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Por: Lidia Minerski
Las formas democráticas, para no quedar reducidas a una cuestión formal, requieren de la participación colectiva en los asuntos públicos.
Esa participación pública y colectiva debe expresarse ahora, cuando de lo que se trata es de seleccionar a las candidatas y candidatos que aspiran a ser jueces del Superior Tribunal de Justicia.
Claro que a muchos les resultará incómodo ese debate y participación colectiva.
Y ello por cuanto una participación tal siempre interpela sobre los antecedentes, los valores, las condiciones, y los méritos de quienes merecen ser o no candidatas y candidatos.
Habrá quienes prefieran que las candidaturas se tejan en los pasillos de los grandes estudios de la provincia o se discutan en las oficinas de los políticos con poder de decisión.
Sin embargo, los colectivos sociales, las asociaciones profesionales y académicas, los gremios y sindicatos, los grupos reunidos alrededor de cuestiones de género, todos en definitiva, tenemos derecho a participar de un proceso en el cual se habrá de decidir un aspecto consustancial a la República.
Es necesario recordar que tenemos el derecho a interpelar a esas posibles y futuras candidatas y candidatos. A conocer quiénes son y a interrogarlos tanto sobre su apego real a la democracia participativa, como así también en relación a otros conflictos inherentes a la sociedad de nuestros días.
¿O es que acaso los jueces tienen carta blanca para escapar al escrutinio republicano?
Fuente: ddbariloche.com.ar
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