La Cruz Roja Americana fue fundada por Clara Barton y un circulo de conocidos el día 21 de Mayo de 1881 en la ciudad de Washington, D.C. Mientras visitaba Europa después de la Guerra Civil, Barton escuchó hablar sobre el Movimiento Internacional de la Cruz Roja de inspiración Suiza.
Al regresar a casa, Barton hizo campaña por crear una sociedad de la Cruz Roja Americana y por la ratificación de la Convención de Ginebra que protege a los heridos en guerra, la cual Estados Unidos ratificó en el año de 1882. Clara Barton dirigió La Cruz Roja por 23 años, tiempo durante el cual la organización condujo los primeros esfuerzos de socorro en desastres domésticos e internacionales, auxilió al Ejército de Los Estados Unidos durante la Guerra Hispano-Americana, y llevó a cabo exitosamente la campaña para la inclusión del trabajo para el auxilio en tiempo de paz como parte del Movimiento de la Cruz Roja Internacional denominado “La Enmienda Americana”, movimiento que inicialmente encontró alguna resistencia en Europa.
La Cruz Roja recibió su primer estatuto en el congreso en 1900 y un segundo en 1905, el año siguiente a la renuncia de Barton a la organización. Este estatuto, que aun permanece en vigencia, plantea los objetivos de la organización que incluyen ofrecer socorro a los miembros de las fuerzas armadas de Los Estados Unidos, servir como medio de comunicación entre ellos y sus familias y proveer alivio y mitigación en desastres nacionales e internacionales.
Antes de la Primera Guerra Mundial, La Cruz Roja ya había presentado sus programas de primeros auxilios, de salubridad del agua y de asistencia en salud pública. Con el estallido de la guerra, la organización presentó un crecimiento fenomenal. El número de delegaciones locales saltó de 107 en 1914 a 3,864 en 1918 y sus miembros aumentaron de 17,000 a más de 20 millones de adultos y 11 millones de jóvenes. El público contribuyó con $400 millones en fondos y en material para apoyar a los programas de La Cruz Roja, incluyendo aquellos para las fuerzas armadas Americanas y de los aliados y para los refugiados civiles. La Cruz Roja proporcionó personal a los hospitales y compañías de servicio de ambulancia y reclutó 20,000 enfermeras registradas para el servicio militar. Un número adicional de enfermeras de La Cruz Roja salió a combatir la epidemia mundial de influenza en 1918.
Después de la Guerra, La Cruz Roja se enfocó en servir a los veteranos de guerra y en perfeccionar sus programas de entrenamiento en seguridad, prevención de accidentes, cuidado del enfermo en casa y educación nutricional. También prestó ayuda para las victimas de desastres mayores tales como las inundaciones del río Mississippi en 1927 y la severa sequía y la Depresión durante los años 30.
La Segunda Guerra Mundial solicitó a La Cruz Roja, para que una vez más prestara sus amplios servicios al ejército de los Estados Unidos, al ejército de los países Aliados y a las victimas civiles de la guerra. Inscribió a más de 104,000 enfermeras para el servicio militar, preparó 27 millones de paquetes para los prisioneros de guerra de Estados Unidos y de los países Aliados, y envió más de 300,000 toneladas de suministros a otros continentes. Ante la solicitud de las Fuerzas Armadas, La Cruz Roja también inició un programa nacional de donación sangre, el cual recolectó 13.3 millones de pintas de sangre para el uso de las fuerzas armadas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, La Cruz Roja presentó el primer programa civil nacional de donación de sangre que en la actualidad provee cerca del 50 por ciento de la sangre y de los productos sanguíneos en el país. La Cruz Roja extendió su rol en investigación bio-medica y entró en el nuevo campo de la preservación de tejidos humanos y su distribución. Durante los años noventa, dirigió una masiva modernización de sus operaciones en el servicio de donación de sangre para mejorar la seguridad de sus productos sanguíneos. Continuó prestando sus servicios a los miembros de las fuerzas armadas y sus familias, incluyendo durante las guerras de Corea, Vietnam y del Golfo. La Cruz Roja también extendió sus servicios a campos tales como la defensa civil, los entrenamientos en resucitación cardio-pulmonar y desfibriladores externos automáticos RCP/DEA, la educación sobre el SIDA, y la disposición de cuidado y apoyo emocional para las victimas de desastres y sus sobrevivientes. Ayudó también al gobierno federal a formar La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y sirve como su principal proveedor de cuidado para las masas en desastres declarados federalmente.
A pesar de estar asociada cercanamente con el gobierno federal en la promoción de sus objetivos, La Cruz Roja se mantiene como una organización independiente dirigida por voluntarios y financiada por contribuciones públicas voluntarias y por cargos de reembolso de costos. Un Consejo Superior de 50 miembros voluntarios dirige la organización. El Presidente de Los Estados Unidos, quien es presidente honorario de La Cruz Roja, designa ocho Consejeros, incluyendo al Presidente del Consejo. El Presidente del Consejo nomina y el consejo elige al Presidente Nacional de la Cruz Roja quien es responsable de implementar las políticas y los programas del Consejo. La Cruz Roja Americana trabaja de cerca con el Comité Internacional de La Cruz Roja en materias de conflicto internacional y desórdenes sociales, políticos y militares. Como miembro de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Sociedad de La Media Luna Roja a la que ayudó a fundar en 1919, La Cruz Roja Americana se une con más de otras 175 sociedades nacionales en traer ayuda a las victimas de desastres a través del mundo.
Fuente: hacercomunidad.org
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