PorGustavo Sierra
Los delegados de los 194 países que participaron del encuentro dieron cierre hoy a la cumbre que se llevó a cabo en Alemania.
No lograron achicar las diferencias que países ricos y pobres mantienen sobre cómo frenar el calentamiento global.
Los delegados de los 194 países que participaron de esta cumbre de cambio climático, acá en Bonn, parecían más apurados en dejar el hotel Maritime, la sede de las deliberaciones, para irse a ver la inauguración del Mundial de Fútbol en Sudáfrica que intentar hacer un balance de esta crucial reunión. Lo que sucede es que tienen poco que decir. La mayoría de los embajadores entienden que acá hubo otro fracaso, que aumentan las diferencias entre los países ricos y los más pobres sobre cómo detener el calentamiento global que provoca el cambio climático.
El embajador de Bolivia, Pablo Solon, fue el portavoz del Grupo de los 77 más China. “Esto fue un retroceso. Se borraron del documento final los avances que habíamos obtenido en la última cumbre de Copenhague. No podemos avalarlo de ninguna manera. La presidencia de la asamblea que armó el documento tenía que haber sido el árbitro en todo esto. Sin embargo, tomó parte por uno de los equipos, el de los países más industrializados”, aseguró Solon en una conferencia de prensa inmediatamente después de que terminara el plenario de delegados.
Con matices, esa fue la conclusión de la mayoría de los delegados. Y ni siquiera los representantes de los países más ricos y contaminantes lograban expresar una sonrisa.
Ahora todo queda pendiente para la cumbre final de este año en Cancún, México. Pero ya se cree que no habrá un acuerdo final y vinculante en que los países desarrollados compensen de alguna manera su deuda histórica con las naciones menos favorecidas hasta el 2020.
Fuente: clarin.com
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