Mantienen desde 1957 una institución gratuita que brinda formación profesional.
Una mega universidad de trabajadores.
En la Argentina de los años ‘50, una dictadura hacía añicos los sueños peronistas de educación popular, y en Colombia, otro gobierno militar daba los primeros pasos para abrir el Servicio Nacional de Aprendizaje, una institución autónoma con la misión de formar un ejército de trabajadores bien capacitados.
Así surgió el SENA, hoy la mayor entidad de educación técnica de ese país que cada año ofrece 8 millones de cupos para capacitación y en el que se forman en el nivel superior a 600 mil trabajadores, sin contar otros 3 millones que acceden al campus virtual.
Darío Montoya Mejía, su director, de visita en Argentina, así explica la misión del SENA: “Un electricista con experiencia, puede ir para que le certifiquen sus estudios o completarlos y así tener un título de homologación laboral. Pero lo importante es que el SENA le reconoce su experiencia. También puede ir un chico que terminó el bachiller o una persona que no tiene ningún estudio pero sabe un poquito de electricidad.
¿Es como una gran universidad de oficios? Sí, pero tenemos un nivel de estudio ya muy cercano al universitario con una diferencia, toda la educación del SENA es práctica. No hay salones de clase, son salones con una mesa de trabajo donde se aprende con un tutor. El aprendizaje, en más del 80 por ciento, es totalmente práctico. Por eso no hablamos de enseñanza sino de aprendizaje. No tenemos aulas con pizarrones sino grandes salones donde hay mesas en las que la gente se sienta a aprender con unos tutores.
El SENA fue creado en 1957 con el objetivo de dar formación profesional a trabajadores, jóvenes y adultos. A diferencia de lo que ocurre allí, en Argentina, la educación técnica siempre estuvo más focalizada en los colegios secundarios. Y aunque con varios altibajos, ha ocupado un lugar destacado dentro de la educación argentina desde que el primer gobierno peronista impulsó la creación de escuelas técnicas. Estos colegios volvieron a tener un nuevo empuje con el desarrollismo pero la última dictadura militar, primero, y el gobierno de Carlos Menem después, se ocuparon de desmantelarlas. Sin embargo, la ley de Educación Técnica Profesional de 2005, las reflotó y logró aumentar 12% su matrícula.
En Colombia, el SENA, que es totalmente gratuito, se financia con el aporte obligatorio de las empresas y también de los trabajadores, a los que se les descuenta el 2 por ciento de su salario. Aunque a lo largo de su historia –cuenta Montoya– ha sido “coto de políticos y sindicatos”, en los últimos años ha logrado convertirse en la institución más respetada del país, dejando atrás a las fuerzas armadas y a la iglesia.
¿Cuál es el perfil del estudiante del Sena? Van los más pobres del país. Van porque los trabajadores y los empresarios pagan para que ellos vayan, y ese es un factor de cambio que se está empezando a sentir. De todos los alumnos, el 75 por ciento son los más pobres del país que no tendrían ninguna otra oportunidad de estudiar. Además, nuestros egresados tienen 20 por ciento más de posibilidades de conseguir un mejor trabajo que un egresado de cualquier otra universidad. Entonces, esto está cambiando el desequilibrio social.
Fuente: clarin.com
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