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domingo, 28 de octubre de 2018

La dieta cetogénica, una aliada eficaz contra la epilepsia

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La dieta cetogénica busca generar en el organismo una situación de cetosis similar a la del ayuno (Getty)
Por 


Nacida originalmente como tratamiento médico alternativo, hoy cobra relevancia también en las celebridades para bajar de peso. Eric Kossoff, doctor en Neurología del Hospital Johns Hopkins de EEUU dialogó con Infobae sobre la importancia de esta nueva forma de alimentarse, especialmente en personas que sufren epilepsia.
Unos podrán decir que se trata de una moda pasajera, a la cual 
muchos famosos la adoptaron para bajar de peso. Esta dieta es 
una de las más realizadas por las celebridades por el descenso de 
peso asegurado en poco tiempo comiendo "cosas ricas" y no
 basada en frutas y verduras. Kim Kardashian perdió, gracias a la 
"Keto diet", 25 kilos. Megan Fox, Adriana Lima y Gwyneth Paltrow 
también probaron este régimen.
Otros afirman que verdaderamente funciona y es necesaria como
tratamiento médico para al epilepsia.
Se trata de la dieta cetogénica, que comenzó en el 1920 con 
un único objetivo: tratar a niños epilépticos que no 
respondían correctamente a la medicación.Hoy, según un
estudio del Centro Nacional para la Información Biotecnológica, esta
dieta, además de tratar a personas con epilepsia, ayuda a las
enfermedades neurológicas asociadas con el metabolismo
deficiente de glucosa en el cerebro.
Uno de los máximos referentes a nivel mundial de esta dieta es
 Eric Kossoff, doctor en Neurología y Pediatría del Hospital 
Johns Hopkins de EEUU, que vino a la Argentina a un seminario
médico y dialogó con Infobae sobre la importancia de esta nueva
forma de alimentarse, especialmente en personas que sufren
epilepsia.
"Es básicamente una dieta para tratar la epilepsia y se utiliza 
cuando los mediamentos tradicionales no ayudan a 
controlar las crisis convulsivas. Si bien se utiliza mayormente
en niños, estamos comenzando a usarla cada vez más en adultos,
especialmente en aquellos que no responden bien a medicamentos
o inclusive, cirugía", explicó Kossoff, que aclaró que la dieta no es 
fácil, pero se puede llevar adelante y hay muchos métodos
buenos para hacerla tolerable.
"Se trata de una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos
que tradicionalmente se comienza en un centro médico, pero
existen distintas maneras de realizarla como paciente ambulatorio.
La mayoría de las familias que hacen la dieta se comprometen a
seguirla y cumplirla durante aproximadamente 3 meses. Y si
funciona, se recomienda que la adopten por unos 2 a 3 años",
puntualizó el reconocido neurólogo estadounidense.
Según datos médicos aportados por el profesional, los chicos son 
los que mejor permanecen en la dieta por más tiempo y
funciona aproximadamente en la mitad de los menores que la han
adoptado. Así, el 50% de los chicos que la siguen, tienen una 
mejoría de la menos un 50% de las crisis convulsivas.
Y aproximadamente 1 de cada 10 queda libre de la crisis.
"Sabemos que funciona mejor en ciertos tipos de epilepsia, por lo 
que es importante que hablen con su neurólogo para saber qué 
tipo de epilepsia tienen, porque eso ayuda a los médicos a 
decidir si se intenta la dieta o no. Estamos utilizando cada vez 
más esta dieta en chicos más pequeños. Ahora existen en el 
mercado muchas fórmulas cetogénicas, que pueden prepararse y 
le aportan a la dieta un sabor agradable para el paladar del niño", 
indicó Kossoff.
Y agregó: "Los adultos, por su parte, puden comenzar la dieta con
una alimentación baja en carbohidratos y alta en grasas, que
 pueden comer en sus trabajos o inclusive hallarlos en algunos
restaurantes hoy en día. Esta dieta requiere necesariamente una
supervisión médica, tanto del neurólogo como del especialista en
nutrición. Se trata de un tratamiento que no sustituye a la
 medicación".
Las estadísticas en EEUU indican que los niños que la adoptan
pueden reducir considerablemente la mediación, a más de 
la mitad. "Si los chicos mejoran luego de 1 o 2 meses de
 tratamiento, sin padecer convulsiones o quizas con episodios
menos violentos, nosotros, los neurólogos, iremos reduciendo
