Por Daniel Arroyo
La ocupación del Parque Indoamericano se terminó desmadrando.
La simplificación del debate entre xenofobia y apertura sirve para armar slogans pero no para entender pasa y cómo resolverlo.Algunas cosas están claras:
1) Sólo en la Ciudad faltan construir cerca de 50.000 casas; el ritmo de construcción de cerca de 80 viviendas anuales no guarda relación con el problema. El hacinamiento es el tema central, el que no tiene lugar se desespera.
2) Los costos de alquiler subieron y se piden entre $ 800 y $ 1000 por una piecita; los sectores más pobres no tiene garantías para ofrecer y pagan valores más altos.
3) La migración desde el interior se mantiene constante hace décadas. Hoy migran porque tienen servicios de salud y educación y, en el marco de una gran urbe, hay changas posibles.
4) La migración desde los países limítrofes tiene la misma lógica. Está vinculada con el tipo de cambio y el envío de remesas. Es lo que hacen los argentinos en épocas de crisis cuando van a otros países. El crecimiento y el tipo de cambio hizo de la Argentina un lugar atractivo en los últimos años.
5) En cualquier toma de tierras hay de todo: vivos que aprovechan, punteros, gente que vende tierras que no tiene, personas desesperadas por tener un espacio, organizaciones sociales, etc. Lo que predomina es la necesidad . La toma del segundo parque de la Ciudad potencia esto, incorpora la problemática en tiempo real por la presencia de la televisión y genera conflictos entre los que toman y los que viven cerca.
Algunas nuevas políticas hay que encarar, de manera urgente:
6) Es necesario acelerar el ritmo de construcción de viviendas; es claro que esto no ha sido una prioridad para la Ciudad; lo mismo sucede con los procesos de urbanización de villas y asentamientos. La problemática social cruza pobreza, violencia, informalidad, tensiones diversas, pero el núcleo del problema es el hacinamiento, el no tener lugar.
7) El Estado podría empezar a tener un rol en los costos de los alquileres, especialmente con los sectores de menos recursos.
8) La migración del interior del país no va a cambiar si las personas no tienen oportunidades en sus lugares de origen. Si no avanzamos en la generación de una red de servicios de salud y educación en el interior no va a cambiar la tendencia.
9) Con los países limítrofes pasa algo similar. Tal vez el Mercosur debería cobrar protagonismo y los países deberían crear un fondo común para consolidar servicios de salud y educación.
10) Finalmente, esta situación debería hacernos reflexionar a todos. Hay cosas que no nos pueden pasar en una sociedad democrática del siglo XXI. La línea que no se puede cruzar es la que lleva el conflicto social a la muerte, la violencia entre pobres y a un debate de jurisdicciones que invita a los vecinos resolver las cosas por cuenta propia.
Fuente: clarin.com
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