► Bienvenido a nuestro sitio web, esperemos te guste y nos visites recurrentemente ◄

jueves, 29 de julio de 2010

Políticas contra la pobreza, de mito en mito

JORGE CORREA C. Redacción Economía y Negocios

El mayor desafío del mundo hoy es superar la pobreza, que golpea a más de 3.500 millones de personas, de las cuales 1.400 millones viven en la indigencia.

La pobreza es un tema de primer orden, pero desafortunadamente no se sabe muy bién como solucionarla, comentó el director Científico para Latinoamérica de Jameel Poverty Action Lab (J-PAL) del Instituto Tecnológico de Massachusetts, con sede en Santiago de Chile, Francisco Gallego.
Más aún, agrega, muchas veces se han implementado políticas que son muy costosas y que no han dado los resultados necesarios. No obstante, en distintos lugares del mundo han ido surgiendo evaluaciones que ayudan a aprender un poco qué cosas podemos hacer para solucionar la pobreza.
La visión de J-PAL, señala Gallego, doctorado en economía del MIT, es que hay políticas y programas que ayudan a que las personas superen la pobreza, y están seguros de esto por la metodología que aplican para evaluar esas intervenciones públicas.
No obstante, programas que han dado resultado en unos contextos determinados, por ejemplo, las transferencias condicionadas en México, que entrega ayudas monetarias a hogares pobres siempre y cuando lleven los niños a planes de nutrición o los matriculen en escuelas y colegios, se montan en otros países sin tener en cuenta sus particularidades.
En Colombia, hay alrededor de 20,5 millones de pobres, de los cuales, 7,4 millones son indigentes; la lucha contra la pobreza parece no avanzar o si lo hace, es a paso de tortuga.
Familias en Acción siguiendo la filosofía de las transferencias condicionadas, lleva 10 años funcionando "y en lugar de que haya menos gente que necesite el subsidio, el número de personas que recibe esta ayuda es cada vez mayor", advierte Juan Esteban Saavedra, doctor en Políticas Públicas de la Universidad de Harvard y profesor de la Universidad de los Andes.
Saavedra se pregunta: ¿Ese programa sí está contribuyendo a reducir la pobreza o simplemente está siendo un mecanismo paternalista de atención a gente vulnerable.
¿Sí les estamos dando nuevas oportunidades o simplemente algo que mantiene a las personas en un nivel de supervivencia relativamente bajo? Gallego, Saavedra y otros cuatro profesores de Chile, Argentina y Estados Unidos dictaron un curso de cinco días en la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes (Bogotá) sobre Evaluación de programas sociales con la metodología de J-PAL.
Para este grupo de investigadores, no existe una receta única para superar la pobreza, que es multidimensional; por lo tanto, anota Saavedra, hay que ser muy creativos y explorar diferentes posibilidades, pues no siempre lo que funciona en unos contextos sirve para otras situaciones.
"Generalmente en las políticas públicas no se sabe muy bien qué funciona y qué no funciona, y la idea, con la metodología J- PAL, es poder hacer distinción para que los recursos públicos, que son muy escasos, se destinen a aquellos programas que pueden tener un mayor impacto social", dice el experto.
Una de las cosas que caracteriza a J-PAL, tercia Claudia Martínez, profesora de economía en la Universidad de Chile, es no creer en los mitos. La percepción es que muchas veces las políticas públicas son ejecutadas sin mucha evidencia de que algo funciona.
"Un poco, todas las políticas de desarrollo de superación de la pobreza han ido saltando de mito en mito: pasamos del mito de construir infraestructura al mito del microcrédito, pero sin una buena evaluación, no sabemos. Lo que nosotros queremos es saber si el programa A, B o C funciona en este contexto", comenta la investigadora.
Para Gallego, hay una nueva moda que está apareciendo para mejorar la calidad de la educación: entregarles computadores a los niños y muchos países de América Latina la están asumiendo, pero "puedo decir que hay evidencias de que los niños aprenden menos de lo que aprendían antes, porque, en clase, en vez de usarlos para aprender, cuando no se capacita al profesor, lo usan para chatear, ver páginas web, ver las noticias del fútbol, conversar con las amigas, en fin".
El problema fundamental, según el coordinador de J-PAL en Chile, Michael Eddy, es que se está gastando mucho dinero cada año en programas sociales y no sabe cuál es la rentabilidad social de esa inversión y "con nuestra metodología esperamos responder esa pregunta".
¿Las evaluaciones que se han hecho a Familias en Acción son creíbles?
Juan Esteban Saavedra cree que no y que los resultados son controvertibles hasta cierto punto, dadas las diferencias iniciales que había entre los municipios que participaron en el programa y los que no.
Inclusive, agrega, si se toman los resultados de esa evaluación en educación o de matrícula escolar no es obvio que haya sido tan efectivo. Además, si se compara ese programa con otras estrategias de intervención para aumentar escolaridad (becas, desparasitación, información de la importancia de la educación, etc.) es una alternativa muy costosa, pues por cada año de escolaridad extra hay que pagar mucha plata respecto de otras posibles intervenciones educativas.
Fuente: portafolio.com.co

No hay comentarios:

Publicar un comentario