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lunes, 13 de septiembre de 2010

(Argentina) Las estadísticas oficiales sobre inseguridad llevan ya tres años de atraso

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Por Guido Braslavsky

Los últimos datos oficiales completos que están en la web de Justicia se remontan al 2007.
¿Es la Argentina un país más inseguro, con más crímenes y robos violentos? ¿No se puede salir a la calle, como mucha gente repite? ¿O la demanda de seguridad, la instalación de más rejas y cámaras, o el “tomate un remís, no caminés a esta hora” son producto de una sensación alentada por “los medios”? “Realidad versus percepción”, la discusión sobre la seguridad se politizó más que nunca en el último tiempo, con reacciones incluso del Gobierno ante lo que consideró “ataques” de figuras de la farándula que reclamaron contra la inseguridad con pedidos de “mano dura”.
Pero el asunto será cuestión de creer o no, como en las iglesias. El motivo, según los especialistas: el corte del suministro de información y estadísticas por parte del Estado , una suerte de “apagón” oficial sobre números de este área, de modo que ya no se puede arribar a criterios objetivos sobre lo que realmente ocurre en materia de seguridad.
En la página web del Ministerio de Justicia, el último informe anual sobre hechos delictivos registrados, elaborado y difundido por la Dirección Nacional de Política Criminal, se remonta a 2007 .
Así no hay datos nacionales compendiados -tarea de esa Dirección-, aunque sí estadísticas parciales que brindan algunas provincias.
El economista Ernesto Schargrodsky, director del Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas (LICIP) de la Universidad Torcuato di Tella, ensayó una explicación para esta situación: sostiene que se siguen generando estadísticas de delitos denunciados pero “a cuentagotas, cada vez con más atraso e información más agregada (global, sin detallar)”.
Según explica, las estadísticas de delitos denunciados (ante la Justicia y la policía) no agotan los recursos para medir, ya que las tasas de denuncia nunca son estables . Por ejemplo, los grupos sociales carenciados denuncian menos (tienen menor acceso a la Justicia, desconfían de la policía), y otra regla es que si hay un incremento del delito, suelen hacerse menos denuncias .
Por eso existen las encuestas de victimización, que buscan describir y cuantificar el problema de la inseguridad. El Ministerio de Justicia también hacía este tipo de encuestas, pero las interrumpió en 2003, recuerda Schargrodsky.
El investigador vincula la falta de estadísticas sobre criminalidad con “el deterioro sistemático de la información pública en todas las áreas, desde el INDEC hasta el Ministerio de Educación. Si la inseguridad es una percepción o una realidad se dirime con buenos datos. Sin estadísticas no se pueden tener medidas objetivas de la situación del país o evaluar la performance del gobierno”.
El LICIP elabora desde noviembre de 2007 su propia encuesta sobre victimización. Pero Schargrodsky admite que los esfuerzos académicos o privados no pueden subsanar el déficit informativo de las estadísticas que el Estado dejó de realizar .
Fuente: clarin.com

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