser.
A ellos se agregaron el familiar Carlos Susevich; Roni Steinitz, Kito Hendler, y Judith Iumal en nombre de la Agencia Judía para Israel; y el secretario de Gobierno, Marcos Peña; junto a sobrevivientes y familiares de las víctimas.
Por su parte, el hijo de sobrevivientes Mauricio Klein dio su testimonio sobre el martes 17 de marzo de 1992.
Contó su experiencia tras conocer la posibilidad de que sus padres hayan muerto en el atentado y relató las morbosas imágenes que lo atormentaron hasta encontrar a sus padres. Los encontró muy lastimados, casi irreconocibles.
“La embajada era un lugar que recibía a miles de familias, todos nos conocíamos y muchos compartíamos cosas en común”, dijo. “La bomba se llevó mártires. Ellos no son sobrevivientes sino que adquieren dimensión más elevada, la de nacer en nuestro recuerdo. Desde hace 18 años se revalida la impunidad y el desinterés oficial por castigar y esclarecer”, destacó.
Los Familiares y la sociedad siguen reclamando justicia para las víctimas. Los familiares de las víctimas del atentado reclaman, una vez más, el esclarecimiento del atentado.
Fuente: Agencia Judìa de Noticias
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