Un informe realizado por UNICEF Argentina y la Flacso, revela que el 25,5 por ciento de los chicos que estudian en colegios secundarios, vio a una persona que llevó algún tipo de arma blanca a los establecimientos educativos; Datos que preocupan sobre la juventud y los tiempos violentos que se viven hoy en día en el mundo, y en los cuales poco se trabaja desde el poder para darle una pronta solución.
Que la escuela ha dejado de ser aquel templo del saber que supo ser hace unas décadas atrás cuando la Argentina estaba a la vanguardia educativa de la región, es algo que se sabe, pero igualmente no dejan de sorprender los datos del alarmante aumento de la violencia que se vive al interior de los establecimientos educativos hoy día.
El tema de la violencia en las escuelas es algo cotidiano, que se manifiesta en los espacios públicos y privados, y que tiende a ser reproducida en las aulas u otras dependencias de la escuela. El problema de la violencia se ha generalizado, diez años atrás había "zonas violentas", en la actualidad esta situación se ha extendido hasta globalizarse. Existe violencia social, familiar e institucional. Lo terrible es que la violencia viene de afuera hacia adentro y sin darnos cuenta nos va invadiendo, haciéndose poco a poco endémica.
Es por demás necesario que desde el Estado se planteen políticas acordes a lo que necesita la ecuación hoy en día, y la escuela vuelva a tener el papel preponderante que se merece en cualquier sociedad que se dicte civilizada.
Un informe realizado por UNICEF Argentina y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), con una investigación que abarcó un muestreo de 1.690 estudiantes en la Capital Federal y el conurbano bonaerense, ayuda a entender un poco más las causas que revelan una falla en el sistema educativo argentino, que las autoridades nacionales y provinciales no han podido detener.
El estudio de estos organismos aseguran que el 6,2% de los alumnos afirma haber visto que se hayan llevado armas de fuego a la escuela; mientras que un 25,5% afirma haber visto que se haya llevado algún arma blanca. Además, un 9,7% de los alumnos afirma haber visto que algún alumno haya amenazado o agredido con útiles escolares tales como compás o cuters.
Respecto de la posibilidad de acceder a bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas dentro de la escuela, se observa que uno de cada diez alumnos consideró como fácil el acceso a cerveza, vino, y otras bebidas alcohólicas. Cabe señalar que más de dos de cada diez alumnos consideraron como fácil el acceso a la marihuana en la escuela; un 15,8% de igual manera el acceso a otras drogas, y un 9,0% al “paco”.
Un 18,2% de los alumnos del área estudiada sufrió el robo de objetos de su escritorio o banco, de ese total, en más de la mitad de los casos ocurrió una o dos veces. A modo de comparación, para la Ciudad de Buenos Aires el porcentaje en esta medición fue de 13,5%, mientras que en el estudio realizado por la Dirección Nacional de Política Criminal (DNPC) del Ministerio de Justicia de la Nación para el año 2002, el porcentaje para esta instancia fue de 12,2%.
Un 8,7% de los alumnos afirma haber sufrido el robo de bienes o dinero por la fuerza o con amenaza de uso de la fuerza. En más de la mitad de los casos ocurrió una sola vez. A uno de cada cinco de quienes sufrieron este tipo de situaciones (1,9% del total de los alumnos), este tipo de hechos le ocurrió en el interior de la escuela.
Otro de los datos a tener en cuenta del informe de la Unicef y la Flacso, remarca que el 15,3% de los alumnos estuvo involucrado en peleas con intercambio de golpes, y, sobre la frecuencia de ocurrencia, en más de la mitad de los casos ocurrió entre una y dos veces. También a modo de comparación, en la Ciudad de Buenos Aires para esta medición el porcentaje fue de 13,4%, mientras que en el estudio para 2002 de la DNPC anteriormente citado el porcentaje fue de 17,2%.
Es de destacar que tanto alumnos como directores coincidieron en señalar que el problema de la violencia es mayor en las escuelas de la zona que en la propia; y que al reiterar la pregunta sobre el nivel de gravedad del problema de la violencia en la escuela propia al finalizar los respectivos cuestionarios, tanto alumnos como directores calificaron mayoritariamente como “poco” o “nada” grave a dicho problema (alumnos: “Poco grave”: 52,7%; “Nada grave”: 26%. Directores: “Poco grave”: 63,1%; “Nada grave”: 26,1%).
El problema de la violencia se ha generalizado, hace treinta años atrás había “zonas violentas”, en la actualidad esta situación se ha extendido hasta globalizarse. Existe violencia social, familiar e institucional. Lo terrible es que la violencia viene de afuera hacia adentro y sin darnos cuenta nos va invadiendo, haciéndose poco a poco endémica.
En un país en el cual casi el 30% de la población está por debajo del nivel de pobreza, y un tanto por ciento no especificado apenas por encima del mismo, no es de asombrarse que en los chicos, ya sea por experiencia propia o ajena, exista falta de alimentación adecuada, desnutrición, normalización de situaciones atípicas, cambio de valores.
La situación de desigualdad social que vive la Argentina hoy en día, queda marcada en que es el 25% más rico de la sociedad el que tiene las mayores posibilidades de acceder a la educación, en contraste con el 25% más pobre, a los que les cuesta más tener acceso a los métodos educativos y al proceso tradicional de escolarización.
Es necesario que desde el Estado se planteen políticas acordes a lo que necesita la ecuación hoy en día, y la escuela vuelva a tener el papel preponderante que se merece en cualquier sociedad que se dicte civilizada. Se deben brindar las armas para que se pueda aprender Con igualdad de oportunidades, y eso sólo se hace con decisión política y encarando políticas activas que tiendan ala inclusión y que permita el acceso y permanencia de los estudiantes.
Fuente: lavoz901.com.ar
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