Los espacios de encuentro femeninos resultan enriquecedores. Nuevas fuentes de inspiración.
Los círculos femeninos son alentadores, inspiradores. Juntas, las mujeres no sólo comparten experiencias para alentarse y colaborar entre pares. También arman redes de contención y son expertas a la hora de desempeñarse en comunidad.
Ahora, en plena explosión del movimiento Women Power, este tipo de alianzas adquiere una dimensión mayor. “Buscamos grupos de referencia para sentirnos acompañadas, motivadas, para ayudar, intercambiar vivencias, ser solidarias”, explica Alejandra Leguizamón, creadora en 2017 de Mamá Emprende, un espacio que cuenta con 25k seguidores en Instagram. Su comunidad está integrada por jóvenes entre 25 y 35 años, emprendedoras ya consolidadas o con ganas de encarar un proyecto por su cuenta, en donde la empatía es fundamental. “Hay un tema de hermandad que convoca”, apunta Marina Ponzi, pionera en la materia y fundadora de Ladies Brunch, la primera comunidad de networking y capacitación para mujeres emprendedoras en la Argentina. Arrancó hace ocho años (”cuando todavía no se hablaba de feminismo ni de emprendedores como ahora”, agrega Marina) y hoy la integran 18.000 ladies, profesionales que asisten a talleres y cursos y buscan compartir asesoramiento para superarse.
Ese estar “hermanadas” tiene un significado especial para Lala Pasquinelli, que llama de ese modo a sus encuentros en el Centro Cultural Recoleta. Con los workshop Mujeres que no fueron tapa y su Hackeo de revistas, invita a reencontrarse con la naturaleza femenina desde otro lugar, a través de la reflexión y el arte. “Los círculos de mujeres son algo muy propio del feminismo de los años 70, cuando era común reunirse a compartir vivencias. Porque al contar tu experiencia, cotejás que lo que te sucede a vos también le pasa a otras. Así te das cuenta que lo tuyo tiene que ver con un contexto más general, no individual solamente, y esto pone en marcha otras cuestiones internas. El activismo íntimo es encontrarse y escucharse en un ambiente donde todas son mujeres: la voz de las mujeres que no son escuchadas”. Para Lala, estos espacios son necesarios. Ponen en juego lo vincular, la amorosidad femenina, el cuidado hacia las demás. “Todo enriquece porque ahí te sentís contenida, te ves reflejada y aprendes. Es empoderante”. (“Una reunión terapeútica”, define una alumna de su taller).
¿Más ventajas? Permitir explorar el “ser femenino”, aporta Aleandra Scafati, fundadora de EcoMujeres, una organización reconocida por Naciones Unidas que promueve conductas y hábitos sustentables y apuesta a la mujer como agente de cambio. “Nosotras tenemos la capacidad de ser cooperativas y solidarias desde que todavía no teníamos lenguaje y vivíamos de manera nómada, en cavernas. Entonces se cocinaba y se cuidaba a los hijos en conjunto. Esto quasi prehistórico y propio de la mujer, es una de las ventajas competitivas que tenemos hoy, en un mundo donde la cooperación y la solidaridad son claves”, dice.
Sensibilidad innata, protección, guía, cuidado del planeta, de la familia, de la comunidad. “Empatizamos naturalmente con estos temas. Y aquí radica nuestra fortaleza. Somos multitasking. La capacidad de atender varias cuestiones a la vez, ese instinto de protección, está vinculado al hecho de tener la capacidad de dar vida. Tener hijos o no es anecdótico. Es un tema biológico, de formación, que hay que celebrar”, agrega Aleandra, quien mañana, 1° de Mayo, organiza con EcoMujeres un evento solidario: Desfile de diseño sustentable y la primera Feria de sombreros y tocados en el Hipódromo de Palermo.
Pero juntas, las mujeres no sólo comparten experiencias para alentarse o ayudarse mutuamente. También proponen ideas de alto nivel, a escala política, como las que se debatieron en las mesas de discusión del W20: Implementar CV ciegos en la selección de personal y mejorar la promoción y desarrollo de carrera (Fundación Global).
Replicar la experiencia del sistema de cuotas del poder legislativo al resto de los poderes e introducir la perspectiva de género y diversidad en la educación formal, desde la primaria hasta la universidad (Voces Vitales).
Incrementar la participación de las empresas lideradas por mujeres en las compras y contrataciones públicas (Sector Mujeres Empresarias).
Generar un sello W Líder, que tenga beneficios crediticios e impositivos para las empresas que lo posean (Fundación Flor).
Fuente: clarin.com
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