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La ONG Un Techo para mi País logró recaudar un millón de pesos para su colecta y llamar la atención sobre el déficit habitacional.
La organización no gubernamental Un Techo para mi País Argentina ha dado otra gran lección de solidaridad y de realismo a la sociedad argentina.
Con la instalación de "la Casa en el Aire" (a 12 metros de altura, en la avenida 9 de Julio y Juncal), en donde cuatro voluntarios vivieron toda una semana, logró llamar la atención sobre las condiciones de emergencia en las que viven muchos compatriotas ?esa casa es una réplica de las que habitualmente los voluntarios de la ONG construyen en el país para cientos de familias en condiciones de extrema pobreza? y hacer entender por qué había que contribuir a su cuarta colecta nacional, con la cual buscaron recaudar 500.000 pesos para seguir construyendo viviendas de emergencia y desarrollar planes de habilitación social.
La prueba de que lograron atraer esa atención es que finalmente se recaudó un millón de pesos, es decir, el doble de la suma buscada. Y, como dicen los integrantes de la ONG, ese monto se utilizará para cambiarle la vida a 160 familias argentinas.
No es la primera vez que desde estas columnas nos referimos a la importante labor que desarrollan los integrantes de esta ONG, que nació hace ya varios años en Chile, pero que hoy se extiende a 18 países de América latina y lleva construidas más de 70.000 viviendas de emergencia, y ha logrado involucrar a distintos sectores de la sociedad en su tarea, entre ellos a muchas empresas y a más de 250.000 voluntarios latinoamericanos.
Hace un año registrábamos que habían construido su casa número 1000 en la Argentina. Hoy, gracias al eco despertado en los medios de comunicación por esa casa "a 12 metros de altura", han sido muchos los argentinos que "descubrieron" otra forma distinta de trabajar para acabar con la injusticia de que muchas familias no puedan acceder a la mínima vivienda digna.
En la Argentina, esta ONG tiene presencia en Buenos Aires, en Córdoba capital y en la ciudad de Río Cuarto, y en Misiones, Neuquén y Salta. Trabaja junto a cientos de empresas, y a más de 1700 familias y 10.000 voluntarios, con quienes desarrolla planes de habilitación social en 25 de los 40 barrios donde está presente.
También es importante recordar que sus voluntarios estuvieron trabajando codo a codo con los habitantes de las zonas de desastre en Haití y en Chile, para ayudar a recuperar las viviendas después de los terremotos.
Los voluntarios de Un Techo para mi País son en su mayoría estudiantes universitarios o graduados, pero aquí también hay voluntarios surgidos de los mismos barrios o asentamientos donde viven las familias que son ayudadas a tener una vivienda que es, sí, de emergencia, pero que está construida con materiales nobles que pueden brindarles un techo y abrigo, algo de lo cual desdichadamente carecen, ya que es bien conocido el grave déficit habitacional que padece la Argentina desde hace demasiados años y que ninguno de los sucesivos gobiernos democráticos han logrado paliar.
Por ello, razón de más para tener en cuenta el trabajo desarrollado hasta aquí por esta ONG. El crecimiento que ha venido experimentando en cuanto a la tarea realizada en toda América latina y el número y la calidad en ascenso de sus voluntarios muestra hasta qué punto el trabajo de Un Techo para mi País es digno de ser destacado e imitado por otros sectores de nuestra sociedad, tanto en el ámbito público como en los privados.
Fuente: lanacion.com.ar
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