Gualeguaychú es una ciudad que ha trascendido más allá de su frontera en los últimos años por su tenaz resistencia a la presencia de la pastera Orion (UPM, ex Botnia).
Pero esta virtud en la defensa del NO a las papeleras y el SI a la vida no es espontánea sino que está precedida por una serie de pequeños logros, que sumados constituyen la gran significación que hoy inspira cada vez que se pronuncia: Gualeguaychú.
El traslado y posterior cierre de las curtiembres que operaban sobre el río, el traslado de las areneras, la construcción de la planta de efluentes cloacales urbanos que es única en su tipo en la cuenca del río Uruguay, la construcción y ampliación de la nueva planta de tratamiento de efluentes industriales que se proyecta en el Parque Industrial, el proyecto para trasladar a todas las industrias que operan en el casco urbano al predio fabril en inmediaciones del Acceso Sur y la ruta nacional 14, o la base fundacional de la Corporación del Desarrollo redactada en la década del ´70 cuando el tema ambiental ni siquiera estaba en agenda pública y gubernamental, son sólo algunos de los logros que se pueden reconocer a lo largo de su historia más reciente.
Pero también en el presente –más allá incluso de la lucha contra la pastera- ubica a Gualeguaychú en un lugar donde se logran avances cotidianos e igualmente trascendentales y significativos. Las últimas iniciativas lo ilustran muy bien.
La Sociedad Rural de Gualeguaychú, por ejemplo, implementó un programa para limpiar los bidones con agroquímicos que se utilizan en el campo y de esa forma evitar malos usos de esos recipientes. No es menor este esfuerzo, dado que hoy esta experiencia es única en la provincia y su modelo bien merece ser replicado en cada uno de los departamentos. Además, suma una actitud de responsabilidad social al evitar que los daños puedan extenderse.
El gran acuerdo colectivo –es otro ejemplo- por el cual se decide trabajar todos juntos para lograr la limpieza de los transformadores que contienen aceites con PCB en poder de la Cooperativa Eléctrica, es otro logro que no puede pasar desapercibido. Máxime si se tiene en cuenta que esta solución enuncia un espíritu casi sagrado para la salud del medioambiente: que cada comunidad se haga cargo de su propia contaminación y evite trasladarla a otras realidades.
Otros logros ambientales –asociados con la mejora de la salud y la calidad de vida- se pueden encontrar en los trabajos de extensión que se impulsaron –por ejemplo- desde la Facultad de Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner) y que permitió en su evolución establecer políticas de Estado a nivel Municipal con el programa de ambientes libre de humo de tabaco.
Otros logros son los certificados de las Normas Iso en materia ambiental, que permitió generar una industria del reciclado y que jerarquiza al Parque Industrial. En términos sociales o colectivos, el reciclado de las pilas que se implementa como una campaña permanente o la recolección de aceites industriales derivados del petróleo y los aceites vegetales. Y así, los ejemplos pueden citarse sin agotar su existencia.
Es cierto que todavía falta mucho en materia ambiental porque la evolución de la vida moderna invita siempre a nuevos desafíos y a la conquista de nuevos horizontes. Pero no es poco lo logrado. Para algunos podrán ser pasos pequeños, pero es indudable que sumados hacen a la gran marcha de esta comunidad que siempre transita en defensa de la vida.
Fuente: diarioelargentino.com.ar
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