Cada año, un grupo de estudiantes argentinos de la carrera de medicina en Cuba, se hace presente en la localidad de Burzaco para ayudar con distintos emprendimientos que realiza la sociedad de fomento El Ceibo.
Desde dicha asociación impulsaron la iniciativa para que los jóvenes puedan estudiar en la Universidad de La Habana, y a modo de devolución, ellos vienen aquí por un año para poner manos a la obra y colaborar. “Los Angelitos de Ivi” fue uno de los tantos lugares por los que dejaron su huella, y que dejó su marca en ellos.Dicen que en la vida todo va y viene, y así parece ser para la sociedad de fomento El Ceibo, ubicada en la localidad de Burzaco, ya que aquella iniciativa para que jóvenes de la región puedan seguir la carrera de medicina en la universidad cubana de La Habana hoy da sus frutos. Es que aquellos jóvenes por los que se luchó para que pudieran estudiar vienen a la Argentina por un año y ayudan a la gente de la sociedad de fomento en algunas actividades solidarias que llevan a cabo, como el comedor “Los Angelitos de Ivi”.
Todo comenzó cuando desde la asociación vecinal ganaron un concurso organizado por la entidad “Funda Red”, por medio del cual lograron pasantías para todas aquellas personas del barrio que quisieran estudiar la carrera de medicina.
Allí, la gente va a estudiar y luego vuelve a Burzaco por al menos un año, con la condición de desempeñarse mínimo una vez a la semana, realizando no sólo tareas relacionadas con la carrera que cursan sino también con los emprendimientos solidarios que tiene la sociedad de fomento.
Luego, regresan a Cuba para concluir con sus estudios o consiguen trabajo en alguna institución médica de la provincia de Buenos Aires. “Nos llena de lágrimas cada vez que se van, cuando se reciben. Sabemos que los vamos a tener un año y que después se van”, expresó a Info Región el presidente de la sociedad de fomento El Ceibo, Pablo Melbarejo.
A través de la fundación “Los Angelitos de Ivi”, creada en 1997 por la gente de El Ceibo y que hoy atiende a cinco barrios de la zona, brindan atención médica gratuita a la gente del lugar durante una vez a la semana por el año que se quedan allí, y si lo desean participan de alguna otra actividad de la región.
Desde hace un par de años, las dificultades entre los miembros de la institución para realizar diferentes actividades y seguir con la labor de la organización se empezaron a hacer sentir, por eso vieron con buenos ojos que los jóvenes a los que habían ayudado para que estudiaran ahora pudieran devolverle algo a la comunidad.
Entre las iniciativas que se encuentran en marcha está el trabajo constante para lograr la urbanización de la zona a través de mejores viviendas y mejoras en las calles, obras de infraestructura, acceso al agua potable y a la red cloacal.
“Acá el barrio tiene calles intransitables, se inunda cuando llueve. Faltan cloacas, hay contaminación, estamos pidiendo el saneamiento de las zanjas”, comentó a Info Región la vecina Ernestina Bonilla acerca de las problemáticas del lugar, a las cuales sumó la dificultad que tienen las ambulancias para entrar a las casas debido al mal estado en el que se encuentran las calles.
En el lugar funciona también un centro comunitario que tiene como objetivo ayudar a los chicos a que tengan una mejor calidad de educación, de salud, de vida, para lo que aspiran a integrar a los padres de esos niños a la tarea y lograr que se incorporen, para lo cual un día decidieron hacer una merienda de mate cocido y tortas fritas invitando a la gente a participar.
De esa forma, nació la fundación “Los Angelitos de Ivi”, la cual comprende tareas que van más allá del comedor. Tratan de brindarles a los chicos alimentos, ropa, medicamentos, y ayudar a satisfacer las necesidades básicas de la gente del barrio.
Ahora, a dicha fundación se integran para poner manos a la obra no sólo los estudiantes argentinos en Cuba sino también estudiantes de otras partes del mundo, como Colombia, México y Alemania, a través de una iniciativa propuesta por la “Fundación Sendero”. Los estudiantes de estos países vienen aquí para realizar las pasantías y las prácticas profesionales en varias instituciones del conurbano bonaerense, luego de lo cual regresan a sus países de origen.
Y mientras están aquí no sólo hacen sus estudios sino que también deben realizar atención médica a la gente del lugar, al menos una vez a la semana, y si quieren, involucrarse en otras actividades. “Esto es tremendo. Yo a veces me pongo a pensar y digo que dio frutos el trabajo de esta mujer que un día formó esta cuestión”, explicó Pablo Melbarejo haciendo referencia al trabajo iniciado por Ermelinda “Ivi” Ramírez, fundadora del comedor y actual presidenta del mismo, y continuado por muchos.
Fuente: inforegion.com.ar
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