
“Está hecho de una proteína en forma de cristal, que paraliza la boca de la larva, y esporos bacterianos, que la matan por infección intestinal”, explicó a Tierramérica Elizabeth Sanches, coordinadora del proyecto.
Para 50 litros de agua se disuelven 350 miligramos del bioinsecticida.
En ríos o lagunas, que exigen bombas dispersoras, la cantidad se calcula por el flujo o la extensión. Su efecto dura entre 20 y 24 días, dependiendo de las lluvias.
Fuente: ecoticias.com
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