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Por Mariano Turzi. PROFESOR DE RELACIONES INTERNACIONALES, UNIVERSIDAD DI TELLA
Saber que las relaciones entre los estados se rigen por intereses es uno de los primeros axiomas de las relaciones internacionales.
Creer que sólo se rigen por intereses es uno de los primeros errores.
Los hechos de la realidad “objetiva” son filtrados a través de nuestras percepciones . Las construcciones mentales acerca del otro fijan un marco interpretativo a sus acciones.
Esas construcciones mentales son social e históricamente contingentes más que fatalidades de la estructura de poder o la naturaleza humana. Por ejemplo, Estados Unidos percibe como más amenazante el crecimiento del presupuesto militar de China que el de India.
La valoración de sujetos y objetos a nivel internacional establece la manera en que se lee la realidad y condiciona el universo de posibles respuestas. En términos sencillos: lo que pasa es tan importante como lo que creemos que pasa.
Hay muchas de esas realidades mentales que actúan como anteojeras en nuestra mente : fijan nuestra percepción y restringen nuestra visión.
Por ejemplo, el acrónimo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) evoca edificación y solidez (en inglés suena como la palabra “ladrillo”), juntando las dimensiones de potencial, futuro y grandeza. Aunque son países con diferencias -e incluso rivalidades- entre ellos, el agrupamiento ya se ha instalado entre nosotros. Frente al BRIC surgió el BASIC (Brasil, Sudáfrica, India y China), que apunta a convertirse en la piedra angular -más que el ladrillo- de un nuevo sistema internacional.
Por el contrario, la sigla PIGS o “cerdos” (Portugal, Irlanda, Grecia y España) remite a la porqueriza (en este caso financiera), suciedad, irresponsabilidad y derroche. Hay un obvio componente de ignominia y desacreditación.
Más recientemente, un conservador instituto norteamericano agrupó a los VIRUS (Venezuela, Irán, Rusia y Siria). Más allá del grotesco apego a una mentalidad maniquea de amigos y enemigos, demuestra una pervivencia de patrones mentales de la Guerra Fría combinados con una agenda que busca reeditar un nuevo “eje del mal”.
En nuestra parte del mundo, UNASUR -al menos a nivel conceptual- instala en la mente las nociones de autonomía e independencia.
Las construcciones inciden en las respuestas de política pública.
Los BRICs o el BASIC construirán el orden internacional venidero, a los PIGS solamente un duro ajuste purgante los saneará y al VIRUS se lo combate vacunando al cuerpo que lo lleva para que lo elimine.
Las ideas generan comunidades de pensamiento entre los decisores internacionales que muchas veces tienden al “pensamiento de grupo” (groupthink). Este fenómeno refuerza las anteojeras, ya que los miembros del grupo intentan conformar su opinión a la que creen que es el consenso.
El problema es que cualquier nueva evidencia que esté fuera de las anteojeras será ignorada y solamente veremos aquello que confirma nuestra idea preexistente o reafirma nuestro prejuicio.
Fuente: clarin.com
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