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El argentino Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP), es un experto en educación.
Fue secretario de Educación Básica entre 1999 y 2001 y hoy se destaca como conferencista. A través de su organización asesora a gobiernos de la región.
- ¿Por qué los chicos leen y escriben cada vez peor?
- Hay que tener en cuenta que ahora hay más chicos en el sistema educativo. El caso argentino es un ejemplo. En el 76 había 800 mil alumnos en la secundaria. Hoy hay cuatro millones. La sociedad le puso menos acento a la ortografía y lo único que importaba era que los niños se expresaran. El mix social es mucho más complejo. Antes los estudiantes secundarios era casi una elite. Y se sumó Internet. Recuerdo un seminario en Brasil en la que la viceministra del país admitió que se estaba evaluando a los estudiantes de hoy con pruebas del siglo anterior.
- ¿Internet, el chat... no son malas influencias que legitimizan la mala escritura?
- Hasta acá no se nota el aporte de Internet a la mejora educativa. Es inevitable que se transformará en la manera de escribir. Hay como una comprensión más de videoclip. Ya no hay relato sino una comprensión salpicada. Prefiero como era antes. La escuela está perdiendo fuerza porque antes era la única agencia que alfabetizaba. Tiene menos control, perdió el poder. Ahora está lleno de agencias que educan. La escuela debe garantizar el camino ordenado de la lectura y la escritura. Internet abrió más información pero hay que separar información de conocimiento. Puedo estar inundado de información pero no entender lo que pasa. La escuela tiene que enseñar a leer y entender. Hay que dejar de inundarla de contenidos. Los chicos en la Red no entienden nada, porque pueden buscar lo que sea en Google y aparecerán 600 resultados. El problema es que deben saber cuál elegir.
- ¿Qué hacemos con el pseudo lenguaje del chat?
- La lengua siempre se fue adaptando a los tiempos. No se habla ni se escribe como hace 100 años, pero hay que hacer una escuela más potente. Hay que volver a una escuela que garantice competencias básicas y las herramientas para seguir en la vida. Antes, la mayoría de los escolarizados seguían en la universidad. Hoy no. Hay que rediscutir el rol de la escuela y plantear qué es central y prioritario.
- ¿Por qué a los estudiantes no se los corrige y se los deja seguir escribiendo con errores? ¿No tendría que haber un cambio?
- Hay un problema de autoridad en toda la sociedad. Nadie quiere decir que no y los chicos lo piden a gritos. Hace falta uno que haga de malo para remediarte. Los papás quieren ser amigos de sus hijos y los chicos ya tienen amigos. Nadie quiere hacer de orden y de ley, por lo que se hace más difícil corregir. Los chicos están pidiendo referentes, guías. Los adultos no lo estamos haciendo. Los chicos se dieron cuenta de que los padres dudan de todo y no tiene parámetro. La escuela está en crisis y hay que buscar un equilibrio en alianza con los adultos.
- ¿Qué está peor: la educación primaria o la secundaria?
- La secundaria, porque se quebró un modelo. La secundaria era sólo para sectores medios y altos que ya no existen más. Y porque nos está costando mucho saber qué hacer con los jóvenes. Nadie se anima a pararlos. Pero nadie se anima a construir una relación con ellos. Hay una gran ausencia de los adultos que quieren seguir siendo jóvenes. Los adultos están preocupados por otra cosa. Todavía les late más los adultos transgresores que fueron que los padres responsables que deben ser. Nadie quiere envejecer.
- ¿Sirve la entrega de las notebooks a los estudiantes?
- No necesariamente es una ventaja. Hay que seguir leyendo un texto entre todos, discutirlo. El cambio se ve en las casas. Muchas madres nos dicen que antes merendaban con los hijos y ahora se levantan a los cinco minutos para ir a jugar con la computadora o para chatear. Ahí debe intervenir la escuela y no recargar tanto a la computadora. La escuela debe garantizar las herramientas básicas de aprendizaje.
- ¿La educación es la gran asignatura pendiente de Brasil?
- Era. Los brasileños encaran la reforma más audaz de América Latina. La región venía de una tradición muy vertical en la que una autoridad implementaba algo, en el medio un grupo de supervisores controlaba que las órdenes de arriba se cumplieran. La idea era no inventar nada. Todos hacemos esto. Parte de esto tenía que ver con que el objetivo era fabricar argentinos, chilenos o brasileños. En 1900 recordemos que la mitad de las poblaciones eran extranjeras. Había que homogeneizar a la población e inculcar los valores patrios y de identidad nacional. La verticalidad también funcionaba en la relación padres-hijos y de empleadores con empleados. En los 90 comenzó una revolución en la que se buscó un salto en calidad. Ahí crece la idea en América Latina de tomar pruebas de calidad educativa para intentar medir cuánto aprenden los estudiantes. Originalmente Brasil estaba muy mal y ahora es uno de los que más viene levantando, junto con Chile. En los 90 se le puso más plata al sistema, se compraron computadoras, se descentralizó el sistema, pero las mejoras no aparecían. Empieza a quedar claro que a los chicos les tiene que ir bien para que al sistema educativo le vaya bien. Los estudiantes empiezan a ser protagonistas de la mejora. En esta misma línea, en 2005 el ministro de Educación de Lula crea un Índice de la Educación Básica por resultados de aprendizaje, más tasa de retención de los estudiantes en las escuelas. Cada escuela es evaluada por este IDEB cada dos años. Si hay mejora, hay más recursos. De lo contrario, se cortan los fondos y se puede llegar a la intervención. Además, cada municipio y estado tiene un IDEB.
- ¿Pero por qué el país todavía tiene índices de analfabetización del 15% en algunos estados?
- Es un país gigantesco que había educado a una elite muy chica. El gobierno de Fernando Henrique Cardoso hizo crecer mucho la escolarización con más asignación de recursos. Cuando él llegó al poder tan sólo el 40% estaba escolarizado. Lula le sumó la asignación de más fondos por resultados y la idea de que todo mejora cuando mejoran los chicos.
- ¿Cuáles son los mejores países en educación de la región?
- Brasil y Chile vienen levantando en las pruebas escolares internacionales. Argentina viene cayendo. Tienen una meta clara y un plan. Lula hasta que no tuvo un plan no puso plata. En la Argentina, con el rebote económico se empezó a poner plata sin estrategia.
- ¿Por qué la bonanza económica de la región no implica mejor educación?
- Se ve una mejora cuantitativa, hay más gente en el sistema, pero no cualitativa. No siempre más fondos es mejor. Hay que saber dónde y cómo asignarlos. En Brasil se nota desde 2007 la mejora en los resultados. En las universidades se acordó tener una prueba de ingreso única, muy exigente. Cada universidad estableció con qué calificación mínima se ingresa. Así se logró una distribución más racional de la matrícula. Garantiza oportunidades a todos sin bajar el nivel.
Fuente: infobae.com
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