Las jornadas fueron organizadas por el Foro por la Educación Pública. Concluyeron en la necesidad de habilitar la pluralidad de voces en las aulas, formar docentes con pensamiento crítico y establecer un presupuesto participativo.
La necesidad de construir una política pública integral en educación y de forjar una pedagogía emancipadora, que se enfrente con el pensamiento único y habilite la pluralidad de voces en las aulas, es uno de los desafíos que se propone el Foro por la Educación Pública de la Ciudad de Buenos Aires, que tras una serie de asambleas pedagógicas comunales trazó un diagnóstico de la situación en escuelas porteñas. Padres, docentes y estudiantes echaron luz sobre las principales deficiencias del sistema educativo, entre las que figuran la falta de financiamiento para el sector, la escasa construcción de escuelas y el déficit de vacantes en la zona sur. Mediante una proclama, pidieron que se garantice plenamente la educación pública y la adopción de políticas que favorezcan el desarrollo de chicos y adolescentes. Los resultados, difundidos ayer, serán presentados a los candidatos a jefe de Gobierno y llegarán hasta la Legislatura porteña para que se plasmen en proyectos de ley.El propósito de las asambleas, con más de 500 participantes, consistió en trascender el espacio docente para que tanto padres como estudiantes puedan ser partícipes en el diagnóstico de la educación pública, plantear sus principales problemas y desafíos y hacer propuestas. El debate permitió relevar la continuidad de mecanismos de precarización laboral, problemas de infraestructura, subejecución presupuestaria y vacantes y falta de docentes, de acuerdo con el documento del Foro que integran, ente otros, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), la Asociación de Educadores de América Latina y el Caribe (Aelac) y la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera).
“Queremos que se aplique un presupuesto participativo en educación, para decidir en qué usar los fondos, y tener un sistema de control colegiado (con docentes, padres, estudiantes y el Estado) para evitar que se reasignen partidas”, señaló Angélica Graciano, secretaria de Educación de la UTE, en diálogo con Página/12.
Entre las propuestas figura la construcción de una pedagogía emancipadora. “Vemos la posibilidad de construir un proyecto latinoamericano, con una pedagogía que responda a él”, remarcó Pablo Imen, coordinador del Departamento de Educación del Centro Cultural de la Cooperación.
“Tenemos que enseñar contenidos que ayuden a construir un pensamiento crítico en relación a lo que dicen los medios y los propios maestros. Buscamos que no haya un conocimiento único, sino que se pueda debatir y conocer diferentes puntos de vista”, explicó Graciano, de UTE. Uno de los caminos es recuperar la literatura nacional y la inclusión de historiadores y filósofos argentinos. “El desafío es que dentro de la escuela circulen saberes: todos podemos aprender algo, también los docentes”, aseguró.
El proceso emancipador “supone formar personas con un pensamiento propio, apuntar a desarrollar todo los aspectos de la personalidad y crear una ciudadanía protagónica y participativa”, precisó Imen. Por eso, se impulsa la formación inicial y permanente de docentes críticos, con un enfoque de trabajo colectivo, reflexivo, interdisciplinario y transformador
Fuente: pagina12.com.ar
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