paulatinamente la medicación hasta comprobar que responde bien
a la falta de esas medicinas", precisó el experto.
En qué consiste la dieta cetogénica
Es una dieta proteica que se basa en una alimentación alta en 
grasas buenas, proteínas y un restrictivo consumo de hidratos de 
carbono.
Los hidratos de carbono de buena calidad que se pueden
consumir para este tipo de dieta son los panes integrales, 
fideos, arroz integral, quinoa y legumbres que proveen 
glucosa al cuerpo. Las proteínas, variedad de carnes y huevos,
tienen como función principal la regeneración del tejido muscular.
Las grasas de buena calidad, como los frutos secos, palta y 
aceite de oliva, aportan omega 6, vitamina E y antioxidantes.
En diálogo con Infobae, la licenciada en nutrición Cecilia Aletto
(MN.8624) explicó: "Los hidratos de carbono se tienen que
distinguir entre los de buena y mala calidad. Los de buena calidad
ayudan en complemento a las grasas de buena calidad (palta,
frutos secos, semillas), que junto a las verduras ayudan a una dieta
para las enfermedades neurológicas. Lo que sí se debe tener en
cuenta es sacar de las dietas los hidratos de carbono de mala
 calidad, que serían los productos refinados de panadería".
"Bajar de peso bajás, pero lo importante no sería bajar. Al cambiar
la composición corporal y tener mayor masa grasa, vos bajás 25 kg 
pero lo que te quedó en el cuerpo es grasa. Por lo tanto, tenés un 
metabolismo lento", advirtió la licenciada.
Dieta cetogénica en Argentina
En el último congreso de la Sociedad de Neurología infantil
(SANI), realizado recientemente en Neuquén, se presentaron las
primeras Guías prácticas para el manejo integral de las epilepsias,
que resaltan la eficacia de la dieta cetogénica como tratamiento no
farmacológico y el trabajo en equipo multidisciplinario para
favorecer el éxito del tratamiento.
Para aquellas personas con epilepsia que no logran controlar las
convulsiones luego de probar con 2 ó 3 medicamentos
antiepilépticos, existe una opción no farmacológica que ha
demostrado beneficios muy significativos para reducir la intensidad
y cantidad de convulsiones y mejorar las funciones cognitivas,
estado de alerta, coeficiente intelectual, atención, funciones
sociales y calidad de sueño del paciente. Se la conoce como dieta 
cetogénica y consiste en estrictos cambios en la 
alimentación, con un incremento en la ingesta de grasas y una
reducción de la cantidad de hidratos de carbono.
"La epilepsia es una enfermedad que no respeta sexo, edad ni
clase social. En cuanto a la prevalencia en nuestro país,
extrapolando valores internacionales de referencia que registran
una cifra entre el 0,5 y el 1 por ciento de la población, nos da un
total del orden de los 200 a 400 mil casos, de los cuales
aproximadamente el 60% son niños", sostuvo el doctor Roberto 
Caraballo, especialista en Neurología Infantil, jefe del Servicio 
de Neurología del Hospital de Pediatría Prof. Juan P. Garrahan y 
uno de los autores del documento.
Los niños con epilepsia refractaria pueden sufrir más de 50
episodios diarios de convulsiones. La evidencia científica de la
dieta cetogénica demostró la siguiente efectividad tras un mes de
seguimiento: el 70 por ciento de los niños que iniciaron la dieta
cetogénica evidenció una reducción en la cantidad de convulsiones
mayor al 50 por ciento, mientras que -dentro de ese grupo- casi 4
de cada 10 (37%) lograron una disminución superior al 90
por ciento.
"En la dieta cetogénica clásica, se controlan y se miden con la
mayor precisión posible la cantidad de calorías, proteínas y líquidos
que se ingieren. Contiene un 90% de grasas, 8% de proteínas y 2%
de hidratos de carbono. La Dieta de Atkins Modificada es una
variante menos restrictiva que la dieta cetogénica clásica, e incluye
60% de grasas, 30% de proteínas y 10% de carbohidratos", precisó
el experto.

Esta dieta fue desarrollada en el Hospital John Hopkins y suele 
indicarse generalmente en adolescentes y adultos, ya que puede 
realizarse fuera del ámbito hospitalario y no requiere pesar las
 porciones de los alimentos.
Los resultados no son típicos y pueden variar de persona a 
persona.
Fuente:infobae.com

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