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domingo, 7 de marzo de 2010

La mala alimentación es un atentado contra la libertad

Autor: Prof Armando Poblet
(Coordinador del programa de Educación Ambiental y Alimentaria de la Escuela Secundaria Nro. 8 - Balcarce)

¿De que depende que las personas posean la capacidad de estar bien alimentadas? Esta pregunta fue planteada por el Premio Nóbel en Economía, el indio Amartya Sen. Sin duda no es la disponibilidad alimentaria que existe en la sociedad.

El desarrollo de esta capacidad depende del derecho que posee una persona de acceder a un conjunto de bienes y servicios alimentarios. En una economía de mercado dicho derecho opera a través del ingreso que posee un trabajador a partir de vender la fuerza de trabajo. Es decir, dicho derecho se encuentra limitado por su patrimonio y la posibilidad de intercambio. Afirma de manera contundente Amartya Sen, los derechos de las personas, entendido como la oportunidad de adquirir un conjunto de bienes y servicios, dependen crucialmente de su aptitud para encontrar un trabajo, del salario que le paguen y de los precios de los productos que desee adquirir.
En base a estos derechos una persona puede adquirir la capacidad de estar bien alimentado, de no enfermarse, de hacerse viejo de manera apacible. Por otra parte la alimentación adecuada implica no padecer enfermedades, saber como potabilizar agua, no padecer enfermedades sociales alimentarias…Como sostiene el premio Nóbel hindú , desde una perspectiva ética, la capacidad de estar bien alimentado es decisivo para la libertad. Esto implica que la alimentación inadecuada es un atentado contra esta. Las atrocidades que produce una alimentación inadecuada es justificación suficiente para que se desarrollen políticas públicas orientadas a tutelar dicho derecho, especialmente dirigido a quienes son más vulnerables, hasta que estas personas puedan asumir su propia autonomía.
El individualismo, el consumismo, la profundización de las leyes del mercado, el achicamiento del Estado, la ausencia de políticas públicas inclusivas, la profunda asimetría que existe entre quienes mas ganan y los que menos ganan, la perdida de objetivos comunes, contribuyen de manera significativa a la perdida de la autonomía.
Es necesario modificar pautas culturales profundas para lograr la autonomía necesaria. Y se logra mediante la puesta en marcha de un proceso reflexivo y crítico sobre nuestras prácticas cotidianas. Esta nueva escuela secundaria de seis años obligatoria es un lugar adecuado para que la transformación cultural se produzca, buscando de forma firme y decidida un objetivo prioritario que es el ensanchamiento del Estado para que haya lugar para la presencia de todas las voces, abandonando las miradas restrictivas sobre la ciudadanía.
Tal vez exista la posibilidad que todos aquellos que poseen responsabilidad pública concentren sus esfuerzos en velar por los derechos de todos los habitantes de nuestra ciudad, sin perder de vista que el derecho a una adecuada alimentación se debe encontrar por encima de los demás.

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