La sangre humana no puede ser sustituida por ningún otro componente o sustancia. Por eso, es fundamental que cada vez sean más los donantes voluntarios y habituales.
Pasar del modelo de donación de sangre de reposición al voluntario es una de las principales metas del Plan Nacional de Sangre del Ministerio de Salud de la Nación.
¿Y por qué es importante promover este tipo de donación?
Por un lado, porque hasta el momento no existe ningún otro producto que pueda sustituir completamente a la sangre humana y, por otro, porque cada día decenas de pacientes salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de productos sanguíneos.
Actualmente la donación voluntaria representa apenas el 15 %, y el resto de la sangre requerida por el sistema de salud se obtiene a través de la reposición de familiares y amigos de los pacientes.
Por eso, resulta imprescindible transformar esta situación: para ello, desde la cartera sanitaria nacional se trabaja en la promoción de la donación voluntaria, en la formación de equipos y en fomentar la iniciativa empresaria, con el objetivo de incorporar a la comunidad sana en todo lo que hace a la donación de sangre.
Este cambio cultural que, como tal, no ocurre de un día para el otro, resultaría sumamente beneficioso ya que se dejaría de pedir donantes para cada caso particular.
Así, la donación de sangre debe entenderse como un ejercicio continuo de solidaridad: los 365 días del año hay pacientes que necesitan la transfusión de algún componente de la sangre para seguir viviendo; la transfusión de sangre salva vidas todo los días; la sangre que se necesita diariamente es mucha y sólo es posible obtenerla a partir de alguien que la done; donar sangre no supone riesgos para la salud del donante.
Ser donante
Cada día son necesarias muchas donaciones de sangre.
Para que el sistema sanitario esté en equilibrio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda que el 3,5 % de la población sea donante y en Argentina aún estamos lejos de esa meta.
Es a través de la donación voluntaria y habitual que, además de aumentar la cantidad de componentes sanguíneos disponibles, se mejora la seguridad transfusional.
Ser donante es sencillo, sólo hay que cumplir con algunos requisitos: tener entre 18 y 65 años; pesar más de 50 kilos; no padecer enfermedades que se transmitan por sangre (hepatitis, Chagas, etc.); no haber tenido relaciones sexuales con parejas ocasionales; no consumir drogas endovenosas; y no haberse realizado en el último año tatuajes, perforaciones o escarificaciones cutáneas.
Quienes quieran donar sangre deberán concurrir al establecimiento sanitario con el Documento Nacional de Identidad (DNI).
No es necesario estar en ayunas, sino que se recomienda ingerir previamente abundante bebida, como mate, té, café, jugo azucarado o gaseosa.
Por último, se sugiere que las personas se vistan con ropa cómoda y con remeras o camisas fáciles de arremangar.
En cuanto a la seguridad que se le brinda al donante, éste no posee riesgos de infección o de contaminación, ya que el material que se usa para la extracción es estéril y descartable. Es decir, donar sangre no produce el contagio de ninguna enfermedad.
Asimismo, el proceso para donar es muy sencillo: personal capacitado realiza una entrevista a la persona para determinar si ésta puede o no ser donante. Luego se realiza la extracción siguiendo estrictas normas de calidad, higiene y confort.
Cada unidad donada es estudiada para detectar infecciones transmisibles por transfusión, como hepatitis, sífilis, brucelosis, Chagas o vih-sida, entre otras. Una vez finalizada la extracción, al donante se le sirve un refrigerio.
Quienes estén interesados en ser donantes voluntarios pueden acercarse a los distintos establecimientos sanitarios que se ocupan de esta actividad. Para consultar las direcciones de todo el país, pueden ingresar a la página web del Ministerio de Salud de la Nación:
www.msal.gov.ar/htm/plan-nacional-donacion-sangre/index.asp
Bancos de sangre
El Plan Nacional de Sangre elaboró junto con los 24 distritos del país programas provinciales que permitieron desarrollar una estrategia a nivel nacional.
En ese marco, el Ministerio de Salud de la Nación firmó convenios y entregó equipamiento e insumos a las provincias por más de 70 millones de pesos (unos 20 millones de dólares) en los últimos cuatro años.
Actualmente, 16 de los 24 distritos están desarrollando bancos de sangre centrales que producen componentes a una mayor escala, con más economía y eficiencia, mientras que en el resto de las provincias las mismas iniciativas están en vías de desarrollo.
Hasta hace unos años había más de 800 bancos de sangre altamente costosos e ineficientes, hoy hay 235 en el sector público pero el objetivo es que la cantidad siga disminuyendo en función de que los bancos centrales van a poder desactivar los hospitalarios.
La estrategia de reducción del número de bancos de sangre es beneficiosa porque la producción de componentes sanguíneos requiere equipamientos costosos, además de que el procesamiento informatizado y la automatización que se da en los bancos centrales hacen que el procedimiento sea mucho más seguro y esto en pequeña escala es impracticable.
Los responsables del Plan Nacional de Sangre aspiran a que en los próximos dos años haya sólo 30 bancos centrales productores de componentes, a razón de uno por distrito, y cuatro en la provincia de Buenos Aires en función de su cantidad de habitantes.
El Plan Nacional de Sangre propicia el establecimiento de Centros Regionales que organizan las donaciones de su área de influencia ofreciendo a los enfermos que necesitan transfusiones sangre y hemocomponentes de calidad controlada.
Los Grupos de Donantes, en este marco, ocupan un lugar de privilegio dentro de la cadena solidaria que se busca formar.
Su aporte es invalorable al ser voluntario.
Y es la voluntad de la gente la que al fin y al cabo permite ayudar a otras personas.
La convocatoria para donar sangre está hecha.
(Fuente: infoecos)
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