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Por Osvaldo Pepe
Detrás de la hojarasca de la pelea política y de las especulaciones...
del año electoral que ya despunta, hay noticias que estremecen porque reflejan décadas de ausencias crónicas del Estado y de carencia de políticas adecuadas de los gobiernos. Según datos oficiales del Ministerio de Salud, la mortalidad materna se encuentra hoy en el pico más alto de los últimos 23 años (ver La mortalidad materna es la más alta en 23 años). Se conoce como mortalidad materna a las patologías asociadas al embarazo, el parto y el puerperio. Su reducción fue planteada por la ONU como uno de los grandes “objetivos del milenio” para la comunidad de naciones. Desde que se anunció ese pacto universal en el 2000, en Argentina la cifra fue siempre creciente. Y en 2009 murieron 410 mujeres por esas causas, la mayoría de grupos sociales muy vulnerables. Más de una por día.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) acaba de presentar un informe sobre la Argentina en el que se dice que en las últimos 40 años el desarrollo humano entre nosotros tuvo una evolución menor a la esperada para un país con las potencialidades de la Argentina. Se destacan algunos avances en educación y en la expectativa de vida, pero ambos muy condicionados por los desparejos ciclos de crecimiento económico. En esos 40 años, vivimos 11 bajo dictaduras y 30 en democracia, 27 en forma consecutiva. La devastación de las dictaduras produjo daños estructurales perdurables, pero el tiempo transcurrido habla también del déficit de las dirigencias civiles.
El dato de la mortalidad materna es una interpelación rotunda a todos los gobiernos del ciclo. Mientras oficialismo y oposición juegan, por ejemplo, al hamletiano dilema parlamentario (quórum or not quórum?) en la Argentina siguen pasando cosas como éstas. ¿Alguien se hará cargo y lo asumirá como compromiso de campaña?
Fuente: clarin.com
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