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domingo, 5 de septiembre de 2010

(Tucumàn, Argentina) Preocupa la falta de políticas educativas que permitan la inserción laboral

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Los estudiantes de la provincia reclaman acciones conjuntas entre la sociedad y el Estado que brinden capacidades pedagógicas necesarias para encarar la etapa académica y su correlato en las ramas del trabajo.
Sólo el 15 por ciento de los jóvenes obtiene un título universitario, pero es marginal en cuanto a sus destrezas ocupacionales.
En las jornadas "Concejales por un día" desarrolladas el viernes último (donde estudiantes de 81 establecimientos escolares de toda la provincia se dieron cita en las instalaciones del Concejo Deliberante con el objeto de imbuirse de las tareas administrativas y parlamentarias) pudieron apreciarse concepciones sobre el nivel de enseñanza impartido y la influencia de los contenidos pedagógicos en la formación de los adolescentes para encarar la etapa universitaria y su ingreso al ámbito laboral.
"El desarrollo psicosocial en la educación, actualmente, nos priva de un normal aprendizaje para nuestra inserción en los ámbitos académicos y de trabajo. Hay una falta de compromiso de la sociedad y del Estado y ello se ve reflejado en que la escuela no brinda una base óptima que contenga normas y una comprensión y defensa del trabajo. Esto trae aparejado mucha desigualdad en las condiciones laborales futuras para nosotros. Se deben innovar los recursos necesarios para poder aproximarnos a un mundo con mayores oportunidades", esta reflexión fue un fragmento de la alocución que en el recinto realizó la alumna Soledad Albornoz, miembro informante de la Comisión Jóvenes y Trabajo. Su descripción refleja una preocupación creciente en el mundo juvenil en relación a los lineamientos que se digitan desde cada institución educativa para potenciar en sus estudiantes las capacidades necesarias para enfrentar nuevas etapas en su socialización.
"Lo que requerimos son mayores exigencias a nivel intelectual que edifique una cultura del trabajo y la responsabilidad sin estar dependiendo de demasiadas oportunidades. Las alternativas que proponemos se basan en un mejoramiento en la calidad educativa a través de materiales y contenidos actualizados , donde se enseñe legislación laboral, se promuevan talleres de orientación vocacional. Se instruya un sistema de pasantías que incorporen al alumno en lo complejo del sistema laboral y no simplemente como espacios de profesionalización precaria. No queremos más planes sino posibilidades académicas y laborales que nos dignifiquen como personas", concluyó Soledad.

Innovación de currículas:

En torno a todo este planteo sobre las proyecciones en el ámbito laboral juvenil, efectuado por los propios protagonistas, cabe el interrogante sobre si los establecimientos educativos brindan las herramientas suficientes para confeccionar una personalidad en los estudiantes atinente a su desenvolvimiento en esta etapa futura.
Así, de acuerdo a lo señalado por un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) en el país sólo el 41 por ciento de los jóvenes menores de 25 años participa en el mercado laboral de los cuales el 20 por ciento está desempleado. En este sentido, remarca que uno de los factores que ha propiciado tal esquema se debe a que la educación secundaria en Argentina está organizada para que los jóvenes continúen estudios universitarios, pero no para su ingreso al mercado laboral.
Para explicar el fenómeno, IDESA estipula que "son marginales las ofertas con orientación vocacional y casi nulas las que ofrecen la posibilidad de alternar formación general en la escuela con formación específica en las empresas". De lo anterior se desprende, según lo postulado por el organismo, que la educación media está pensada para menos del 15 por ciento de los jóvenes que son los que llegan a obtener un título universitario. El resto, la gran mayoría, carga con la frustración de no alcanzar esta meta y con el enorme desafío de conseguir un empleo sin formación para el trabajo.
Para complementar estos datos y a modo de indicar una alternativa en la capacitación educativa con el objeto de la formación profesional del alumnado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, tal sus siglas en inglés), señala que una característica distintiva de los sistemas educativos en los países avanzados es la fuerte presencia de las orientaciones vocacionales dentro de la educación secundaria, donde se suministran conocimientos de aplicación directa en determinados tipos de empleos. Se entiende que una orientación es vocacional cuando más del 25 por ciento de los contenidos curriculares están dirigidos a dar formación para el trabajo. Los casos más exitosos son lo que contemplan esquemas "duales", es decir, donde toda o parte de la formación específica es impartida en ámbitos productivos, por personal de la empresa formado y con experiencia directa en las destrezas ocupacionales que se imparten.

