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martes, 14 de diciembre de 2010

Lo mas terrible para una sociedad, es no ver la realidad...

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Por Jose Andiarena

Los lamentables sucesos que estamos viviendo en las últimas semanas, pusieron de manifiesto...
 situaciones que muchos venimos denunciando desde hace ya varios años. Cuando afirmo esto, no sólo pienso en aquellos que militamos en alguna organización política, sino también miembros de la sociedad civil organizados en asociaciones intermedias.


Los niveles de desigualdad social existentes en la actualidad resultan intolerables y atentan contra dignidad humana.

Lo que hemos visto, a raíz de la ocupación de tierras fiscales en Villa Soldati (y luego en otros lugares) indigna. Pero indigna de verdad y desde hace mucho. No desde que explotó el conflicto, como parece sucederle al "gran público". Ese gran público, adormecido, manso, individualista, mayoritariamente intolerante, mayoritariamente xenófobo y lo que es peor aún, totalmente reduccionista en sus análisis y espasmódico en la búsqueda de resultados.

Indigna porque duele. Duele saber (alguno podrá decir a partir de ahora que el verbo correcto debió ser "ver"), que miles, millones de personas no comen todos los días. Que miles de niños no tienen un techo donde protegerse de la lluvia. Que aquellos que no comen a diario nunca tendrán oportunidades reales de gozar del resto de los derechos elementales de todo ser humano. Esos sectores se encuentran condenados al abandono y la indeferencia; pero no sólo de parte del Estado, sino también de grandes sectores de la sociedad. Eso duele... y mucho.

A partir de tal cuadro de situación, debemos reflexionar profundamente sobre varias cuestiones que se encuentran definitivamente interrelacionadas. Desde el aspecto humanitario, el Estado en sus distintos niveles debe garantizar el acceso a una vivienda digna. Está claro que ello no se hace de un día para el otro, pero en algún momento hay que comenzar; y que mejor que aprovechar esta coyuntura - en la que el gran público toma nota de lo que sucede - para pensar como logramos que vastos sectores de nuestra sociedad sean incluidos al sistema beneficios y deberes del Estado.

Para ello, es necesario primeramente asumir que existe excluidos en la Argentina, y planificar políticas de largo aliento con el consenso de los partidos políticos y el resto de los actores sociales. Esa políticas deber contener minimamente cuestiones como el accedo a la vivienda, a la salud, la educación. Es necesario generar fuentes de trabajo reales para poder sostener en el tiempo la planificación.

Para ello, no sólo resulta indispensable que exista voluntad política, de parte de los actores de la policita, sino también el compromiso de la sociedad toda. Y en esto, los militantes debemos realizar un esfuerzo más haciendo docencia, explicando que sólo generando oportunidades reales estaremos en condiciones de garantizarnos en el mediano plazo una sociedad mas justa, con menores niveles de conflictividad social, con menores índices de marginalidad, desnutrición, analfabetismo, mortalidad infantil, desocupación, etc.

Esta no es ni será una tarea sencilla, sino todo lo contrario. Porque en grandes sectores de nuestra sociedad se encuentra latente el germen del autoritarismo, cuyas características principales suelen ser el individualismo y el sentimiento xenófobo.

Me resulta indispensable referirme a la hipocresía que forma parte de la matriz de nuestra sociedad. Fundamentalmente al escuchar repetidamente ese discurso xenófobo e intolerante de muchos sectores que despotrican de los ciudadanos de nuestros hermanos países vecinos, vienen a nuestros suelos a trabajar, pero que al mismo tiempo explotan laboralmente. Ese nivel de hipocresía es verdaderamente insoportable para una sociedad que debe madurar y afrontar adecuadamente los debates que debemos tener como nación, para que en 20 o 30 años dejemos definitivamente atrás nuestros fracasos estructurales.

Tanto la inmigración interna como la externa, responde principalmente a cuestiones de necesidad. La gente se traslada en busca de oportunidades, no porque deseen mendigar o trabajar de sol a sol y en condiciones –muchas veces –de esclavitud, sino porque no tiene “otra” para llevarles un plato de comida a sus hijos. Y esto es lo relevante.

Parece difícil lograr comprender, luego de 200 años de historia debemos hacer los esfuerzos que sean necesarios construir un pensamiento colectivo. Porque será en el marco de ese pensamiento común, que podremos soñar en un país mas justo e inclusivo en las próximas décadas. Porque así, podemos definir cual es el rol que debe ocupar el Estado para los años venideros, y donde se pondrán los esfuerzos en término de desarrollo de las diferentes políticas de largo aliento que debemos crear.

El rol del estado debe ser el de garantizar el bienestar general. Como consecuencia de ello, existirá paz social. Pero sin esa necesaria intervención, los niveles de tensión social existentes serán cada vez más altos. Pareciera que entre Estado Nacional, Provincias y la Cuidad Autónoma de Buenos Aires, no existieran políticas en materia de planificación demográfica. A contrario de ello, lo que sucede hace años es que el "mercado" sigue regulando cuestiones tan elementales para el desarrollo equilibrado de una nación. Ello es sólo un ejemplo de los mucho que podría enumerar, que tornan este "modelo" - como gusta decir CFK- en inconsistente desde su orientación ideológica, pero lo mas terrible surge de la realidad que viven un tercio de nuestro compatriotas. Apareciendo como más grave aún que todo esto sea producto de la improvisación. Es decir que, nuestros excluidos se encuentran abandonados por el Estado a su suerte.

Ello, naturalmente genera altos niveles de tensión social, que no pueden resolverse con una lucha entre miembros de la sociedad. Máxime, cuando están en juego los mínimos elementos que hacen a la dignidad de los miles de hombres y mujeres que habitan el suelo argentino. Incluso la vida misma.

Este ovillo, sólo comenzará a despuntarse con más y mejor política. Para ello, son herramientas imprescindible el accionar de los Partidos Políticos para que el rol de Estado tenga un norte superador, contenedor de la diversas realidades sociales y garante de la real distribución de las riquezas.

No puede seguir sucediendo que los argentinos escondamos la basura debajo de la alfombra. Llegó el momento de la acción política enmarcada decididamente en la transformación de la realidad concreta. Para ello, nos estamos preparando. Estamos movilizados y dispuestos a realizar nuestros mayores esfuerzos por lograr convencer a la sociedad que éste es el camino, y a partir de ello cambiar la realidad para los tiempos.

Fuente: impulsobaires.com.ar

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