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lunes, 26 de abril de 2010

(Argentina) Persisten desigualdades sociales en el acceso a la educación

El análisis que se proyecta a continuación, perteneciente al Observatorio de la Deuda Social Argentina, fue desarrollado por la Universidad Católica Argentina (UCA) en conjunto con la Fundación ARCOR.
Tiene por objeto centrarse en la problemática estructural de déficit y exclusión educativo en los niveles inicial, primario y secundario registrada en el período 2007-2009, que revela desigualdades regresivas para los niños y adolescentes más vulnerables.
El estudio fue realizado entre los padres o tutores de los niños de 0 a 17 años que residen en los hogares consultados. De esta forma, se buscó medir cuál es el grado de cumplimiento de los derechos del menor, además de poder proyectar las condiciones y percepciones en torno a los procesos de formación y escolarización durante el período descrito anteriormente.
En primer lugar, se estipula que el 62 por ciento de los adultos de referencia consideran que la deuda social que se mantiene con la niñez está relacionada con la posibilidad de recibir una educación de calidad.
A la hora de evaluar tal parámetro, el 22 por ciento de los individuos caracteriza a la educación como "muy buena", en tanto que uno de cada diez (14 por ciento) sostiene que la misma es "regular y mala". Finalmente, aquellos que designan a la educación como "buena" alcanzan al 67 por ciento de la matriz social.

Asistencia escolar

Relacionado con los datos anteriores, se desprende que cerca del 38 por ciento de la población promueve que el tipo de educación impartida en escuelas privadas es "muy buena", mientras que sólo el 16 por ciento pondera de esta forma a la calidad de educación que se efectiviza en los establecimientos públicos.
Al enfocar el análisis en la inclusión educativa en el nivel inicial, es necesario señalar que se mantienen grandes desigualdades sociales. Cabe destacar en primer lugar que, entre el 2007 y 2009, se pasó de un 51 por ciento de niños/as entre 2 y 4 años que NO asistían a un centro de educación infantil a un 45 por ciento.
Al esquematizar el estudio por región geográfica respecto a este tópico, se recalca que en el interior urbano se pasó de 6 de cada 10 niños/as (60 por ciento) que NO asistían a centros educativos en el 2007 a 4 de cada 10 en el 2009 (42 por ciento). Sin embargo, en el Área Metropolitana del Gran Buenos Aires la no asistencia bajó apenas 3 puntos porcentuales, pasó del 48 al 45 por ciento.

Variable económica

Donde se clarifica en mayor medida el proceso de inequidad proporcional es en la cuantificación por estrato social. Aquí, en el estrato medio alto se pasó de 3 de cada 10 niños/as que no asistían a centros educativos en el 2007 a casi 1 de cada 10 en el 2009 (del 34 bajó al 15 por ciento). En el estrato social más bajo se pasó de casi 8 de cada 10 niños/as entre 2 y 4 años que no asistían a centros educativos en el 2007 a casi 7 de cada 10 en el 2009 (bajó 13 puntos porcentuales, del 78 al 65 por ciento).
De lo anterior, la resultante se basa en caracterizar que, durante el período consignado, aumentó la cobertura educativa en el nivel inicial no obligatorio. En efecto, se produjo una disminución de la incidencia de la no asistencia del 12 por ciento. Sin embargo, aún el 45 por ciento de los niños/as entre los 2 y 4 años en las grandes ciudades de la Argentina no concurre a un centro de educación infantil. Asimismo, los mayores progresos en términos de inclusión educativa se registran en el Interior urbano y en los estratos sociales más aventajados en términos socioeconómicos. En el interior urbano la incidencia de la no asistencia descendió un 30 por ciento, en tanto en el Gran Buenos Aires sólo un 6 por ciento.
A su vez, en el 25 por ciento del estrato social más alto se produjo una disminución de la incidencia de la no asistencia del 56 por ciento, mientras que en el 25 por ciento más bajo fue de un 17.

Idiomas distintos

Por otra parte, el informe de la UCA esquematiza las posibilidades de acceso a las nuevas tecnologías de la información y comunicación, como así también el poder brindar un segundo idioma, a manera de espacio curricular aleatorio.
En este sentido, en 2009 el 38 por ciento de los niños de 5 a 12 años carecen de la enseñanza de un segundo idioma. La situación tiende a preocupar si el desagregado se realiza por estrato social, ya que las desigualdades a una segunda lengua son muy significativas, puesto que en los sectores más ricos la incidencia del déficit cayó un 50 por ciento (pasó del 40 al 20), y en el sector más pobre la reducción fue sólo de un 5 por ciento (en 2007 se encontraba en el 56 por ciento, por lo que en 2009 descendió al 53 por ciento).
En las escuelas de gestión privada nada más que un 13 por ciento de sus alumnos no cuenta con otro idioma como materia, mientras que en los establecimientos públicos este nivel se eleva al 49 por ciento de déficit.

Peleados con la tecnología

En las últimas semanas fue muy promocionado el programa impulsado por Presidencia de la Nación basado en la entrega de una noteboock para cada uno de los escolares del país, cuya implementación se realizaría por etapas. Ahora bien, concatenado con este aspecto es necesario señalar que el déficit en la enseñanza de computación en los establecimientos educativos de todo el país llegó al 48 por ciento. Al momento de puntualizar, surge que el 65 por ciento de los sectores pobres no tiene acceso a este tipo de tecnología, mientras que un 51 por ciento de escuelas públicas no cuentan con elementos informáticos para impartir esta enseñanza.
Ahora bien, referido al acceso a una computadora, la investigación sostiene que el 23 por ciento de los niños/as escolarizados tiene computadora en su casa y tiene enseñanza de computación en la escuela; en el otro extremo, un 40 por ciento no tiene computadora en su hogar y tampoco accede a la enseñanza de informática. Al mismo tiempo, el 50 por ciento de los niños/as que concurre a escuelas de gestión pública no tiene PC en su casa y no tiene enseñanza de computación en la escuela, mientras que el 16 por ciento de los que asisten a escuelas privadas se encuentran en igual situación.

Adolescen del saber

Con respecto al déficit estructural en el nivel secundario, aproximadamente un 10 por ciento de los adolescentes entre 13 y17 años no asisten a la escuela o colegio. En tanto que en los últimos años de enseñanza, un 66 por ciento de los adolescentes más pobres experimenta un déficit en su trayecto educativo (están fuera de la escuela o en un año inferior al correspondiente a su edad).
Finalmente, se diagrama una ponderación sobre los canales de acceso al conocimiento en la adolescencia, donde surgen las siguientes conclusiones: El 22 por ciento de los adolescentes urbanos no suele leer ni utilizar Internet. La propensión a no realizar ninguna de las actividades aquí analizadas es claramente más probable a medida que desciende el estrato social y entre los alumnos de las escuelas de gestión pública que entre los de las privadas.
Fuente: elsigloweb.com

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