Renata Rodrigues
Inicia mi día de trabajo. Enciendo la computadora, me conecto a mi correo electrónico, encuentro varios mensajes nuevos: un compañero de trabajo envía un documento para revisión, un colega de Barcelona envía el borrador de un proyecto de investigación que estamos desarrollando con universidades latinoamericanas y europeas, una alerta de Google da a conocer un documento recién publicado sobre “Redes Sociales”.
Entro al Entorno Virtual de la UCA, reviso las últimas tareas enviadas por mis estudiantes, bajo sus documentos, agrego comentarios y la nota en el buzón de calificación, la cual podrá ser vista por cada uno de manera inmediata, y por último, envío un mensaje colectivo orientando la próxima actividad.
Todo esto es posible porque existe Internet. Una herramienta poderosa que acerca a las personas, que amplifica las ideas, que multiplica las relaciones de todo tipo y promueve el intercambio de la información de manera inimaginable desde hace veinte años. El día 17 de mayo es el día de Internet. Sin duda hay que celebrarlo: celebrar el avance de la tecnología enfocada al desarrollo humano, celebrar la oportunidad de trabajar con personas e instituciones de diversas partes del mundo de manera simultánea, celebrar el amplio acceso a la información que permite potenciar el conocimiento, y por ende el desarrollo económico, intelectual y social de los pueblos.
Las investigaciones apuntan a un crecimiento acelerado del uso de Internet en los países desarrollados, y una tendencia más lenta en los demás. Sin embargo, muchos países latinoamericanos ya han tomado conciencia de la importancia del acceso a Internet y de su impacto en los ámbitos sociales, económicos y políticos. Múltiples iniciativas y proyectos lo han demostrado, a través de nuevas políticas públicas en esa dirección, tal es el caso de Chile, México, Brasil. Hoy en día, el desarrollo económico está estrechamente relacionado con la infraestructura y acceso a Internet, que posibilita acortar distancias, impulsa nuevas empresas basadas en el uso de las TIC, abre opciones educativas, facilita la comunicación y el acceso a información clave para tomar decisiones en el ámbito de los negocios.
Cuando se habla de penetración de Internet (usuarios de Internet por habitantes) es obligatorio mencionar la brecha digital existente, que separa a quienes tienen acceso a las tecnologías de aquellos que no la tienen. Según Manuel Castells, especialista en el impacto de Internet en la sociedad, la principal brecha digital consiste en la “desigual capacidad educativa y cultural de utilizar Internet”, de saber qué hacer con la información a que puede acceder. El acceso a la tecnología debe venir de la mano con la educación de su uso.
Hay que celebrar el día de Internet desde una perspectiva crítica, sin ingenuidades. Internet tiene riesgos y oportunidades. Es parte de la sociedad y por ende el mundo digital es también su reflejo. Entre las principales oportunidades, debemos destacar la importancia que tiene en el desarrollo educativo, puesto que permite a millones de personas formarse a través de entornos virtuales. Asimismo, su potencial infinito para promover la comunicación más allá de cualquier límite geográfico y la democratización de la información. Los riesgos también están presentes. Los que merecen mayor atención son aquellos de naturaleza social, siendo los niños, niñas y adolescentes los grupos más vulnerables. Cabe mencionar el cyberbulling o el acoso y burla entre pares que se da a través de correos electrónicos, redes sociales, etc., el acoso por parte de mayores con el propósito de promover el abuso sexual, la pornografía infantil y la exposición a contenidos inadecuados, ilícitos y nocivos.
Algunas investigaciones actuales revelan datos preocupantes. En un reciente estudio, realizado en Argentina con niños, niñas y adolescentes, el 49% consideró que no era peligroso chatear con desconocidos; el 43% no valoró peligroso acudir a una cita con una persona conocida a través de Internet. Otra investigación realizada en España, reveló que el 22% de los menores de edad entrevistados ha concertado una cita con alguien que conoció a través de un chat, recurso utilizado por la casi totalidad de los jóvenes que acceden a Internet. Las redes sociales, sin duda alguna, son actualmente su principal medio de comunicación y relaciones en el espacio virtual. Vale la pena preguntar cómo las usan. En ellas abunda información privada de los jóvenes como su nombre completo, dirección, teléfono, y muchísimas fotos de sus amigos y familiares.
Estos datos deben ayudarnos a reflexionar sobre la importancia de promover la educación de nuestros niños, niñas y adolescentes para utilizar Internet de manera segura. ¿De qué estamos hablando? De enseñar a los niños y niñas que no deben compartir información con cualquier persona. Así como es peligroso hablar con un sujeto desconocido en la salida del colegio, también lo es conversar con un desconocido en Internet. Deben tener orientación clara sobre qué tipo de información deben o no compartir con otros, cómo pueden proteger su integridad y seguridad personal, a qué riesgos pueden estar expuestos. En el mismo orden, deben aprender a comportarse respetando a los demás, evitando cualquier tipo de burla o comentario inadecuado en los espacios comunicativos que frecuentan. Las TIC deben favorecer su desarrollo social, intelectual y educativo, por lo tanto deben ser internautas que sepan colaborar, compartir, comunicarse y comportarse a partir de pautas de conducta y principios éticos. Como padres, madres, profesores, tenemos la responsabilidad de educarlos para la vida real, y lo que pasa en el espacio virtual es parte de su vida real.
Varios países se han preocupado por promover campañas educativas que contribuyan a la formación de los niños, niñas y jóvenes. Los Ministerios de Educación, conjuntamente con organizaciones y empresas, abogan por un uso seguro de Internet, que proteja sus derechos y garantice acceso a todas las oportunidades educativas que puede dar la red. La Internet es hoy un extraordinario recurso para el aprendizaje, para el establecimiento de trabajo colaborativo, para el intercambio de ideas y para la promoción de la llamada inteligencia colectiva. Nunca como hoy podemos tener acceso a tantos documentos históricos, información, conocimientos, noticias, etc. Nuestra necesidad de comunicación, tan humana y crucial para nuestra vida, puede ser facilitada enormemente por las herramientas de comunicación que tenemos a nuestra disposición a través de las nuevas tecnologías. Hay que saber usarlas, de manera segura y responsable. Este es el gran reto de la inclusión digital, imprescindible hoy para el desarrollo de los pueblos.
Fuente: elnuevodiario.conm.ni
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