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lunes, 20 de septiembre de 2010

(Argentina) Un Estado impresentable: Una nena discapacitada murió sin haber recibido una ayuda prometida

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Eran 25 mil pesos. El trámite se inició en 2006 y fue aprobado en 2009, pero nunca cobró.
Lo primero que escuchó de los médicos en la sala de partos fue que Lara apenas podía vivir unas horas. Pero los días pasaron y Lara seguía viva. “No se haga ilusiones, su hija va a ser un vegetal”, le dijeron entonces. Pero Yésica no escuchó y siguió adelante. Y cuando cumplió cuatro años, Lara ya iba al jardín de infantes con los otros chicos del barrio.
Yésica Leiva pudo contra todos los males de su hija. Se dedicó a ella a tiempo completo y consiguió que poco a poco Lara tuviera una vida normal. Pero las fuerzas no le alcanzaron para ganarle a la burocracia y la corrupción: Lara murió el 30 de junio sin recibir los 25 mil pesos que le habían prometido a su mamá para acondicionar un cuarto que le permitiera seguir adelante con su rehabilitación . Alguien se quedó con el primer pago. A Yésica no le sorprende. Desde 2006, están cobrando un plan social a su nombre .
Lara tenía mielomeningocele –la variante más grave y frecuente de la espina bífida–, que le produjo parálisis e hidrocefalia. Yésica nació con el Síndrome de Marfan y tiene una prótesis en la espalda. A pesar de sus discapacidades, de no tener casa propia y no recibir plata del papá de la nena, en estos seis años la única ayuda que Yésica obtuvo fueron 150 pesos de un plan de Jefes de Hogar y otros 160 de una pensión de su hija. Por una única vez, Nación le envió un cheque por 1.200 pesos que usó para hacer el contrapiso del cuarto.
Yésica vive en Florencio Varela. Desde que murió Lara apenas se levanta. Pasa todo el día en el cuarto que compartía con su hija, con el piso a medio terminar, y la cama de Lara llena de ositos de peluche. A un costado todavía tiene el bolso que llevó al Hospital de La Plata para la operación de columna en que murió su hija. Tiene la piel transparente y de tan flacos, sus brazos parecen a punto de quebrarse. Su voz apenas se escucha: “Yo pensaba que eran trámites que no salían, que estaban trabados. Es muy feo luchar y luchar y que las cosas nunca te salgan”.
Alejandro Bagato, secretario de Salud y Desarrollo Social de Varela, admite que ese primer pago de los 25 mil pesos tiene paradero desconocido . “Ese es el eslabón que todavía no pudimos saber donde está”, le dijo a Clarín .
Pero la lista de Yésica es tan interminable como increíble. Dos veces le perdieron los papeles para conseguir un plan Jefes de Hogar. Lo mismo sucedió con los planos que tuvo que presentar para conseguir el dinero para las refacciones en su casa, trámite que empezó en 2006, recién se aprobó en 2009 y finalmente fue cobrado por otro.
Alguien se quedó con su tarjeta para comprar 65 pesos en alimentos . Y un año tardó el técnico de IOMA en tomar las medidas para la silla de ruedas. Lara tuvo que aprender a manejarse en el “pepemóvil” que le armó su abuelo con restos de bicicletas.
Después de que su historia fue publicada en el diario local Mi Ciudad, el municipio le envió dos asistentes sociales. Pero Yésica dice que ya nada la consuela: “Ahora me dicen que una pensión por invalidez me puede salir en un mes cuando me habían dicho que tardaba un año, si es así me daría mucha bronca, para qué quiero ahora la plata, yo la necesitaba para disfrutar con mi hija”.
Fuente: clarin.com

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