Por Periodismo Social.
El 17,6% de los niños argentinos de 5 a 17 años realiza algún tipo de trabajo. El número es un promedio de lo que ocurre a nivel nacional en grandes centros urbanos, pero hay regiones, como el Gran Tucumán, en donde la situación es mucho peor: allí llega al 24,6 por ciento.
Los datos son del segundo semestre de 2010 y surgen del Observatorio de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA), que midió a seis mil hogares de todo el país para abordar la temática del trabajo infantil en las grandes ciudades de Argentina. Fueron difundidos en la última Nota Conjunta de la Red de Diarios en Periodismo Social, al celebrarse este domingo el Día de la Lucha Contra el Trabajo Infantil.
El universo de chicos que trabajan se divide en dos grupos: los que realizan actividades domésticas en forma intensiva (limpian, lavan, cuidan a los hermanos, hacen la comida todos los días, juntan agua, leña), o actividades económicas (ayudan a sus familiares u otras personas en un trabajo, hacen alguna actividad para ganar dinero por su cuenta como empleado a aprendiz) y existen contrastes según la edad: entre los 14 y los 17 años el promedio de chicos que trabajan es de 32,4 por ciento, mientras que entre los chicos de 5 y 13 años, ese número es del 10,6 por ciento.
La investigación resume datos referidos al trabajo infantil urbano en el país, quedando afuera la realidad de los chicos que trabajan en ámbitos rurales, donde la situación en general es más preocupante y donde se encuentran más a menudo casos de explotación laboral. Una situación que hace más urgente la aplicación de políticas públicas para prevenir y erradicar un problema que, como se ve en este informe, afecta a miles y miles de chicos y adolescentes en todo el país.
La inclusión educativa y el rezago: los efectos de trabajar
El trabajo en la niñez y adolescencia afecta la inclusión educativa, aumenta la probabilidad de rezago educativo y de ausentismo escolar. Tanto es así que entre los 5 y 17 años, período en que la escolarización es obligatoria, la no asistencia a la escuela alcanza a nivel nacional el 9,1 por ciento entre los niños y adolescentes trabajadores, mientras que entre los no trabajadores es de 3,9 por ciento.
Es decir, que la propensión a no asistir a la escuela es de más del doble entre los niños y adolescentes que trabajan. La situación más preocupante es en los adolescentes: entre ellos, la no asistencia a la escuela es del 14 por ciento entre los trabajadores, frente al 8,6 por ciento de sus pares que no trabajan, según cifras a nivel nacional.
Las desigualdades son mayores cuando se trata de rezago educativo, esto es la probabilidad de repetir de grado u año y transitar el ciclo educativo con mayor edad que la correspondiente al año en curso. Entre los niños/as de 5 a 14 años la probabilidad de rezago educativo se duplica entre los niños/as trabajadores respecto de sus pares que no trabajan, mientras que entre los adolescentes no llega a duplicarse pero pasa de 21% entre los adolescentes que no trabajan a 35% en los trabajadores.
Cómo se profundiza el problema en los sectores más pobres
Por otro lado, también la investigación asegura que un niño/a o adolescente entre los 5 y 17 años en el estrato muy bajo (25% inferior) registra 4,7 veces más "chance" de tener responsabilidades domésticas intensas que un par en el estrato medio alto (25% superior). Dicha brecha regresiva para la niñez en situación de pobreza es de 6,7 veces en el caso de los niños/as entre los 5 y 13 años y de 4,9 veces en el caso de los adolescentes entre los 14 y 17 años.
A nivel mundial, la situación sigue siendo gravísima: aún existen 218 millones de niños, niñas y adolescentes, de entre 5 y 17 años, que trabajan, de los cuales 190 millones realizan labores peligrosas. De ellos, 20 millones son latinoamericanos.
El trabajo doméstico en adolescentes bajó en los últimos años
Sin embargo, no todas las noticias son malas: la evolución de los últimos años muestra que, en términos generales, el trabajo infantil urbano bajó en el ámbito nacional hasta llegar al 17,6 por ciento de promedio actual.
Adolescentes. las cifras de adolescentes de 14 a 17 años que realizan "trabajo doméstico intensivo" bajaron de 19,7 por ciento en 2007 a 16,6 por ciento en 2010. Y el "trabajo en actividad económica" descendió de 23,5 por ciento a 19,8 en el mismo período.
Niños. Entre los más pequeños (de 5 a 13 años), las cifras no son tan alentadoras. En el primer tipo de trabajo (doméstico), la cifra bajó (de 4,3 por ciento a 3,7) pero en el segundo tipo de trabajo (actividad económica) prácticamente se duplicó (de 3,4 por ciento a 6,7).
Según ley 26.390, está prohibido el trabajo de los menores de 16 "en todas sus formas, exista o no relación de empleo contractual y sea éste remunerado o no".
En los grandes centros poblados, la situación más complicada
En, según lo publicado por el diario La Voz del Interior, el cordón conocido como Gran Córdoba tiene mucho por plantearse y mejorar: es el segundo peor lugar de Argentina para los chicos. Es que el 23,3 por ciento de los cordobeses de 5 a 17 años que vive allí, trabaja.
Mendoza, a su vez, en lo referido a trabajo relacionado con cuestiones económicas, supera a la media nacional, que es de 12,3%, de acuerdo a lo que publicó el diario Los Andes. De ese total, 8,1% son niños y niñas de 5 a 13 años mientras que 21,2% son adolescentes de 14 a 17 años. Todos ellos, hacen alguna actividad por su cuenta para ganar dinero o tiene un trabajo como empleado o aprendiz.
