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La investigadora Silvina Gvirtz de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, lanza un alerta al sistema educativo...
e insta a corregir integralmente la desigualdad de origen de los alumnos con medios de calidad. "Si un chico deserta, hay un sistema-país que fracasa"."Pese a que el fracaso escolar es un fenómeno que se da en todos los sectores socioeconómicos, cuando ocurre en ambientes de riesgo social, se convierte en una doble amenaza".
"Peor aún, el mapa de la deserción escolar y del fracaso escolar coinciden con el mapa de la pobreza. Y es justamente en condición de pobreza donde, quien sale de la escuela agudiza su situación vulnerable", explica. De ahí que, a su juicio, "el sistema debe extremar cuidados para mitigar la desigualdad de origen".
En toda América Latina, dice, "la deserción está muy relacionada con la pobreza y falta de condiciones adecuadas para el estudio". Y, salvo el caso de Chile -con 1,3%-, las cifras de deserción no son bajas: 8% en Uruguay, 10,1% en Argentina, 20% en Brasil y 36% en Paraguay. En cada caso "los chicos que más desertan son repitentes y pobres".
Otro problema son los bajos y desiguales logros de aprendizaje. De ahí que, tal como en toda la región, se debe enfatizar en una mayor calidad donde hay más carencia: "Los mejores profesores debieran estar allí y la infraestructura de esas escuelas debiera ser la mejor. Si eso ocurriera, sería una señal poderosa de que al Estado le interesa que todos sus niños tengan igualdad de oportunidades".
Está convencida de que "si un chico deserta, hay un sistema-país que fracasa". Añade que "se asume como moralmente neutro el que primero se cubran los derechos de algunos y después los de otros, siendo esto contrario a los principios de igualdad y justicia para todos".
Garantizar la justicia educativa, para combatir la deserción, requiere enfocarse en tres dimensiones:
• Rendimiento interno de los sistemas: "Un buen sistema educativo es en el que repiten pocos y se gradúan muchos. El sistema de financiamiento de la demanda presiona para la mejora; si un chico repite o se va de la escuela, ésta recibe menos dinero", plantea.
• Rendimiento académico: Es el que se mide a través de pruebas nacionales o internacionales como TIMSS".
• Articulación con la familia y la comunidad: "Se debe promover una escuela abierta a la comunidad, que funciones como un centro de articulación con otras políticas sociales, asegurando integralmente los derechos del niño".
A juicio de la experta, "un mejor rendimiento interno es positivo siempre que se asocie a rendimiento académico, que es algo que no pasa en muchos paíse. De no haber esa relación, ese indicador no tiene valor".
Y es que, dice, "cuando un alumno no aprende y más aún cuando repite, el sufrimiento personal y el fracaso social es muy grande; por ello está estudiado que la repitencia es la antesala de la deserción". Revertirla implica un acompañamiento integral, desde el jardín infantil hasta el último día de la educación secundaria.
En América Latina las tasas de deserción escolar temprana son muy elevadas.
Hay que tener presente que muchas veces als metas de los estudiantes no son las mismas. Los proyectos y fines de cada uno son diversos segun la situación social, económica y cultural.
Desde UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) se afirma que las causas principales de la deserción escolar son la pobreza, la exclusión y la capacidad escasa de las escuelas para contener alumnos.
Mientras que la Ley de Educación Nacional sostiene, entre sus objetivos, dos muy importantes:
• Fortalecer la identidad nacional, basada en el respeto a la diversidad cultural y a las particularidades locales, abierta a los valores universales y a la integración regional y latinoamericana.
• Garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen prioridad a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Mientras que la ley sostiene la inclusión educativa, diversidad cultural, integración… se vive otra realidad en nuestra sociedad. Las estadísticas nacionales muestran que los indicadores más graves se concentran en la escuela media, con una abandono interanual del 8,54% en los primeros años, que llega al 19,79% en los últimos tres. Esto afecta, principalmente, a 270.000 adolescentes”.
Cada vez más niños y adolescentes queden fuera del sistema educativo, y esto tiene que alarmarnos a todos como sociedad. Hay que tener presente que la educación que se brinda hoy en las escuelas forma a los adultos del mañana.
Fuente: iguzunoticias.com
Hola a todos:
ResponderEliminarEfectivamente creo que el problema que se plantea es bastante importante.
Yo en España he dado algunas charlas/conferencias en universidades, congresos, centros de estudios especializados y colegio, para intentar ayudar a solucionar este tema.
Además este año me han publicado un artículo en el que explico posibles soluciones al respecto.
Si alguien cree que le puedo ayudar tanto mandándole el artículo como dando alguna charla, conferencia. Se puede poner en contacto conmigo en mi correo electrónico de la universidad donde doy trabajo:
f.miralles@ceu.es