En cualquier momento de la economía la cooperación y la solidaridad pueden convertirse en un factor movilizador, que nos permita ver el final del túnel que no vemos y generar empleo tan necesario para combatir el desempleo.
Un de las grandes fuentes del crecimiento en países como Italia, Estados Unidos y Alemania son las pequeñas y medianas empresas que resultaron tan afectadas durante la época de los años noventa. Es fundamental crear “redes” entre todos los actores de la economía y establecer un mecanismo de organización que nos permita avanzar hacia soluciones creativas, inteligentes, con un sentido de solidaridad y con un sentido de pertenencia a la Nación Argentina. También es aplicable en otros países.
Hay que encarar acciones ordenadas a través de un sistema de redes que contemplen la incorporación de ideas, inventos y proyectos, que multiplicarán las oportunidades de los actores sociales de todos los habitantes y de una manera democrática. En este proyecto nadie queda excluido, cada argentino puede ser un actor del mismo. Como todos los habitantes de esta tierra bendecida por Dios es que debemos utilizar todos nuestros talentos, multiplicarlos de manera tal que aprovechemos nuestros recursos en forma ordenada, evitando despilfarros y presentándonos al mundo como un país que avanza hacia el desarrollo sostenido de su democracia.
“La unión hace la fuerza” con el aporte positivo de cada miembro de esta sociedad construiremos un país de trabajo, no olvidando que este es el que dignifica al hombre. La gente está hambrienta de cosas positivas. Muchos países han tenido éxito, tal es el caso de Israel, de Italia ¿Porqué no la Argentina?
Debemos aprovechar el capital humano que es riquísimo, frenar el éxodo de nuestros científicos y lograr la repatriación de aquellos que se fueron de una Argentina sin esperanza. Es necesario que el Estado deje actuar a los particulares, hoy más que nunca para permitir que se arriesguen a crear sus propias empresas, en un sistema liberal basado en un capitalismo moderno y “moral” y con un Estado que lo acompañe, que combata la corrupción posible que se pueda presentar. Las piezas necesarias están en la Argentina, pero no están conectadas en la medida de lo que deberían estar. Todos somos aquí actores en este sistema que propongo. La responsabilidad es de todos, de cada uno de los que vivimos en esta tierra bendecida por Dios.
A pesar del antagonismo, de la ineficiencia y de la corrupción e inestabilidad, es necesario que comencemos a cooperar el uno con el otro, tal como lo propusiera en mi proyecto de “Desempleo, Pobreza y Generación de Empleo” y en lo que he dado en llamar el Banco del Futuro y del Trabajo.
Debemos convertirnos cada uno de nosotros en una fuente innovadora para desarrollar ideas nuevas y proyectos independientes. Debemos promover un sistema abierto que genere mayores posibilidades, uniendo a los que tienen proyectos con capitales nacionales y extranjeros. Las universidades ayudaran a desarrollar el capital humano con institutos de investigación, los bancos y los mercados de capitales van a proveer las inversiones iniciales para las nuevas empresas. Las instituciones legales protegerán los derechos de propiedad y se irá produciendo una mayor movilidad en el mercado laboral.
El sistema está abierto al mundo para lo cual se establecerán conexiones con redes internacionales para movilizar la generación de nuevos emprendimientos y la posibilidad de generar inversiones en proyectos nacionales.
Generar trabajo es posible. Primero debemos globalizarnos hacia adentro para luego avanzar sobre la globalización mundial y llegar al universalismo. Este es el desafío de todos los argentinos y el desafío de mi propuesta.
*Dr. Francisco Bénard Abogado-Periodista
Fuente: periodismodeverdad.com.ar
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