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lunes, 13 de diciembre de 2010

“En Balcarce tenemos problemas ambientales muy serios”

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Verónica Martins (36) es licenciada en geografía y especialista en gestión ambiental. Critica la falta de políticas oficiales en torno al cuidado del medio ambiente.
Además, asegura que Balcarce debería imitar a otros distritos donde se crearon plantas de reciclado municipales. Delicado cuadro de situación.


-¿Cómo analiza la situación en Balcarce en torno al tratamiento de los residuos?

–Bueno primero habría que decir que desde hace años Balcarce tiene un relleno sanitario que está colapsado. Se ha venido tratando de evitar que el relleno se transforme en un basural a cielo abierto, pero la realidad está a la vista. En este tiempo no se han efectuado las tareas necesarias y hoy ya no hay que hablar más de relleno sanitario sino directamente de un basural a cielo abierto. Esto es lo que en definitiva la gente teme. Pero las cosas son así, aunque en verdad no sabemos si esto sucede por falta de presupuesto, o por ser éste un lugar que es absolutamente inapropiado para esta actividad. Por otra parte, hay hoy un real peligro de la contaminación de las napas de agua, el aire, el curso del arroyo Pantanoso, el suelo, y el riesgo constante para los recicladores informales que todos los días van a trabajar al relleno. A esto hay que sumarle que no hay un correcto vertido de gases, no hay chimeneas, muchas celdas están literalmente clausuradas con residuos arriba, más los lixiviados que no tienen ningún control. Cuando se piensa en un relleno sanitario, hay que pensar como concepto básico en impermeabilizar el suelo para evitar que la descomposición de los residuos contaminen las napas de agua. En este caso, muchas de esas membranas están rotas, o directamente no existen, aunque ahora se estaba construyendo una celda nueva pero no sabemos con qué alcance. Lo que entendemos es que este relleno debe clausurarse, controlarlo y minotorearlo para que no existan más consecuencias, y en el futuro trabajar para poder reforestarlo y reutilizarlo con otro fin.

-¿Con este cuadro de situación, qué debería hacer Balcarce en materia ambiental?

–Básicamente tendría que realizar una gestión integral de residuos sólidos urbanos. Empezar a implementar campañas de educación ambiental, concientizar a la población, y llegar gradualmente a un reciclado en el que necesariamente, en su origen, debe involucrarse el vecino. Paralelamente la comuna debería tener una planta de reciclado propia, porque no es necesario, en este contexto, que venga una empresa de afuera, y encima pensando en transformar a Balcarce en un centro regional de residuos. Hay varias experiencias en Bragado, Laprida y Trenque Lauquen que, aunque siendo ciudades muy pequeñas, han logrado reciclar de una manera efectiva sus residuos. Por supuesto que no fue de la noche a la mañana, sino que demandó un proceso que es a largo plazo. Lo bueno y lo importante de esto es que estas experiencias que nombré se han nutrido en su totalidad de mano de obra local, sumando a los recolectores informales, que de hecho existen en el relleno sanitario de Balcarce, las escuelas y las instituciones comprometidas con un programa integral de tratamiento de residuos. Esa, creo, es la manera que el municipio de Balcarce debería encarar el tema de la basura.

-¿Qué exista esta situación en Balcarce significa que no hay políticas medioambientales o que se equivocó el camino?

-Se podrían decir las dos cosas. En Balcarce no hay siquiera una oficina vinculada al medio ambiente. Entonces, todas las quejas de los vecinos no pueden canalizarse porque no hay un lugar físico ni un profesional en la materia a quien trasladarle el reclamo o la inquietud. Es decir, si no hay una oficina menos, entiendo, una política seria y sustentable para llevar a cabo un proyecto eficaz en la ciudad.

-¿El nivel de contaminación en la ciudad, por distintos factores, es importante?

-Sí, la verdad que es preocupante el nivel de contaminación que hay en Balcarce. El relleno al no funcionar bien contamina las napas, al margen de tratarse de una zona baja donde por sus características resulta totalmente inadecuado para esta actividad. Vale aclarar que la contaminación no sólo se da en el agua, sino también en el aire, en el paisaje, y lo más importante, inconvenientes para la población que ya reside en barrios adyacentes y va a sufrir las consecuencias que, seguramente, van mucho más allá de los olores que se desprenden del predio por la acumulación de basura y la falta de una cortina forestal que tape el relleno. A esto se suman los animales, como ratas, perros y gatos que transmiten enfermedades, al margen de los riesgos a los que están expuestos los recicladores informales que clasifican la basura sin ningún tipo de protección. Eso es inadmisible, sobre todo porque están dentro de un predio que debe controlar el Estado.

Fuente: diariolavanguardia.com

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