Hiroshima, Nagasaki, Chernóbil son nombres que al mencionarlos no podemos dejar de estremecernos. Los dos primeros nos recuerdan las atrocidades a las que pueden llegar los conflictos bélicos y el peligro que entraña el tener acceso a una de las tecnologías más peligrosas que ha creado la humanidad.
El Ecuador siempre ha mantenido una vocación pacífica y de respaldo a todo acuerdo de no proliferación de armas nucleares, sin embargo, conocemos que el gobierno se encuentra empeñado en invertir en la investigación de tecnologías atómicas. Pero, aún con fines pacíficos, este tipo de tecnologías ha sido muy cuestionada, principalmente en lo que tiene que ver con su uso para generación eléctrica. En nuestro país, la Comisión de Energía Atómica (CEEA) es la encargada de lo concerniente a la seguridad nuclear y protección radiológica para las importaciones de estos componentes y también con lo relacionado a la producción, adquisición, transporte, exportación, transferencia, utilización y manejo de los materiales para el desarrollo de estas tecnologías.
La producción de energía nuclear está directamente asociada a otro grave problema que es la minería de uranio. Llama la atención que a fines del año pasado Irán manifestase estar interesado en hacer exploración minera al Sur del país. De hecho, existen indicios de que en esta región del Ecuador podría haber uranio básico para el desarrollo de energía nuclear. Datos científicos dicen que podría haber este mineral inclusive en el conocido bosque de Puyango y en la cordillera del Cóndor. Del lado peruano de esta cordillera, la empresa con capitales canadienses Dorato realizaba actividades de prospección hasta que fuera cuestionada por los indígenas de la zona obligando al gobierno a suspender las concesiones.
También el año pasado, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ofreció al Ecuador un aporte de casi un millón de dólares para el desarrollo de investigaciones sobre tecnologías nucleares. Entre estas están las aplicaciones en medicina nuclear para combatir el crecimiento de células cancerosas, pero hay otras cuyos riesgos deberían obligar a la aplicación del pricipio de precaución como es la irradiación atómica para el cultivo de alimentos como banano, soya y arroz pues permite su conservación durante mas tiempo. Precisamente, otro objetivo del gobierno podría ser el uso de energía atómica como una alternativa para cambiar su matriz energética basada en la hidroenergía y el petróleo; esto, sin tomar en cuenta los enormes riesgos ambientales que implica el desarrollo de estas tecnologías. De hecho, grandes financistas están rechazando este tipo de inversiones por los enormes riesgos que significan, entre los que resaltan los problemas de seguridad, la manipulación y disposición de desechos radiactivos y la probabilidad de accidentes.
Otros problemas de las centrales nucleares son aquellos relacionados con el desmantelamiento del reactor,
su enfriamiento, su demolición, la disposición de los contenedores, y la construcción de depósitos. Se sabe que los residuos nucleares son materiales altamente peligrosos que emiten una gran cantidad de radioactividad por miles de años. El contacto con estos por parte de cualquier ser vivo resulta letal. Los desechos nucleares son uno de los problemas más serios y no existen aun soluciones aceptables conocidas hasta la fecha. Por este motivo, varios países del norte buscan tratados para exportar desechos nucleares a países del Sur.
Al ser una inversión con tantos riesgos los estados están obligados a entregar ingentes subsidios para los seguros; además, se distrae la atención en el desarrollo de energías verdaderamente limpias y genera una gran dependencia tecnológica. Quienes promueven este tipo de energía brindan información engañosa al decir que genera empleos. De acuerdo a diversos estudios, la relación de empleos generados entre la energía solar y nuclear es de 1000 a 1. Desde todo punto de vista, la energía atómica es ajena a la soberanía energética y por supuesto al sumak kausay.
En los últimos años se han producido numerosos accidentes en el mundo como son:
Three Mile Island en Estados Unidos en 1979
Chernobyl, en Ucrania, en 1986
Hamm-Uentrop, Alemania en mayo de 1986 (escape de radiación hasta dos kilómetros)
Goiania, Brasil, en 1987 (Derrame de Cesio137 de un hospital)
Greifs-Exwald, Ex-República Democrática (RDA) en 1989 (fusión parcial del núcleo)
Vandellós, España en octubre de 1989 (incendio en la zona de turbinas)
Tomsk, Rusia (Ex Unión Soviética) en abril de 1993 (contaminación hasta 28 kilómetros.
Tokaimura, Japón en septiembre de 1999 (trabajadores expuestos a radiación neutrónica; dos de ellos murieron)
Indian Point, Estados Unidos en febrero de 2000 (descarga de vapor radiactivo)
Onagawa, Japón en febrero de 2002 (incendio en los cimientos de uno de los reactores)
THORP, Gran Bretaña en abril de 2005 (una solución de 20 toneladas de uranio y 160 Kg de plutonio en 83 mil litros de ácido nítrico se filtró por una tubería rota.
Dounreay, GB en septiembre de 2005 (vertido de 266 litros de residuos radiactivos)
Kashiwazaki Kariwa, Japón en julio de 2007 (a consecuencia de un sismo la central sufrió un incendio parcial y derrames radioactivos)
En nuestro país, la minería de uranio causaría impactos sociales y ambientales irreversibles en donde se las realice. Esta es una actividad altamente peligrosa y quienes trabajan es esas minas se ven expuestos a la radiación natural de ese tipo de minería. De acuerdo al OLCA de Chile, en minas de este tipo los mineros suelen morir de cáncer y presentar diversos tipos de tumores y enfermedades derivadas de la exposición a la radiactividad. Por este motivo es una de las actividades mineras mas cuestionadas.
Otros problemas asociados a la industria nuclear es la vulnerabilidad y las tensiones geopolíticas, el auge del terrorismo y la inseguridad. Por todos estos motivos hay un gran movimiento antinuclear que se desarrolló durante los años 80 en los países del Norte. Ecuador no debería embarcarse en una actividad tan cuestionada desde todo punto de vista y la sociedad debe levantar en voz alta un: “Energía nuclear, no gracias”.
Fuente: ecoportal.net (Blog Argentina contaminada)
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