En honor al estereotipo de madre dulce y generosa, Adriana María Ospina Torres reparte sus afectos a todos los niños del barrio Belén La Pradera.
Esta mujer de 45 años de edad, voz pausada, y facciones definidas, es también madre de cuatro jóvenes, y abuela de un niño de cinco años y un bebé de cinco meses.
Aunque hace cerca de 10 años que viene trabajando con la Junta de Acción Comunal (JAC) en los comités de recreación, como secretaria, y como tesorera, desde que fue elegida como presidente de la JAC, hace año y medio, ha tenido la posibilidad de trabajar más de cerca con la comunidad. “Me ha ido muy bien y he tenido mucho apoyo por parte de la gente”, comenta Adriana.
En el barrio que la vio crecer a ella y a toda su familia, Adriana ocupa su tiempo entre ser ama de casa, trabajar con la comunidad, ser delegada del Presupuesto Participativo y cuidar de sus dos nietos. “Debido al amor que siento por trabajar con la gente, es que logro repartir el tiempo para todas las cosas”, dice.
La mayor motivación de Adriana para trabajar como líder es la respuesta de la gente pues, desde que empezaron la JAC, el barrio ha dejado de ser tan sectorizado, gracias a las actividades que han realizado con el fin de buscar una mayor integración entre las cuadras, “la cual se ha logrado en un 80 por ciento”.
Integración
En agosto del año pasado realizaron el Festival Gastronómico, el cual saborearon con el fin de generar empleo y recursos para el barrio. “Nos facilitaron 15 toldos. La gente llevó comida, caharrería, se cerró la calle y todo el mundo logró vender sus productos. Además, las personas de todo el barrio se reúnen para participar en los bingos y el Festival de la Cerveza”, cuenta Adriana.
Esta mujer atribuye su éxito como presidente de la JAC a su facilidad para relacionarse con la gente y “llegar a todo el mundo”. Sin embargo, es en los niños en quienes encuentra su mayor satisfacción porque ellos “responden muy bien en todo momento”.
Es por eso que, además de las fiestas que se hacen con los menores, durante las jornadas de recreación programadas en fechas especiales, se realizan también salidas, caminatas y paseos, en la época de vacaciones, y hasta los alumbrados se han ido a ver, en diciembre del año pasado.
Además de cuidar a los pequeños, y de ganarse la confianza de las otras mamás, Adriana y los demás delegados le han dado prioridad, a través del Presupuesto Participativo, al trabajo por el medio ambiente, la educación y los escenarios deportivos, porque sólo hay una cancha y, debido a que en el barrio hay muchos niños y jóvenes, se requiere de otro espacio. “Tenemos en cuenta a todos los niños, de los que yo soy casi como una mamá”, concluye.
Fuente: elmundo.com
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