El mayor desafío que hoy tiene la educación es el de reducir las desigualdades, tanto sociales como educativas.
Hay que integrar, hay que crear espacios de convivencia en las escuelas, hay que reinventar el educación, hacerla más atractiva, no olvidar que la educación debe tener tres objetivos fundamentales ampliar las capacidades y los conocimientos de los alumnos, favorecer la convivencia, enseñando a vivir con el otro, y desarrollar un sentido de la vida, un sentido de los valores y de la ciudadanía. El gran contrastante que se ve en la sociedad es la desigualdad social. Hay una profunda desigualdad social la brecha entre el rico y el pobre ya es inmensa y ya sin posibilidades de revertirla, puede por momentos achicarse sin un valor significativo, como así también una profunda desigualdad educativa (publica- privada; publica- rural; publica- de alto riesgo o no) La desigualdad social es el mayor desafío para la educación en la Argentina y es la que marca la desigualdad en el aprendizaje,
En nuestro país hubo un gran proceso de des culturización que empezó con el golpe militar del 76 cuya primera medida fue transferir las escuelas primarias a las provincias, pero sin dotarlas de prepuesto para ello, luego con la instauración de la democracia no se revirtió dicha medida y más aún en el gobierno de Menem otra de las medidas fue transferir también la enseñanza secundaria a las provincias… y sin dotarlas de medios…. Las cifras de hoy son rotundas. El 40% de los jóvenes deja de estudiar entre los 13 y los 18 años y el 8% de los adolescentes ni siquiera termina la enseñanza obligatoria, no solo es culpa de la educación en sí hay causas sociales que influyen en esta gran deserción, (la falta de trabajo de los padres, en algunos de los casos hace que muchos niños hoy sean los sostenes de sus familias, el precio es la des alfabetización por no poder terminar ni la primaria)
El analfabetismo, y la imposibilidad, en algunos casos, de acceder a la educación, la escasa oferta existente y el gran abandono escolar son temas aún pendientes en nuestra provincia y en toda la Argentina.
Lo primero que tenemos que ver es por qué muchos jóvenes abandonan la educación y atacar ese problema en el origen. Puede ser por falta de recursos, por falta de apoyo familiar o porque la escuela no les dice nada, porque es muy clásica, muy tradicional, muy aburrida. O porque las condiciones para enseñar en las escuelas no son las adecuadas: demasiados alumnos, pocos medios interesantes, poca relación con el entorno, escuelas transformadas en comedores donde la educación solo puede ser posible a medida que se vaya alimentando y recuperándose del hambruna cuya consecuencia directa es la baja capacidad de aprender o de poder prestar atención en un determinado lapso de tiempo.
Si abandonamos o dejamos a la buena de Dios a las escuelas públicas es porque abandonamos a nuestros niños. Abandonamos a nuestros niños porque no nos preocupa el futuro. Para ser serios y demostrar el interés hacia la niñez, se tendría debería que privilegiar la inversión educativa por sobre cualquier otra porque, no se puede medir el futuro de acuerdo al déficit. La niñez, la educación publica deberían estar por sobre cualquier otra política pública porque, sin educación pública, no hay público sino hay publico hoy no hay futuro mañana. Habría que ver hasta que punto hay una “voluntad” de encauzar nuevamente la educación publica (no olvidar que en otra época la argentina era un nación poderosa con una educación excelente y los profesionales eran contratados por otros país por esa calidad educativa) y que esta no vaya en camino a una tragedia porque la crisis educativa actual refleja, un desinterés profundo, egoísta, intencionado, dirigido para el futuro de los niños de hoy, y del futuro como nación. Hoy un escuela es un edificio con paredes visiblemente deterioradas o simplemente sin terminar, baños en condiciones terribles y rejas… muchas de ellas con los cierres rotos y sobre todo en los lugares donde se guardan “material sensible de robos”, tales como las cacerolas y cubiertos que se utilizan en el comedor, alimentos, los asaltos y destrozos nocturnos no son raros.
La escuela fue siempre “la fábrica de personas” de dar conocimientos pero también es una fuente de expectativas y aspiraciones sociales
“La educación y los conocimientos disponibles son hoy una línea divisoria de la sociedad; de hecho, esos factores han partido a la clase media en dos. Para decirlo en forma sucinta: la distribución del conocimiento en la sociedad es más desigual, y más desintegradora que la distribución de la riqueza”.
“No importa la cantidad de años que asita ala escuela, muchos no aprenden nada. En general, la clase media y obrera urbanas tiene acceso a una educación primaria razonable; en cambio, las clases bajas generalmente no lo tienen –aun más, muchos niños pobres no van a la escuela y muchos otros sólo encuentran en ella contención y alimentación, no educación propiamente dicha–. El nivel secundario se ha deteriorado prácticamente para todos. La educación técnica fue casi desmantelada años atrás y ahora hay una modesta pero importante recuperación. y las personas que están aún más abajo en esos términos, quienes carecen de toda calificación y todo conocimiento, no pueden sino ser pobres y, lo que es peor, no pueden sino estar condenados a seguir siendo pobres”.
Fuente: blogs.clarin.com
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