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La muerte de dos bebés de menos de dos años en la provincia de Misiones obliga...
a reforzar la lucha contra la desnutrición y las afecciones más severas derivadas de la miseria y las condiciones de desamparo en la que se encuentran miles de chicos y poblaciones vulnerables de nuestro país.
El Ministerio de Salud de esa provincia reconoció que otros 1.300 pequeños están bajo atención médica y social por el grave déficit nutricional que presentan. El gobernador misionero admitió que se detectaron seis mil chicos con problemas de desnutrición, mil de ellos con un cuadro severo que podría incrementar el número de víctimas inocentes. Pero, en realidad, se desconoce el número de bebés y chicos muertos por desnutrición en Misiones, ya que en los hospitales no se lo deja asentado en los certificados de defunción.
Este cuadro es una señal de falencia de las políticas asistenciales, que por factores como la desidia y el clientelismo político no han sido capaces de atender la realidad apremiante. Los bebés nacidos en entornos de miseria extrema, de madres también afectadas por la desnutrición, están presentes de diverso modo en el país, junto también a poblaciones aborígenes que -como lo determinó la Corte- han padecido un trato institucional humillante que los dejó en la mayor precariedad alimentaria y sanitaria.
Es imprescindible, entonces, asumir esta situación y formular con urgencia estrategias adecuadas para evitar que en el país productor de alimentos por excelencia se sigan registrando muertes por desnutrición.
Las muertes de niños en Misiones revelan el desamparo de pueblos marginados y las falencias de las políticas de asistencia social, sobre todo para los sectores más vulnerables.
> Fuente: clarin.com
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