El último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA concluye que en los últimos años aumentaron los indicadores del nivel de vida material de niños y adolescentes, pero todavía hay muchas carencias en cuanto a crianza, socialización y formación.
Esta es la principal conclusión del cuarto informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia: "La Deuda Social con la Niñez y Adolescencia: Magnitud, Evolución y Perfiles", que elaboran el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), junto a Fundación Arcor.
Los indicadores positivos están relacionados con las condiciones del hábitat de vida, en la capacidad de consumo, inclusión laboral, y protección social, los cuales han impactado de modo positivo en la posibilidad de afrontar necesidades básicas insatisfechas (superar el hambre, acceder a la salud, etc.). También han evolucionado algunas de características de la oferta educativa (en la enseñanza de un segundo idioma, o de computación), "si bien dichos progresos aún se encuentran asociados a profundas desigualdades sociales", sostiene el informe.
Sin embargo, otro es el panorama en lo que se refiere a los procesos de crianza y socialización que no han experimentado cambios significativos, "probablemente porque para que los comportamientos y actividades de las que participan las familias se modifiquen en estas dimensiones de desarrollo se requiere de un cambio más estructural e integral de las estructuras de oportunidades".
Condiciones materiales de vida
El estudio sostiene que , en 2009, en los grandes aglomerados urbanos de la Argentina, 3 de cada 10 menores de 18 años residía en una vivienda con 2 o más problemas en su hábitat de vida (no tenía acceso al agua corriente, o no tenía cloacas, o no tenía gas por red, o estaba en cercanía de fábricas contaminantes y basurales, o en condiciones de hacinamiento).
El año pasado, el 55% de los/as niños/as y adolescentes vivía en hogares que habían tenido que restringir sus consumos alimentarios, en cantidad y/o en calidad. Sin embargo, alrededor de un 28% se encontraba en situación de riesgo alimentario (19,8% en un nivel moderado y un 8,1% en un nivel severo). "Cabe mencionar que este indicador de riesgo alimentario es altamente sensible a los ingresos de los hogares y por ende experimentó una evolución muy positiva entre 2004 y 2008", se aclara. El Observatorio también estima que como efecto de la asignación universal por hijo la incidencia del riesgo alimentario será significativamente menor en 2010.
Procesos de crianza y socialización
Los índices más preocupantes son los que tienen relación con déficits estrcturales en el desarrollo de los niños y adolescentes. El estudio indica que entre los menores de 5 años, en 2009, 15% no suele festejar el cumpleaños 40% no suele ser receptor de historias orales, 24% comparte cama o colchón para dormir.
En 2009 el 90,6% de los niños/as entre 5 y 12 años no solía utilizar Internet en el 25% más bajo y tampoco lo hacía el 27,6% en el 25% más aventajado. En los adolescentes el 61,2% en el 25% más bajo no solía utilizar Internet, 3,6% en el 25% más alto.
Casi 5 de cada 10 niños/as en edad escolar no tienen biblioteca familiar en su hogar, y se estima que 4 de cada 10 adolescentes no tienen acceso a libros en el ámbito de su hogar.
Procesos de formación
El déficit educativo en el nivel primario, es decir niños/as no escolarizados o que cursan años inferiores al correspondiente a su edad no experimentó variaciones significativas desde 2007. Lo mismo ocurrió con la no asistencia y el déficit educativo en el nivel secundario.
Lo que sí demostró progresos es la enseñanza de computación y un segundo idioma. Se pasó de 52% de déficit en 2007 a 38% en 2009 en el caso de la enseñanza de un segundo idioma, y de 57% en 2007 a 48% en 2009 en el caso de la enseñanza de computación, entre los niños/as en edad escolar.
Más información: www.uca.edu.ar/observatorio
Fuente: universia.com.ar
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