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Por Anthony Lake DIRECTOR EJECUTIVO DE UNICEF
Toneladas de escombros sin despejar todavía. Ciudades de tiendas de campaña repletas hasta rebosar.
Decenas de miles de niños y niñas que necesitan protección . Es probable que estas imágenes tan duras de Haití dominen nuestros pensamientos esta semana, en la que conmemoramos el sombrío aniversario del terremoto del que se cumplió un año este miércoles.
La tarea ha resultado titánica, en un escenario humanitario del peor tipo posible en uno de los países más pobres del mundo, con víctimas masivas, catástrofes múltiples, la destrucción de la administración pública de la Nación y daños asombrosos en las infraestructuras vitales.
Los retrasos en la ayuda comprometida han complicado aún más la recuperación.
En los últimos tres meses, la epidemia de cólera ha cobrado casi 3.500 vidas, con unos 150.000 casos notificados hasta la fecha.
A pesar de nuestros esfuerzos, esta enfermedad mortal no ha alcanzado todavía su pico más alto .
Mediante un trabajo conjunto, las organizaciones de socorro de Haití, 140 países donantes, ONG internacionales y las Naciones Unidas, entre ellas UNICEF, han salvado y mejorado muchas vidas.
Miles de niños y niñas han sido reunificados con sus familias. Casi 100.000 niños continúan beneficiándose de una red de espacios amigables para la niñez que proporciona atención psicosocial. Y la nueva campaña “Todos a la escuela” está llegando a alrededor del 80 por ciento de los niños y niñas afectados directamente por el terremoto.
Cuando queda tanto por hacer y cuando tantas personas continúan sufriendo, no es momento de autocomplacencias. Pero tampoco debe convertirse en una ocasión para la autoflagelación.
De hacerlo, caeríamos en el riesgo de desalentar a aquellos que todavía pueden proporcionar ayuda, en detrimento de las personas que tan desesperadamente la necesitan. Y constituye tanto una negación de las pequeñas victorias obtenidas como un repudio de los héroes que aún están ahí, todos los días, ayudando a reconstruir vidas y a devolver la esperanza.
Fuente: clarin.com
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