Por Gerardo Milman DIPUTADO NACIONAL, COALICION CIVICA
El 1° de marzo la Presidenta de la Nación dejará formalmente inauguradas las sesiones ordinarias del Congreso.
Será la cuarta oportunidad desde que asumió la máxima magistratura y los diputados, al igual que la ciudadanía, esperamos que pronuncie las palabras inflación e inseguridad . Porque nombrarlas significará anunciar acciones para frenar la expansión de la peligrosa espiral alimentada por ambas.
Para referirse al aumento descontrolado de los precios, a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y a la depreciación de la moneda, el Gobierno recurre al eufemismo de la dispersión de precios y a la intervención del INDEC para imponer índices que nadie cree.
El término inseguridad ha sido suprimido del diccionario oficial , pero en diciembre, la Presidenta tuvo que crear un ministerio específico para hacer frente a su agudización, en un país donde la droga ya no se transporta en valijas sino en contenedores y en el que nadie puede sentirse plenamente a salvo al entrar o salir de un banco.
A la gente ya no le interesan los desafíos épicos y las discusiones ideológicas que apasionaban a buena parte de los argentinos en la segunda mitad del siglo pasado.
La democracia ha sido recuperada para siempre y los canales institucionales de expresión, tanto para la aprobación como para el desencanto, están habilitados.
Sería importante que, terminado el duelo político por la muerte de su marido, la Presidenta se animara a admitir públicamente la realidad y planteara, ante el Congreso, alternativas razonables para la superación de estos problemas .
Bill Clinton acuñó la frase “Es la economía, estúpido” para señalarle al presidente Bush en qué debía concentrarse, porque esa cuestión era la que más les preocupaba a los norteamericanos de su época.
Sin decir aquí lo mismo, afirmaremos que si en la próxima apertura de sesiones ordinarias la Presidenta no muestra comprensión y sintonía con las preocupaciones cotidianas de los argentinos , su cuarta alocución será la vencida.
Fuente: clarin.com
Será la cuarta oportunidad desde que asumió la máxima magistratura y los diputados, al igual que la ciudadanía, esperamos que pronuncie las palabras inflación e inseguridad . Porque nombrarlas significará anunciar acciones para frenar la expansión de la peligrosa espiral alimentada por ambas.
Para referirse al aumento descontrolado de los precios, a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y a la depreciación de la moneda, el Gobierno recurre al eufemismo de la dispersión de precios y a la intervención del INDEC para imponer índices que nadie cree.
El término inseguridad ha sido suprimido del diccionario oficial , pero en diciembre, la Presidenta tuvo que crear un ministerio específico para hacer frente a su agudización, en un país donde la droga ya no se transporta en valijas sino en contenedores y en el que nadie puede sentirse plenamente a salvo al entrar o salir de un banco.
A la gente ya no le interesan los desafíos épicos y las discusiones ideológicas que apasionaban a buena parte de los argentinos en la segunda mitad del siglo pasado.
La democracia ha sido recuperada para siempre y los canales institucionales de expresión, tanto para la aprobación como para el desencanto, están habilitados.
Sería importante que, terminado el duelo político por la muerte de su marido, la Presidenta se animara a admitir públicamente la realidad y planteara, ante el Congreso, alternativas razonables para la superación de estos problemas .
Bill Clinton acuñó la frase “Es la economía, estúpido” para señalarle al presidente Bush en qué debía concentrarse, porque esa cuestión era la que más les preocupaba a los norteamericanos de su época.
Sin decir aquí lo mismo, afirmaremos que si en la próxima apertura de sesiones ordinarias la Presidenta no muestra comprensión y sintonía con las preocupaciones cotidianas de los argentinos , su cuarta alocución será la vencida.
Fuente: clarin.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario