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La ganadora del Premio a la Mujer Cafam 2011, el galardón más importante con el que se exalta a las colombianas que trabajan por las comunidades menos favorecidas del país, es Ruth Consuelo Chaparro Gómez, representante del Amazonas.
Las otras dos finalistas, escogidas dentro de un grupo de 21 líderes de diferentes regiones, son Cundinamarca, Clara Elsa Leal, y Valle, Diana Fellisa Currea Perdomo.
María Sonia Cruz, del Tolima, fue distinguida con una mención especial.
La nueva Mujer Cafam 2011 es bogotana, estudió comunicación social y tiene una maestría en educación y desarrollo social. Lleva 32 años trabajando por las comunidades indígenas del país en regiones como Vichada y Amazonas.
Su obra ha consistido en enseñarles a exigir sus derechos y en llevarles educación a los nativos. Ha fundado colegios y un centro de educación superior en medio de la selva. Para tal fin ha tenido que convivir con las etnias; ha aprendido sus lenguas y ha tenido que vivir como ellos durante todo este tiempo. Y es gracias a ese amplio trabajo social que puede afirmar que los pueblos indígenas del país viven en condiciones, según ella, inhumanas.
"Los indígenas no son importantes para nadie en este país. El Estado y la sociedad tienen que comprender que en la selva no sólo hay árboles: hay personas inteligentes y de buen corazón que necesitan ayuda", dice la mujer al afirmar que las leyes elaboradas para estas comunidades se quedan en el papel y que la presencia estatal es casi nula.
La nueva Mujer Cafam llamó la atención sobre los graves problemas de salud que viven los indígenas, sobre todo los niños, a causa de la desnutrición. "Muchos niños indígenas se mueren por causas prevenibles. En los últimos seis años hemos visto cómo les han cortado las piernas a 16 niños indígenas mordidos por serpientes, porque no ha habido suero antiofídico para ellos", advierte.
Las otras dos finalistas
Diana Felisa Currea, representante del Valle, es cirujana oncóloga de la Fundación Valle de Lili, que desde hace muchos años libra una lucha diaria contra el cáncer de seno. Diseñó el programa Ámese, que ayuda a las mujeres de estratos bajos que padecen esta enfermedad y también trabaja en prevención con comunidades vulnerables. Es voluntaria en varios centros hospitalarios de Cali y atiende a las internas de la cárcel de esa ciudad. Ha realizado miles de consultas y más de 50 operaciones de manera gratuita.
La otra exaltada es Clara Elsa de Calderón, de Cundinamarca. Tras la muerte de su hijo de cuatro años de edad, decidió dedicar su vida a trabajar por los niños de escasos recursos que sufren del corazón y que no tienen cómo acceder a un tratamiento médico. Ha ayudado a más de cuatro mil niños con su fundación, Alejandrito Corazón, desde el año 1990.
Fuente: eltiempo.com
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