Continúa la indignación de los indígenas que habitan Cambalache, luego de que se vieran obligados a enterrar a dos bebés de la comunidad en un hoyo improvisado cerca del río por falta de ayuda gubernamental.
Representantes de la etnia warao se dirigieron a la Alcaldía de Caroní a solicitar ayuda para darle sepultura a los pequeñitos. Las actas de defunción fueron entregadas y su traslado al cementerio aprobado, y a pesar de esto el vehículo encargado de llevar los cuerpos nunca apareció. Los afectados denuncian las precarias condiciones en las que se encuentra el poblado, la mayoría vive de la basura para subsistir. Temen que esta situación se repita, puesto que hay muchos pequeños que apenas han recibido la mínima atención médica.Pedro La Rosa, capitán de la población, expresó que “todo sigue igual, no nos han llamado ni tampoco nosotros nos hemos movido de aquí. Sabemos lo que salió en el periódico pero eso es todo, no han venido”.
Dijo el aborigen que les duele que sean sus infantes los que se mueran por la falta de atención de parte de los organismos del Estado y más lo ocurrido este miércoles, cuando tuvieron que cavar dos hoyos para enterrar a una niña de dos años y a un bebé de un añito que murieron días atrás a causa de la desnutrición.
Señala que es muy común que estas escenas ocurran, principalmente porque hay una gran pobreza en el área. Los trabajos prometidos por el “socialismo” no llegan y ellos se debaten entre el denunciar o seguir callados esperando una respuesta que no llega.
“Es difícil, porque no hay ayudas, cuando las hay son pocas, y no sabemos qué hacer. Aquí han faltado muchos empleos, muchas cosas, nos prometieron calles, cloacas y nada de eso tenemos, bueno usted ve cómo estamos y hay muchas personas necesitadas, estas cosas pasan porque hay necesidad, estamos mal”.
Este jueves las humildes barracas donde residían los infantes muertos lucían desoladas. Sus respectivas madres hacían los quehaceres del hogar y miraban furtivamente al equipo de este rotativo sin ofrecer detalles de lo ocurrido.
Pobreza extrema
Sin embargo, hay mucha indignación. El que dos bebés hayan sido enterrados a la sombra de un árbol de mango porque la Alcaldía no donó las fosas, las urnas y prestó el transporte para llevarlos al cementerio dejó una huella.
“No queremos que esto ocurra más. Salimos del Delta Amacuro huyendo de las enfermedades, saliendo de eso malo, porque cuando alguien se enfermaba el centro de salud nos quedaba lejísimos, y ahora estando en la ciudad vivimos esto, y eso que estamos aquí y nos sentimos tan lejos”.
Los indígenas de Cambalache sobreviven del reciclaje de la basura en el vertedero. Allí sin ninguna protección, padres y niños se buscan la vida entre las latas, los cables, el plástico y lo que encuentren. Todo lo que genere ganancia es bueno.
De allí sacan ropa, calzado, muebles, cartones, de todo, hasta comida. Antonio Valenzuela, cacique de la comunidad, considera que tener que hurgar entre la basura de otros para poder subsistir es penoso en un país donde se supone hay tantas oportunidades y donde la ayuda del gobierno para los pueblos originarios no debería faltar.
Aquella frase de la “inclusión” no parece estar en el diccionario Warao, que ve como elección tras elección los candidatos los toman en cuenta para pedirles el voto y darles su respectivo kit “revolucionario”, es decir una franela y una gorra roja.
“Todos los políticos son igualitos, ninguno sirve, ninguno, se burlan de los indígenas y nos utilizan para que votemos por ellos, pero no hay nada, ni empleos, ni servicios, vivimos como cochinos, mire aquí, como cochinos y no es justo. Necesitamos operativos médicos, medicinas, alguien que nos atienda cuando hay un dolor, son muchas cosas”.
Además de los reclamos de los aborígenes, fuentes extraoficiales informaron que hay 22 niños más con síntomas similares a los que presentaron los bebés que murieron entre sábado y domingo. Por lo que se teme que la cifra de fallecidos por desnutrición en la comunidad aumente si no hay la pronta intervención de las autoridades.
Fuente: correodelcaroni.com
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