Trabajo conjunto:

De este modo, la OECD grafica con datos la efectividad de estos sistemas a nivel mundial:

- En España y Grecia, el 43 y 34 por ciento, respectivamente, de los alumnos de secundaria acceden a orientaciones vocacionales, pero sólo el 5 y 15 por ciento de estos alumnos combinan clases en la escuela y en las empresas. Así, la participación laboral promedio de estos países ronda el 41 por ciento, mientras que el desempleo se ubica en torno del 22 por ciento.

- En Austria y Alemania, el 78 y 59 por ciento acceden a orientaciones vocacionales y el 42 y 74 por ciento de estos alumnos combinan clases en la escuela y en las empresas.

- En Suiza y Dinamarca, el 64 y 48 por ciento acceden a orientaciones vocacionales y entre el 90 y 100 por ciento de estos alumnos combinan las clases.

Aquí la diferencia respecto a los parámetros anteriores son notables. Estas naciones cuentan con una tasa de participación profesional cercana al 71 por ciento, en tanto que el índice de desempleo es apenas del 7 por ciento.
Para poder asemejarse a los estándares indicados anteriormente, IDESA sostiene que: "Intentar simular un ámbito productivo dentro de la escuela es un camino que termina en dilapidación de recursos y nuevas frustraciones. El mejor ámbito para formar laboralmente a un joven son las empresas. Por eso, el eje central para transformar la educación secundaria es establecer una profunda y fluida articulación de las escuelas con el sistema productivo. El desafío es generar condiciones para que los contenidos generales se den en la escuela y los contenidos vocacionales en las empresas, alternando con prácticas periódicas en los lugares de trabajo", concluye el análisis.
El valor del conocimiento estudiantil: La relación educación-trabajo se encuentra claramente delimitada por el aspecto económico y remunerativo, ya que a mayor nivel educativo mayor será la retribución monetaria efectuada en cada empleo.
Ante ello, la Fundación del Tucumán, en base a datos provistos por el INDEC correspondientes al tercer trimestre de 2009, confeccionó un esquema sobre las divergencias que se sustancian en el nivel de salarios que se erogan en el NOA de acuerdo a las capacidades adquiridas en las etapas pedagógicas y de enseñanza.
De acuerdo al documento aludido se hace constancia que Tucumán cuenta con el nivel más bajo en cuanto al salario que reciben aquellos jóvenes sin instrucción alguna con sueldos promedios de 263 pesos, mientras que Catamarca paga a estos mismos sujetos la suma de 900 pesos.
Sin embargo, la provincia sobresale en tres parámetros, como lo son: Los sueldos que reciben las personas que no llegaron a completar la secundaria (1.089 pesos); los jóvenes que aún no cumplimentaron sus estudios universitarios (con un salario per cápita de 1.550 pesos); y, finalmente, aquellos profesionales que poseen una instrucción académica totalitaria perciben un monto monetario de 2.431 pesos.
A un nivel regional, la mayor brecha corresponde a quienes culminaron estudios universitarios, que perciben ingresos, en promedio, 825 pesos por encima de aquellos que sólo poseen estudios medios. Las diferencias son acumulativas; esto es, la brecha entre una persona con estudios medios y otra que no tiene instrucción es igual a 678 pesos. De igual manera, la diferencia entre este último y un profesional universitario es igual a 1.502 pesos.
Fuente: elsigloweb.com

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