El domingo es el Día del Niño y, a pesar de estar todos sus derechos reconocidos internacionalmente y en nuestra Constitución, millones sufren la pobreza y la falta de acceso a la salud y a la educación.
Ante estas desigualdades, las organizaciones de la sociedad civil dan respuesta y comprometen a figuras solidarias y empresas para celebrar esta fecha con una sonrisa.
La Asamblea General de las Naciones Unidas sugirió allá por 1954 el establecimiento de un Día Universal del Niño. Años más tarde, definió al 20 de noviembre como esa fecha tan especial, en conmemoración de la aprobación de la Declaración y de la Convención de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia. En cada país, no obstante, esa fecha se fue ubicando en distintos momentos del año, y quedó en Argentina el segundo domingo de agosto, salvo este año.
En aquellos documentos, ratificados por la Constitución Nacional de 1994, quedó plasmado el derecho de los chicos a la vida, al juego, a la educación y la salud, a tener una familia, a ser alimentados y recibir una nutrición sana, y a ser protegidos contra el trabajo infantil, la trata y todas las formas de explotación, entre otros.
Según la carta magna, además, el Poder Legislativo debe “dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del período de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia”.
Sin embargo, muchos datos marcan que existen severas falencias en la aplicación de esos derechos y en, en efecto, millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo sufren la falta de acceso a la educación, la salud, la alimentación y la vivienda digna.
Pobreza, desnutrición y falta de educación
En América Latina, según una investigación de la CEPAL y UNICEF, más del 60 por ciento de los chicos sufre algún tipo de pobreza. “La mala nutrición, el rezago y el abandono escolar, la falta de expectativas y la discriminación que sufren por ser pobres, no sólo afectan sus derechos en el presente, sino que los dejarán en los estratos más bajos de la escala social, haciendo que en la adultez reproduzcan la precariedad en su bienestar y, por tanto, afecten a las generaciones siguientes”, afirmaron los autores de ese estudio.
En Argentina, el nuevo marco normativo respecto del acceso a la educación extiende la obligatoriedad desde los 5 años hasta el fin de la secundaria, ampliando la universalización de los servicios hasta los 4 años de edad. Sin embargo, datos oficiales de los últimos años indican que menos de la mitad asiste a un centro educativo en el Noroeste y, en el caso de 3 años, esa proporción apenas oscila el 10 por ciento.
UNICEF advirtió, asimismo, que la tasa de mortalidad infantil “muestra una curva descendente en las últimas décadas, particularmente significativa entre 2005 y 2009” pero que “es preocupante la elevada proporción de defunciones (cercana al 50%) cuyas causas son reducibles mediante acciones oportunas y de calidad, vinculadas con inadecuaciones en el control del embarazo, con la atención del parto y del recién nacido, así como con el control y atención de los niños mayores”.
Argentina planteó como meta hacia 2015 una reducción en dos tercios de la mortalidad infantil y la mortalidad de niños menores de 5 años, en relación con uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) consensuados por todos los países en la ONU.
Respuestas de la sociedad civil
Entretanto, estos vacíos son llenados en buena medida por las organizaciones de la sociedad civil que prestan su trabajo diario para brindar espacio, asistencia, cuidado, amor y elementos materiales que mejoren la calidad de vida de la infancia más desfavorecida.
Es el caso de FUNDAMIND, que atiende desde hace 21 años a niños y niñas de familias vulnerables ante la pobreza y el VIH. Hoy, es un Centro de Primera Infancia reconocido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que alberga a sesenta chicos. En nuestro país se estima que hay 6 mil niños y adolescentes viviendo con VIH/SIDA.
“Queremos que los chicos reclamen por sus derechos siempre. Y aprovechando este día, hacemos juegos con la familia también, porque si el niño reclama y no tiene eco, no tiene sentido. Si no lo mandan a la escuela, difícilmente vaya y se inscriba solo. Nuestra institución busca ser un catalizador para el ejercicio de los derechos pero siempre trabajando con la familia, si no es imposible”, explicó la directora del área socio-comunitaria de la fundación, la psicóloga Marisa Mujica.
De cara al Día del Niño, esta ong está preparando una jornada de celebración para el viernes 19 de agosto, con la participación de la flamante Miss Universo Argentina, Natalia Rodríguez y la empresa SKANKA. Ese día habrá además una fiesta con magos, payamédicos y muchas sorpresas y regalos para cerca de 200 niños.
“Hay muchos grupos que se juntan el Día del Niño y van a entregar regalos a hospitales. En nuestro caso, solamente queremos compartir un rato con los chicos, mostrar nuestro laburo y comprometernos con el trabajo de esta fundación”, señaló Gonzalo Pungitore, uno de loa Payamédicos que estará presente este viernes en la tarde con los sesenta niños y niñas que asisten al Centro de Primera Infancia FUNDAMIND.
El festejo se dividirá en dos jornadas: el jueves 18 celebrarán los chicos de entre 6 y 12 años y el viernes 19, los de 2 y 3 años.
Miss Argentina, que competirá en septiembre en Brasil junto con sus pares de todo el mundo, es embajadora de FUNDAMIND en la campaña No más chicos con Sida, y participará con varios celebrities en diferentes eventos benéficos destinados a recaudar fondos para la construcción de tres nuevas salas maternales y un playón deportivo, que permitirá la atención diaria de 100 chicos en riesgos sociales y vulnerables ante la pobreza y el VIH.
“Es maravilloso poder ayudar, aportar desde mi lugar un granito de arena”, expresó Natalia Rodríguez semanas atrás, al referirse a su rol como embajadora de esta campaña, en una entrevista televisiva.
Más datos sobre la situación de la niñez en Argentina:
Tres de cada diez niños y adolescentes residen en hogares vulnerables en su capacidad de atender su salud, más de cuatro de cada diez pertenecen a hogares con dificultades para acceder a una adecuada alimentación.
Casi dos millones de niños y niñas menores de 15 años se ven obligados a realizar trabajos en las ciudades y en el campo.
Fuente: miradornacional.com
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