Alumnos de Bellas Artes recrearon cuentos infantiles en libros artísticos y los donaron a una fundación que asiste a pacientes oncológicos. Colores y texturas se combinan infinitamente con el fin de hacer un bien.
Contarle una historia a un chico lo estimula, lo divierte, lo hace imaginar, pensar y crecer. Que la pueda leer él mismo también es fantástico, porque le permite introducirse con sus propios ojos y manos en el mundo que le ofrecen esas páginas. Pero no están privados de esta suerte quienes -por edad u otra circunstancia- no tienen acceso a la lectura, ya que la experiencia de tocar y mirar un libro aporta innumerables beneficios.
Desde fines del año pasado, esa valiosa posibilidad aterrizó en la sede de la fundación Creando Lazos, una ONG que brinda contención a familiares y pacientes oncológicos que se atienden en el Hospital de Niños de nuestra ciudad (ver recuadro aparte). ¿Y cómo sucedió? Gracias al trabajo práctico de los alumnos del Taller de Lenguaje Visual III (o “Lenguaje III”, como comúnmente se llama a esta materia) de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. En la cátedra, los alumnos elaboran libros ilustrados y los resultados de la cursada 2009 se tradujeron en una impagable oportunidad para los chicos que se acercan a Creando Lazos.
A fines del año pasado, y luego de una exposición que los alumnos de Bellas Artes hicieron de sus trabajos, casi 300 libros de cuentos fueron donados a la fundación. Con mayoría de autores argentinos -de quienes se obtuvo el permiso para interpretar sus obras- las historias fueron adaptadas a un lenguaje visual y contadas en cartón, goma, tela, plástico, y muchos materiales más.
El programa por el cual el taller Lenguajes III se vinculó con la fundación se llama “Cuente con nosotros”, y convocó a profesionales en psicología y comunicación que trabajan en Creando Lazos, pues nadie mejor que ellos para explicarle a los alumnos cuáles son las necesidades de los chicos que leerán sus libros.
En diálogo con Hoy, Diego Tollo, miembro de la ONG, contó que todo empezó a partir de una charla que él tuvo con uno de los profesores de Lenguaje Visual III.
El docente le explicó que el incentivo de los trabajos prácticos de los alumnos era que persiguieran un fin concreto. “Nosotros casi no teníamos libros, así que le planteé esa necesidad”, cuenta Diego, y a partir de entonces quedó sellado el vínculo.
De los cerca de 300 ejemplares que recibieron, se hizo una clasificación y, por una cuestión de espacios, en la Fundación no están siempre los mismos, sino que van rotando. Aunque muchos de los libros respetan el formato tradicional, hay otros que son más bien maquetas, por lo cual sufren deterioros. Para solucionarlo, se les da aviso a los mismos alumnos para que los reparen.
“Muchos de los libros parecen un objeto, pero cuentan una historia. Aportan sonidos, colores y texturas que estimulan todos los sentidos de los chicos. Aunque se repitan las obras literarias, son todas distintas, porque están interpretadas de maneras muy diferentes”, señaló Diego.
¿Y qué buscaban con la recepción de cientos de libros ilustrados? “Pensamos en juegos y actividades didácticas, porque nuestro objetivo es acercar a los chicos a actividades que los diviertan y los alejen de la enfermedad. Queremos que se sigan sintiendo chicos como cualquier otro, y no chicos enfermos”, precisó.
Algunos de los alumnos de la facultad quedaron vinculados con Creando Lazos más allá de las obras que entregaron, y todavía hoy siguen yendo a colaborar y a estar con los beneficiarios.
Nace un costado nuevo en la cátedra
Ante la consulta de Hoy, el docente de Lenguaje Visual III Carlos Pintos explicó que todos los años se trabaja con relatos gráficos, pero en 2009 fue la primera vez que esas creaciones salieron de la facultad. Como el taller se cursa en la mitad de la carrera, los alumnos -unos 500- vienen de distintas orientaciones de las artes. Este año, contó Pintos, los beneficiarios serán alumnos de la Escuela nº 80 del barrio Savoia, City Bell. Durante la primera parte de la cursada se llevará a cabo un trabajo de campo, para conocer la situación y necesidades de los chicos que recibirán los libros. Por la experiencia del año pasado, la cátedra recibió una capacitación por parte del Programa Nacional de Educación Solidaria del ministerio de Educación, desde donde se los impulsa para presentarse a la edición 2010 del Premio Presidencial “Prácticas Educativas Solidarias en Educación Superior”.
Contención desinteresada en una delicada situación
La fundación Creando Lazos está ubicada en 14 esquina 67 de nuestra ciudad, y brinda contención a chicos de 0 a 16 años con cáncer y a sus familias. Si bien la mayoría de los pequeños que concurren allí realizan su tratamiento en el Hospital de Niños local, la fundación es una entidad independiente.
En una entrevista realizada por Hoy en febrero pasado, Mariana Moser, licenciada en Psicología y presidente de la fundación, contó que “tanto en el hospital como acá tratamos de remarcar que son chicos y que lo siguen siendo más allá de la enfermedad”.
Desde Creando Lazos, sus integrantes se proponen mejorar la calidad de vida del paciente oncológico y su familia a partir de un espacio formado por un equipo interdisciplinario de jóvenes profesionales platenses, entre los que se encuentran psicólogos, médicos, enfermeros, psicopedagogos, publicistas y comunicadores sociales.
En este lugar se brindan actividades totalmente gratuitas tales como juegos, arte y esparcimiento, a través de talleres, seminarios, asesoramiento médico integral, asistencia psicológica y psicopedagógica, grupos terapéuticos, cuidados paliativos, junto a diferentes eventos recreativos.
Consultada acerca de cómo es trabajar con chicos con cáncer, la especialista aseguró que “tratar esta problemática es una tarea difícil, pero a pesar de todas las dificultades apostamos a mejorar la calidad de vida”.
Los datos difundidos por la dirección de Estadísticas del ministerio de Salud de la Nación muestran que el cáncer es la primera causa de muerte por enfermedad en el grupo etario de 5 a 15 años, secundado por los accidentes.
Sin embargo, en los últimos veinte años, gracias a los avances terapéuticos, la mayoría de los niños con cáncer sobreviven por períodos prolongados y más del 50% por ciento de estos pacientes se cura.
Fuente: diariohoy.net
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