
La concejal Viviana Yaeny, autora de la iniciativa, explicó que "se pretende que el inspector municipal, así como controla que el conductor no vaya hablando por teléfono, tenga una herramienta para actuar ante estas malas conductas sociales".
La edil negó que el municipio tenga afán recaudatorio y destacó que "se han visto personas tirar desde los vehículos hasta pañales, mientras que en España, por ejemplo, por arrojar una simple colilla de cigarrillo se cobran 300 euros de multa".
Remarcó además que "se aspira a terminar con los malos hábitos para una mejor convivencia", porque "sólo con buena conducta de nuestra parte vamos a lograr una ciudad limpia".
Fuente: àmbito.com
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