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Por Nora Bär
Mark Twain decía que "el whisky es para tomar y el agua, para pelearse".
El doctor Henry Vaux, vicepresidente emérito de la Universidad de California y director del Foro Internacional Rosenberg sobre Políticas Hídricas, recuerda esta frase del escritor norteamericano para subrayar los desafíos que nos aguardan en un futuro no demasiado lejano.
Vaux recibió a La Nacion en Buenos Aires, donde conducirá la séptima edición del Foro creado en 1976 con una donación del Bank of America y que por primera vez se reúne en un país latinoamericano. El organismo se propone analizar errores, revisar experiencias exitosas y aunar criterios para el manejo correcto del agua.
Actualmente, la mayor parte de la que se consume en el mundo (el 80%) se utiliza en la agricultura, y sólo el 9 o 10%, en necesidades domésticas. "En 2020 o 2030 serán varios los países que estarán atenazados por la escasez de agua, especialmente los situados en la franja que va desde Marruecos hasta Oriente Medio, Irak, Irán, Afganistán, India y China -dice Vaux-. Esto es particularmente alarmante en el caso de estos últimos por el enorme tamaño de su población."
Según explica el doctor Vaux, economista especializado en recursos hídricos, las amenazas que tenemos por delante no son sencillas. "Por ejemplo, el agua no es fácil de exportar, porque es pesada y difícil de transportar -dice-. En lugar de eso, los países probablemente comprarán alimentos, que pueden considerarse algo así como agua virtual. En ese sentido, es altamente significativo que tres de los mayores productores de granos del mundo estén en América: Canadá, Estados Unidos y la Argentina."
Aunque la mayoría de los países de la región tienen precipitaciones suficientes, salvo Perú, todavía el acceso al agua segura y a las cloacas es insuficiente, y gran parte de la agricultura depende del bombeo de agua subterránea, un modus operandi insostenible si las napas descienden. Para el experto, reunir los mejores estudios científicos es sólo el primer paso para enfrentar los problemas que se avecinan. "El truco es desarrollar instituciones, leyes, organizaciones, grupos de personas capaces de manejar los recursos hídricos", afirma.
Otro dato preocupante es que todavía se carece de modelos predictivos eficientes de cómo el cambio climático influirá en las distintas cuencas. "Uno de los consejos de los científicos es que deberíamos diseñar instituciones tan flexibles y adaptables como sea posible, de modo que podamos responder al cambio a medida que se presente", explica el especialista.
Un escenario probable ubica a la Argentina como uno de los países con superávit de agua. "Los EE.UU., la Argentina y Brasil podrían ser capaces de alimentar a muchos millones de seres humanos -agrega-. Mi visión es que en estas naciones la agricultura crecerá y será un sector incluso más importante y rentable que hoy." Y concluye: "Aunque no podemos exportar agua, sí podemos intercambiar ideas sobre cómo manejarla. Es lo que esperamos lograr con esta nueva reunión".
El programa del encuentro que comienza hoy y los documentos de foros anteriores pueden obtenerse en el sitio electrónico http://rosenberg.ucanr.org/
Fuente: lanacion.com.ar
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