La ley de Basura Cero, que entró en vigencia en 2007, obliga a la Ciudad a reducir drásticamente la cantidad de residuos que envía al relleno sanitario de la CEAMSE. Sin embargo, hasta hoy el Gobierno porteño no hizo otra cosa que incumplirla, porque la basura, en lugar de disminuir, aumentó.
Ahora, la administración de Mauricio Macri intentará avanzar con una solución: iniciaron un proceso para reciclar los escombros y residuos áridos, y así reducir un 16% la cantidad de basura enviada a disposición final para fin de año.
Así se lo confirmaron a Clarín en el ministerio de Espacio Público porteño. El año pasado, la Ciudad remitió al relleno de José León Suárez 1.874.748 toneladas de basura. De ese total, unas 600.000 eran residuos áridos (no orgánicos). Los escombros se pueden usar para rellenar la costa del Río de la Plata o nivelar suelos. Pero para ello hay que "limpiarlos", separarlos de los otros materiales con los que llegan mezclados en los volquetes. Como la Ciudad no lo hacía, nunca los podía aprovechar y los terminaba mandando a la CEAMSE. El cambio comenzó hace menos de un mes, cuando Espacio Público intervino la planta de transferencia de este tipo de residuos que queda en la calle Varela, frente a la cancha de San Lorenzo, y reorganizó sus forma de trabajar, lo que permitió bajar la cantidad de escombros acumulados.
La semana pasada iniciaron el segundo paso. Según explicaron, empezaron a clasificar manualmente los escombros. Por un lado, separan todo lo que contiene madera (muebles o cajas); por el otro, los plásticos, metales y vidrios; tercero, cemento, ladrillos y arena. La idea con la madera es procesarla para convertirla en lo que se conoce como "chips", pequeños pedazos que sirven por ejemplo para rellenar canteros, como los que hay en las plazas porteñas. Para los otros materiales reciclables, la idea es entregarlos, por ejemplo, a cooperativas de cartoneros.
Pero la principal apuesta es montar una planta separadora que aceleraría el proceso de "limpieza" de los escombros. Se trata de tecnologías que el ministro Diego Santilli y su subsecretario de Higiene Urbana, Fernando Elías, vieron en una reciente visita a España. "La planta que más nos interesó es una que cuesta 14 millones de euros (unos 72 millones de pesos). En 90 días lanzaremos la licitación, y en seis meses ya podría estar funcionando", adelantó Santilli. Si bien la inversión es importante, se compensaría con ahorros. Es que por cada tonelada de basura que envía a la CEAMSE, la Ciudad debe pagar $ 30 de transporte y otros $ 39 por el procesamiento y entierro.
En Espacio Público aseguraron que se pusieron como meta reducir en 300.000 toneladas la cantidad de basura a enterrar este año, un 16% del total. De lograrlo, ahorrarían casi $ 21 millones, con lo cual en menos de cuatro años se podría amortizar el costo de la planta. De cumplir con estas metas, sería la primera vez que el Gobierno porteño lograría acercarse a lo mandado por la ley Basura Cero. Claro que lo principal es el tratamiento de los residuos orgánicos (comida, básicamente) que son las otras 1.200.000 toneladas de basura producidas por la Ciudad. Para ellos, la idea es montar otra planta, que permitiría aprovechar parte de los desperdicios como abono para la tierra. Pero esta planta, con la que se podría bajar un 20% la cantidad que se envía a la CEAMSE, cuesta 35 millones de euros (182 millones de pesos), y en el mejor de los casos podría comenzar a operar a fines del año que viene, estimaron en Espacio Público.
Estas iniciativas va en línea con el nuevo plan para la recolección de residuos (ver Quieren...), que tiene como eje la separación de los residuos reciclables en los hogares y la recolección diferenciada. Este es un viejo reclamo de organizaciones ambientalistas. Hoy, los únicos que recuperan parte de los residuos (entre 300 y 350 toneladas diarias) son los cartoneros. De hecho, el proyecto es que ellos se encarguen directamente de los residuos secos, y que las empresas sólo recojan los orgánicos. 16% Basura menos pretende enterrar la Ciudad con el nuevo proceso. 1,9 Millón de toneladas envió la Ciudad a la CEAMSE en 2009. 69 Pesos paga la Ciudad por cada tonelada que envía y se entierra.
Fuente: clarìn.com
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