Nora Volkow (máxima autoridad en Estados Unidos en el campo de la salud pública) dice: “adónde vamos con todo este experimento social de la marihuana libre…“.
La salud parece importar cada vez menos. Hay múltiples estudios que muestran el efecto dañino de las drogas y especialmente de las poblaciones más vulnerables. Mientras tanto se va difundiendo el uso desde diversos sitios sociales y desde diversos intereses económicos.
Datos nuevos nos marcan que la marihuana se ha transformado en la sustancia psicoactiva de iniciación en la adolescencia. El tabaco y el alcohol empiezan a estar en un segundo plano o son drogas que acompañan como secundaria al uso de la droga principal. Estados Unidos estudia este fenómeno de una manera permanente. Se duplicó desde el 2004 el uso de marihuana como primera sustancia (100%) y bajo el uso del tabaco desde esa época del 24 % de los jóvenes al 9 %. Esto es así, se dice, porque hubo una intensa campaña educativa sobre el alcohol y el tabaco pero no así con la marihuana. Con respecto al “porro” al contrario hay una estimulación social al consumo desde distintos sectores generando un amplio marketing con estimulación permanente (Escuela de Salud Pública-John Hopkins).
Sobre esto nos dice el King College de Londres el profesor Robín Murray:”…en la última década hubo grandes campañas públicas advirtiendo sobre los peligros del tabaco y alcohol mientras que la cobertura mediática de los estados americanos que legalizan el cannabis crea la impresión publica que el cannabis no tiene riesgos ni peligros”.
Los intereses en juego son varios:
Las empresas farmacéuticas que procesan el cannabis medicinal cotizan entre las empresas más importantes del Nasdaq en Wall Street con “pingues” ganancias teniendo en cuenta la cantidad de estados que liberan la venta de marihuana medicinal así como la venta en ocho Estados en tiendas y dietéticas de marihuana con distintos productos, Canadá sigue los pasos de Uruguay y la marihuana se impone detrás del “Caballo de Troya” de la marihuana medicinal. En el país del norte las ventas de marihuana legal llegarán a 11 mil millones de dólares ;
Los intereses políticos ligados al llamado “progresismo” político y cultural que en un “combo” une el aborto, el feminismo radical y la eutanasia junto al uso de marihuana e incluso yendo mucho más allá con el uso de todas las drogas no teniendo en cuenta los efectos sobre la salud, la organización social y la seguridad pública. Estos grupos tienen una gran presencia mediática e incluso son financiados por Fundaciones americanas y han hecho del Twitter, Facebook e Instagram verdaderas redes de propaganda continua así como de páginas web de publicidad dirigida a la población adolescente;
Los intereses del narcotráfico que aumentan la cantidad de clientes ya que su uso más masivo incorpora poblaciones y con precios más competitivos que el mercado oficial como ya sucede en Uruguay y en Holanda.
Además sube el consumo de todas las drogas porque el cerebro y sus sistemas de placer y recompensa no reconocen drogas y el apetito voraz de la marihuana es seguido en muchos que forman parte de la población vulnerable con cocaína, paco, éxtasis, etc. Incluso estos grupos ya tienen cuentas web con venta a domicilio y una guía de nuevas drogas.
La entrada a otras drogas
Recientes estudios sobre estos hechos realizados por Bertha Madras (Departamento de Psiquiatría de Harvard Medical School) que es una verdadera autoridad en Drogas en Estados Unidos ha seguido esta tendencia a que la marihuana sea la primera droga de consumo (tomó la población de 12-17 años y el consumo en los últimos 30 días a la toma de la encuesta) y observa fenómenos muy sugestivos:
Los que no usan marihuana consumen menos alcohol controlado, alcohol excesivo, otras drogas, cigarrillos y drogas ilícitas); todo lo contrario en los que usan marihuana ya que en ellos se observa un aumento del consumo de alcohol, cigarrillos y drogas ilícitas. Las proporciones de diferencia son casi del 400%; 2.el no uso de alcohol también se relaciona con la caída de consumo de marihuana y otras drogas. En general este estudio muestra que el consumo de marihuana desde la primera edad puberal está íntimamente unido al aumento del consumo de distintas sustancias psicoactivas.
Mientras tanto los estudios nos muestran los efectos del consumo de cannabis sobre el comportamiento humano. En los jóvenes decae el rendimiento en la cognición (atención, memoria, aprendizaje, memoria online, capacidad de planificación, control de impulsos), la motivación y la psicosis (incremento de la esquizofrenia en las poblaciones consumidoras). Hay, a su vez, un deterioro agudo en la capacidad para retener información. En comparación con los no consumidores hay un peor desempeño en las funciones neuropsicológicas globales incluyendo habilidades motrices y verbales.
Por otra parte la adolescencia representa un periodo crítico del desarrollo del sistema nervioso caracterizado por marcada poda sináptica aumento de la mielinización que son procesos naturales necesarios para un buen funcionamiento futuro en nuestras vidas. Todo esto queda alterado por la introducción de cannabinoides externos.
Por esto, también, la adolescencia es de mayor vulnerabilidad al cannabis. Al mismo tiempo se deteriora la conectividad de las neuronas entre sí o sea del cerebro como una totalidad viviente.
Ni hablar del efecto de la marihuana sobre la motivación que ya es tan vieja la investigación que a fines del Siglo XIX la Comisión India de Medicamentos del Cáñamo informo que su uso intensivo estaba relacionado con la apatía y la motivación reducida para el comportamiento. Hoy todo esto se confirma tanto desde los estudios de imagen cerebral como en la clínica cotidiana de la atención de pacientes.
La relación entre cannabis y psicosis se está reafirmando continuamente e incluso hay estudios actuales que un brote psicótico controlado luego del consumo de marihuana intensivo vuelve a activarse si se sigue consumiendo marihuana.
“Negocios son negocios”
Por un lado van los negocios (“business are business”) y los intereses políticos e incluso los “vacíos” culturales y existenciales que instala la postmodernidad que nos incluye a todos que logra por fin -creencia pertinaz , obsesiva y falaz- que se logrará anestesiar las angustias y los miedos con drogas y por último una vida saludable y los estudios de Salud pública sobre los efectos de las drogas en la vida y el desarrollo cerebral, la personalidad, las relaciones sociales y la perdida absoluta de vínculos familiares cuando estos consumos avanzan .
Pero verdaderamente: ¿esto importa? , daría la impresión que en este momento cultural esto no parece tener relevancia. Mientras tanto aumentan las vidas jóvenes comprometidas en la discapacidad, el deterioro y el abandono. Quizás en las contabilidades sociales de hoy el Estado puede lucrar con poblaciones dominadas y por ahora habrá otra ventana impositiva que se abre. Al final las empresas de producción pagarán impuestos aunque el capital humano, social y moral de los pueblos se deteriore cada vez más.
(*): Director general Gravida – Rehabilitación en adicciones.
Fuente: lacapitalmdp.com
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