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La reciente muerte de una beba de dos años en Salta se suma a...
la de dos bebés que, días atrás, fallecieron en la provincia de Misiones, lo cual vuelve a mostrar serias deficiencias en la lucha contra la desnutrición y las afecciones más severas causadas por la miseria.
A nueve años de la crisis de 2001, sigue siendo muy elevado el número de población indigente en el país, lo cual incluye a un segmento especialmente delicado, conformado por bebés, niños y embarazadas.
Este cuadro de pobreza extrema que se verifica en diversos puntos del país se ve agravado por las condiciones de desamparo y maltrato institucional al se dejan expuestos a las personas más carenciadas.
Tan solo en Misiones, el Ministerio de Salud reconoció que hay unos 1.300 niños bajo atención médica y social por el grave déficit nutricional que presentan, pero se detectaron seis mil chicos con problemas de desnutrición.
Pero, en realidad, se desconoce el número real de bebés y chicos desnutridos en el país, así como la cantidad de muertes provocados por esta causa, ya que se ha denunciado que se manipulan las estadísticas, se realizan maniobras como pesar a los chicos con ropa y zapatillas, y no se asientan en los certificados de defunción la desnutrición como causa de fallecimiento.
La persistencia de un nivel elevado de indigencia, más la reiteración de omisiones estatales y malas prácticas sanitarias, asistenciales y estadísticas, son indicadores de fallas severas en las políticas públicas que debe corregirse.
La muerte de niños por desnutrición, a nueve años de la crisis de 2001, es un índice de las fallas de las políticas públicas sanitarias, asistenciales y estadísticas
Fuente: clarin.com
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