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El diario La Vanguardia convocó a madres que comparten sus tiempos con la política, la dirigencia barrial, el deporte y las entidades intermedias. Sus experiencias, sus pasiones y sus sueños.
Todas comparten un sentimiento en común. Sienten, sufren, se alegran, y se emocionan cuando sus hijos se les parecen. Son madres que comparten sus pasiones con el trabajo, la familia y sus amigos. El diario La Vanguardia convocó ocho mujeres que, además del rol de madre que las ocupa, destinan parte de sus vidas a lo que aman: la política, el deporte, la dirigencia barrial, y ONGs comprometidas y solidarias con la comunidad en la que viven.
Alejandra Alustiza (46), es abogada y está a cargo del Servicio Local por los derechos de los niños. Además de ser la esposa del intendente José Enrique Echeverría, es mamá de Micaela de 14 años y Agustín de 9. “Siempre pienso en ellos, porque primero hay que priorizar la familia y los hijos, porque lo de afuera siempre puede esperar”, dice. “No es fácil a veces asimilar las cosas de la política con la vida familiar, pero tratamos de que los chicos hagan una vida normal, aunque el padre sea el intendente de la ciudad. Siempre digo que puedo tener muchos títulos, pero Dios sabe que el título que más amo es el de ser mamá”.
Liliana Charafedín (49) dirigente justicialista y concejal de Unión Pro. Es mamá de Fátima y Amira. Dice que la política hizo que en su familia la responsabilidad de la casa y los hijos sea compartida. “Ellos entienden y respetan mis convicciones y mi pasión por la política. Un párrafo aparte para mi marido que me ayuda todos los días y me apoya en mi actividad política. Esta no es una tarea fácil, pero pienso que la vida se hace con presencias y hoy quiero revalorizar el rol de mi madre que siempre estuvo a mi lado. La madre es muy importante en la vida de una persona, por eso quiero destacar su figura. Hoy, por estar en política, tenemos un grado de exposición grande, pero como política tengo la obligación de ser la mejor mamá. Ese es mi desafío de todos los días”.
Carmen Laurhé (69) es integrante de Libalcec y mamá de Diego. Hace poco tiempo un cáncer la sorprendió y la puso frente a frente con la muerte. Con fuerza, lucha y coraje se sobrepuso a una enfermedad difícil y muchas veces fatal. “Es fundamental mentalizarse que todo puede cambiar y hay que ser positivos. Esa concepción de las cosas, hace que las situaciones difíciles se puedan superar. Ser madre ha sido un regalo para mí y eso no tiene precio, por eso mi lucha por seguir viviendo y disfrutando de las pequeñas cosas”.
Estela Battioni (54) es secretaria de la Sociedad de Fomento Gendarmería Nacional. Madre de Diego y Pablo ha sabido encontrar los tiempos y los espacios para ser mamá y dedicar ya 13 largos años a la dirigencia barrial. “Me hace muy feliz trabajar para los vecinos, pero nunca me olvidé de mis hijos. Ellos fueron el motor y el faro de todas mis acciones. Igualmente el hecho de ser mamá no se puede comparar con nada”, sostiene.
Isabel Zapata (60) es la presidenta de la Sociedad de Fomento General Balcarce. Dirigente de la Cooperativa, Isabel es madre de Fernando, Juan Manuel, Sonia y Mónica. “Hace 16 años que estoy en la sociedad de fomento. El ejemplo de mi madre fue muy importante en mi vida. Ella crió a ocho hijos y a sus hermanos que quedaron huérfanos. Ese legado fue trascendente en mi vida y he tratado de transmitírselo como pude a mis hijos, al igual que una condición que para mí es fundamental: la solidaridad”.
Silvana Caro (34) reparte su tiempo entre el deporte aventura y su familia, aunque confiesa que muchas veces sus hijos la acompañan cuando compite. Silvana está estudiando el profesorado de educación física, aunque dice que su mejor trofeo son sus dos hijos: Juan Segundo y Dolores. “Muchas veces estoy por largar una carrera, y me siento culpable por no estar con ellos. Pero creo que lo que importa no es la cantidad sino la calidad del tiempo que uno comparte con sus hijos. Lo que busco también es que mis hijos vean en su mamá a una mujer que lucha por lo que quiere y que se pone metas. Es predicar con el ejemplo, y creo que ellos lo entienden”.
Beatriz Álvarez (61) es referente de ALCO en Balcarce, una institución de autoayuda que brinda apoyo a personas con obesidad. Además, trabaja en la Cooperativa de Electricidad y es delegada del Sindicato Luz y Fuerza. Es la mamá de Marcos, Pablo, Karina y Lucas. “He pasado momentos buenos y malos, pero siempre salimos adelante. Soy una agradecida a la vida, a mis hijos, y a los amigos del camino. Creo que poder ayudar a la gente, ser feliz con mi familia, y sostener nuestro sueños hace que todos los días piense que hay algo porque luchar”.
Fabiana Manzur (43) es un ejemplo de vida. Presidenta y fundadora de la ONG Valoremos la Vida es una incansable luchadora por la seguridad vial. El tránsito le arrancó a uno de sus hijos, pero ella siguió adelante transformando el dolor en un gesto de solidaridad y compromiso social de los que no abundan. Fabiana es la mamá de David, Iara, Giselle, Franco, y Andrea. “Cuando perdí a mi hijo, víctima del tránsito, empecé a trabajar para que otros no pasen lo que le pasó a mi familia. Nos fuimos consolando unos a otros y de repente con otros integrantes pasamos a ser mamás de muchos chicos. Trato de ver siempre el vaso medio lleno, y esa característica ha sido sanadora, pero no me ha permitido superar la pérdida de mi hijo. Pero soy mamá, amo a mis hijos y a mi marido, y eso me empuja todos los días a seguir haciendo cosas”.
Fuente: diariolavanguardia.com
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