En Tucumán, la situación empeora. Dos de cada 10 niños y adolescentes (de entre cinco y 17 años) que residen en el Gran Tucumán-Tafí Viejo (el principal aglomerado urbano provincial), realizan un trabajo doméstico intensivo y/o desempeñan actividades económicas, según el informe.
Además, el 10,9% de la niñez y adolescencia realiza tareas domésticas de modo intensivo: 7,7% en el grupo de edad de cinco a 13 años y 18.5% en los adolescentes entre 14 y 17 años.
El trabajo en cualquiera de sus formas (doméstico o en actividades económicas) alcanza al 24,6% en la niñez y adolescencia entre los cinco y 17 años (36,7 % entre los 14 y 17 años y 19,6 %, entre los cinco y 13 años) cualitativamente, el informe de la UCA demuestra que, el trabajo infantil está naturalizado en las zonas rurales (es una costumbre), y en la necesidad de las familias de dejar a cargo de las tareas domésticas a sus hijos para salir a trabajar.
En Santa Fe, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) concluyó que en 2009, 5 de cada 100 niños de entre 10 y 17 años, residentes en los grandes aglomerados urbanos de la provincia declararon tener una ocupación, de acuerdo a lo publicado en el diario El Litoral.
Según la socióloga Virginia Trevignani, no aparecen los niños en sectores de la economía donde hay controles del Estado. "Ya no son contratados por un empleador, sino que la situación de niños trabajadores tiene más que ver hoy con la utilización de chicos en comercios propios de la familia o en trabajo familiar de los múltiples tipos. De esta manera, las situaciones de trabajo infantil se dan en sectores menos regulados y de carácter íntimo", indicó la especialista
En La Rioja, en tanto, la única aproximación que existe en materia estadística se dio este año, con la detección de 13 adolescentes menores de 16 años, que se encontraban trabajando en las cosechas. Según el diario Nueva Rioja, las infracciones se cometieron en fincas de Chilecito y Arauco, donde las empresas fueron multadas. Así lo afirmó la encargada de la Secretaría de Trabajo de la Provincia, Liliana Espinoza. De acuerdo a lo informado por la funcionaria, los chicos de entre 16 a 18 años, para trabajar en la época de cosechas en la Provincia, deben presentar un aval que se tramita en esa oficina. Sin embargo, en estos 13 casos no se encontró esta documentación, por lo cual, las empresas fueron debidamente sancionadas. La COPRETI logró durante 2010 que 300 chicos que estaban trabajando en la calle pudieran volver a sus hogares "y reinsertarlos en el lugar donde deberían estar, en las escuelas", explicó Espinoza.
En la ciudad de Buenos Aires, en tanto, el Programa Contra toda Forma de Explotación del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes detectó 340 chicos trabajando en las calles de porteñas en 2010. La coordinadora del Área de Trabajo Infantil del Gobierno de la Ciudad indicó que esta es la modalidad más frecuente y en los casos en que los chicos trabajan a puertas cerradas es más difícil de detectar y no tienen estadísticas al respecto. En esta jurisdicción existe la línea telefónica 102 que está destinada a recibir consultas o denuncias de y sobre los chicos. Funciona las 24hs y depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
En Salta no hay estimaciones confiables sobre cuántos chicos podrían estar ocupados, pero nadie desconoce el problema. "Es muy difícil tener un relevamiento sobre el trabajo infantil. El niño empleado en un campo o una empresa siempre está oculto. La única forma de detectarlo es por denuncias o de manera fortuita durante una inspección", señaló el secretario de Trabajo de la Provincia, Eduardo Costello al diario El Tribuno.
En Catamarca, en lo que va de 2011, la Comisión Provincial de Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI) detectó 25 casos de niños en esta situación, fundamentalmente como vendedores ambulantes y limpiavidrios, pero también a dos nenas que realizaban trabajos domésticos. En 2008, la cifra era de apenas 10 según publicó El Ancasti. Sin embargo, no son números definitivos, dado que se presume que hay más niños trabajando. Desde el organismo sostienen que de nada sirve tener muchos números y nombre de niños si no se les puede hacer un abordaje.
Según el diario Río Negro, en el Alto Valle rionegrino, las formas de trabajo infantil no están tan implicadas con la economía formal. Es en la actividad agrícola donde se detectan los mayores niveles de mano de obra infantil, relacionados a tareas de cosecha donde participa todo el grupo familiar, según se informó desde la Dirección Regional Austral del Ministerio de Trabajo de la Nación, que detectó unos 64 casos durante los últimos tres años. Este número se correspondió con el trabajo agrícola y, en menos medida, con el rubro comercial. Roca fue una de las ciudades donde se detectaron más casos, siendo un total de 21 los niños rescatados de esta situación en el último operativo verano.
En Santa Cruz no existen registros de casos de trabajo infantil, con una alta tasa de escolarización, sólo en el ámbito rural y bajo normas acotadas se pueden dar registros de chicos menores de edad trabajando, ya que una ley permite a partir de los 16 años realizar dicha tarea, aunque son escasísimos esos casos.
"Nuestra tarea es preventiva" dijo Miguel Ángel Díaz a La Opinión Austral, responsable de la Secretaría de Trabajo ante la COPRETI, en ese sentido, ante la ausencia, afortunada, de problemáticas de trabajo infantil.
De hecho en un mapa del trabajo rural realizado a nivel nacional Chubut, Santa Cruz, Neuquén y Tierra del Fuego fueron las únicas provincias que declararon no tener esta modalidad de trabajo infantil en sus territorios.
Fuente: malviticias.com.ar
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