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Por Carolina Brunstein
Un año después del violento terremoto que destruyó gran parte de Haití, la reconstrucción parece todavía lejana.
“Puerto Príncipe sigue siendo la misma ciudad carpa”, describe el presidente de la delegación argentina de Médicos del Mundo, Gonzalo Basile, quien estuvo trabajando en una zona rural cercana a la capital haitiana desde febrero.
“Los campamentos, que debían servir como una solución provisoria se transformaron en viviendas permanentes. Hay familias viviendo en condiciones muy precarias, hacinados, con grandes dificultades para acceder a agua potable y un gran riesgo sanitario por la acumulación de basura y materia fecal”, explica a Clarín por teléfono desde Leogane, el poblado que fue epicentro del sismo que dejó casi 300.000 muertos y más de 1,3 millones de personas sin techo.
Basile coordina un equipo de profesionales argentinos que trabajan en promoción de la salud en comunidades rurales de Haití, y remarca que, además de la epidemia de cólera que dejó más de 3.300 muertos desde octubre, los campamentos improvisados tras el terremoto potenciaron el contagio de otras enfermedades que ya golpeaban al país más pobre de América: tuberculosis, fiebre tifoidea, desnutrición o VIH, entre otras.
Un año después, ¿se ve algún signo de reconstrucción? Se ha trabajado muchísimo con la lógica de la emergencia, en especial por parte de organizaciones no gubernamentales. Pero no se aplicó una estrategia de reconstrucción de la infraestructura. En marzo se hizo una conferencia internacional de donantes de la ONU y se anunció una ayuda de 10.000 millones de dólares para Haití. Pero sólo llegaron algunos cientos de millones de dólares.
¿Los haitianos terminarán acostumbrándose a vivir en carpas? Tienen cierta frustración y desilusión, pero no conformismo. La sociedad de Haití tiene grandes potencialidades. Hay un grado de desarrollo muy importante. Los pescadores artesanales de Leogane lograron hacerse sus casas tras la destrucción del 90% del pueblo. Hay que potenciar esas capacidades. Existe el riesgo de que algunas situaciones que se ven hoy se conviertan en estructurales.
¿Qué rol debería asumir la comunidad internacional? Es fundamental fortalecer la ayuda, en especial desde el Mercosur y Unasur, para que se pueda avanzar en Haití hacia un sistema público de salud. Pero nada se puede hacer sin tener en cuenta a la sociedad civil haitiana.
Fuente: clarin.com
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